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Alejandro Pales Argullos

Un asilo con vistas es un conjunto de relatos en los que la nota dominante es un humor variado, esto es, sano, absurdo, picante y negro o negrísimo, según el caso.
De la mano de su álter ego, Sacha Bis, el autor hace repaso de diversas historias, vividas o contadas, desde la aparente •y nada es lo que parece• tranquilidad de un geriátrico.
Todos los relatos están expuestos por un narrador omnisciente, Sacha Bis, álter ego del autor, quien los ofrece al lector desde el retiro de un asilo, metáfora de una vida ya contemplativa, desde donde puede dedicarse al recuerdo y la exposición.
Ahora bien, aparte de esto, lo que tienen en común es el humor. Un humor insistente, que predomina por encima de una cierta enseñanza moral o de una visión desalentadora del ser humano. Este humor es en ocasiones inocente y neutro, en otras es un humor negro, ácido y crítico o exagerado hasta lo grotesco. Y es que lo grotesco, es uno de los posibles componentes morales del humor, pues mediante la deformación de las características reconocibles de lo humano podemos vernos reflejados.
Un asilo con vistas posee el esfuerzo de un autor por aportar un punto de vista sobre el género humano que no se debe dejar de lado, así como tradiciones y concepciones clásicas que deben permanecer como sustrato de una herencia literaria, todo ello con gracia, exceso y mediterraneísmo.