Esta web, cuyo responsable es Bubok Publishing, s.l., utiliza cookies (pequeños archivos de información que se guardan en su navegador), tanto propias como de terceros, para el funcionamiento de la web (necesarias), analíticas (análisis anónimo de su navegación en el sitio web) y de redes sociales (para que pueda interactuar con ellas). Puede consultar nuestra política de cookies. Puede aceptar las cookies, rechazarlas, configurarlas o ver más información pulsando en el botón correspondiente.
AceptarRechazarConfiguración y más información

Foro para escritores de Bubok

Para participar en los foros de Bubok es imprescindible aceptar y seguir unas normas de conducta básicas. Puedes consultar estas normas aquí
X
sopranopolis
Mensajes: 38
Fecha de ingreso: 7 de Enero de 2012

DE RECORTES, ZORROS VOLADORES Y NARANJAS

11 de Julio de 2012 a las 20:49

Como en España somos de carácter manso para según que cosas, ligeramente aborregados y con tendencia a bizquear la vista hacia nuestro ombligo, nos pasa lo que nos pasa.

Ahora nos han metido otro tajo a la economía familiar, ya castigada desde hace tiempo, a unos más que a otros, pero a todos en general.

El I.V.A. al veintiún por ciento, hace solo unos meses al dieciséis(¡quién lo diría!), las prestaciones del paro reducidas, o la paga extra de Navidad de los funcionarios eliminada.

Pero somos conformistas,  aún hoy, hay quien discute que la vivienda no bajaría de precio.

—Porque yo mi casa no la vendo por menos de lo que me costó.

—Pero alma de cántaro, si no es por el valor que tú la ofrezcas, sino por el precio que te la compren, si te vieses obligado a venderla por cualquier circunstancia.

— Pero es que eso nunca me va a pasar a mí.

— Sí, sí,... eso mismo decía Gadafi en su país y le volaron los sesos.

Asimilamos las últimas noticias como si de una ligera indigestión se tratara, después de todo, hay gente que aún está peor.

Yo vi el otro día un documental, en el que los varones de una tribu de estas que viven por la selva y van con tapa rabos,  se jugaban el tipo a quince metros de altura, encaramados a los árboles, para cazar unos murciélagos gigantes llamados zorros voladores, lanzándoles un palo. Tras sudar la gota gorda acertaron a matar uno, que repartieron entre cinco hombres grandes como cinco castillos, tocando por cabeza, a un pedazo ínfimo de carne, que puesto de tapa, daría hasta vergüenza de servir sin guarnición.

—Esos están peor que nosotros y, aún así, parecían tan contentos.

En España generalmente somos de naturaleza conformista, criticamos mucho, pero hacernos arrancar, cuesta más que al primer motor que diseñó Rodolfo Diesel.


Somos cuarenta millones de borregos, guiados por unos perros pastores de raza políticos, que tienen asegurada su carne y su agua fresca, y que ahora obedecen a un cabrero que me suena a que tiene acento teutón.

Como a España no la han intervenido, ni la han rescatado, no hace falta recortar más...Bueno... a lo mejor sí, es que nos hemos “equivocao.” Pero tranquilos, con ese dinero que os quitamos ahora, tened por seguro que arreglamos las cuentas. En lugar de gastarlo vosotros en regalos de Navidad, en pagar la calefacción del próximo invierno, o cambiar las ruedas del coche, ya lo administramos nosotros, que va a ser mucho mejor, y esta vez seguro que no nos equivocamos. Que lo vamos a usar para pagar el rescate de los bancos y los sueldos de los banqueros, un poquito para las grandes constructoras, otro para las eléctricas y lo que sobra pues ya si eso... como son sesenta y cinco mil millones de ahorro, tampoco se va a notar si nos pagamos alguna dieta, o contrato a mi primo y a mi “cuñao” uno como asesor, y otro como consejero, que se lo han “ganao”.


Y nos dejamos querer, al igual que el duque amigo de lo ajeno, volvió a las américas y aquí paz y después gloria, pasamos por las etapas de la mala noticia en un minuto.


Pero bueno tampoco será para tanto ———————————(Negación)

¡Qué hijos de puta, hay que hacer algo!—————————   (Odio).

Pero entonces el I.V.A. al veintiuno, no puede ser menos——- (Negociación).

Dios mío, he caído en un pozo, estoy arruinado. —————- (Depresión)

Pero hay gente que está peor. —————————————-(Aceptación)

Si te estás preguntando cuál es la moraleja de esta historia, lo aclaro, no la hay(o si miras bien, igual la ves), y del titulo me falta la naranja. Pues resulta que escuché de un compañero, que su padre le contaba que los siguiente años tras finalizar la Guerra Civil, por Navidad siendo un niño, le regalaban una naranja y se ponía más feliz que una perdiz.