Creo que la primera persona gana en intensidad, en cercanía, en veracidad. Convierte la historia en más intimista y, si está bien narrada, empatiza con el lector más fácilmente. Pero también pierde cosas interesantes. No lo ves todo, no sabes lo que piensan y sienten el resto de los personajes. Solo puedes hablar de lo que ves, lo que “crees” que el otro siente, lo que te han contado... Es, casi, como conocer una sola versión de la historia. Creo que todo depende de lo que el escritor quiera provocar en el lector, y basándose en eso ver qué modo de narrador le compensa. Lo que se pierde en información con la primera persona, se gana en intensidad y emotividad. Tal vez, el mejor espacio para el narrador protagonista sea la novela de misterio o policíaca. En estos casos está bien que quien cuenta la historia no lo sepa todo. También en historias intimistas en las que priman los sentimientos del protagonista por encima del resto de información. |
(Estaba dejando esta respuesta cuando has abierto otro hilo, así que la engancho en este nuevo.) Yo creo que no se trata solo de una decisión del autor (la de escoger entre una de las tres personas), sino que aquí interviene bastante el tipo de historia que piensas contar, cómo vas a contarla y, sobre todo, qué papel van a tener en ella los personajes. La 1ª persona, desde luego, limita mucho la perspectiva que se va a dar de la historia, pero es precisamente ahí donde está su atractivo. El autor deberá esforzarse enormemente en no inmiscuirse en ella. Tiene que dejar que las palabras vertidas en la página las escriba el personaje. Es como interpretar un papel en una película. Marlon Brando desaparece tras la máscara de Stanley Kowalsky o la de Vitto Corleone, pero al mismo tiempo les da la carne y la sangre de la que están hechos. Lo mismo el escritor. Pongamos que escribo una novela en 1ª persona con un asesino como protagonista. Yo no soy un asesino, pero debo interpretarlo. ¿Cómo? Consiguiendo que sus palabras, que son las que escribo con mis manos de autor, sean verosímiles. La 3ª persona, en cambio, requiere asumir el papel de dios omnisciente que lo sabe todo de los personajes. También es difícil no cometer un error del tipo "donde dije digo, digo Diego". La 3ª persona implica someterse al capricho de cada uno de los personajes, comprenderlos, conocer de cada uno qué los hace singulares y atractivos. La 2ª persona, por su parte, pienso que es una mezcla de ambas técnicas. El narrador se ve a sí mismo como una 3ª persona, pero actúa como si fuese una 1ª. Recuerdo haber leído alguna cosa en 2ª, pero no el título. Hay que ser muy atrevido y dominar muy bien los recursos lingüísticos para embarcarse en un viaje que puede llegar a ser muy ingrato. |