TODO SOBRE SUS SENOS

Los senos que no son más que glándulas sudoríparas modificadas comienzan a desarrollarse en el quinto mes de la etapa fetal. Al nacer la niña, ésta ya presenta el pezón y conductos lactíferos rudimentarios, pero no es hasta la pubertad que los senos de la mujer se comienzan a desarrollar (se inflama la areola y el pezón aumenta de tamaño), una etapa que es seguida por el incremento en la producción de las glándulas y la acumulación de grasa, elementos que aumentan de tamaño el seno. Finalmente el seno adquiere su forma característica, y la inflamación de la areola cede. Este proceso es diferente en cada mujer, por lo que no se exageraría al afirmar que el tamaño, la forma y la apariencia de los senos varían más que ninguna otra parte del cuerpo femenino.

Además de cumplir con su función primaria (nutrir al bebé recién nacido con la leche materna), los senos constituyen una característica sexual secundaria. Son símbolos de la feminidad, de la belleza, y no hay duda de que constituyen un elemento altamente erótico para el hombre. Sin embargo, en mi práctica médica he comprobado que no muchas mujeres prestan la debida atención a sus senos, aunque es preciso admitir que en los últimos años debido a las campañas de divulgación para prevenir el cáncer mamario ha habido una concientización mayor al respecto. Hoy, millones de mujeres en todo el mundo se autoexaminan disciplinadamente los senos todos los meses, otras se someten periódicamente a la mamografía para detectar nódulos y tumoraciones en sus etapas iniciales, y la mayoría acude inmediatamente al consultorio de los especialistas si detectan cualquier síntoma anormal en sus senos. El gran terror de la inmensa mayoría de las mujeres es el cáncer mamario (1 de cada 14 mujeres llegarán a desarrollar la enfermedad), y con razón: la incidencia del mismo continúa aumentando en forma alarmante.