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sandralorenzo

Tinguaro un joven (hijo de un arqueólogo obsesionado con las islas afortunadas) visita el Parque Arqueológico de Belmaco (en Mazo) y mientras lee en un panel del Museo, quiénes eran los Iruenes (perros lanudos y salvajes, que acaban con el ganado y algunas personas), ve un animal extraño con gran parecido a a un lobo que le espera a la salida, guiándole hasta una cueva donde encuentra Atabara jefe del último cantón de Tenagua (Puntallana). La aventura no ha hecho sino comenzar.