Por estas fechas me da por lo fantástico. Y teniendo una fantástica reconocida entre nosotros con quién mejor iba a estar. Ya conoceréis a Oniria la mayoría, ¿no? ¡fuera de este foro!, vale ya está mira que... En fin, sigamos. Pues eso. Una de las cabeza de serie fijas que siempre aporta algo distinto en sus relatos (nos gusten más o menos). Pero ¿cómo se defiende en largo? Pues muy no debe... Había que verlo y ahí me fui a preguntar de modo infame a la susodicha: ¿qué te leo?
Al final me recomendó el primer tomo de su saga
El Imperio en el crepúsculo (aquí la demo, que por cierto acabo de descubrir y cubre lo que llevo leído) y aunque llevo 101 páginas, lo que vienen siendo los tres primeros capítulos, desde el primero ya se ve que tenemos un buen libro entre las manos.
Que es una historia de vampiros se sabe desde el principio. Y claro esto siempre puede echar para atrás si uno es un poco crítico con un género que, al haber estado tantas veces reinterpretado, ha parido tanto... tanta... bueno que no todo el monte es orgasmo. No es el caso. Al menos no lo parece. Oniria te dice que hay vampiros por Bilbo, sí, pero no los persigue. La atención rápidamente se centra e Laura, una chica con una vida... digamos que complicada a la que no le dejan terminar de desliarla. Claro, no quiero destripar mucho. El caso es que si no tuviera bastante con intentar dejar atrás la sombra de los errores que cometió en su primera juventud, bregar con los rescoldos que el hombre de su vida remueve aún estando casado con otra, aguantar un trabajo en el que sirve a diario su último mal, y convivir con su soledad (coño si es que con esto ya tenemos un novelón), además de eso en la vida de Laura se cruza vampiro, más tarde otro más (en terrorífica una escena digna de Stoker o Lovecraft) y por otro lado un agente bastante brusco que sospecha de su existencia e intenta le revelar una serie de asesinatos. ¿Alguien da más? Pues sí, la propia autora, porque es el principio del primer libro.