Partiendo de la pregunta lanzada por Michel Foucault en su Vigilar y Castigar: ¿Puede hacerse la genealogía de la moral moderna a partir de una historia política de los cuerpos, el presente libro supone un intento por rastrear en qué forma una nueva interpretación del dolor físico en la actualidad nos permitiría articular un enfoque crítico hacia un concepto de dolor que remita a otras dimensiones más allá de las que la medicina convencional estipula como estrictamente fisiológicas y que, a su vez, están vinculadas a factores como el lenguaje, la sociedad, la historia, la cultura o las costumbres.
Dicha historia del dolor deviene así una historia del propio cuerpo en la que pensar el dolor supone tomar conciencia de que éste no puede ser entendido ni analizado desatendiendo las intervenciones que diversos discursos y disciplinas han ejercido sobre aquél en todo su espesor. Parece por tanto claro que restituir desde sus inicios la batalla abierta por el dolor implica un análisis de las relaciones que el discurso médico mantiene con otros saberes también vinculados a lo corporal en el terreno de la política, la economía o las instituciones.
No existe ya, por tanto, un dolor uniforme y equiparable entre todos los individuos, sino que más bien existen muchos tipos de dolor dependiendo de cada individuo y de su contexto, tratándose pues de una experiencia que labra su memoria a través del cuerpo y que marca la propia identidad.