Ana Roncero

Siempre me ha gustado escribir. Desde que iba al colegio en Hoyos del Espino (Gredos, Ávila) con doña Carmen, mi maestra, ha sido para mí una buena forma de comunicarme con los demás, aunque sigo prefiriendo el modo directo y verbal de la conversación. Por eso, me gustan mucho las magníficas tradiciones que se manifiestan en las tertulias, en los cuentacuentos y, no digamos ya, en el teatro. Pero reconozco que la magia de la palabra impresa llega con fuerza a muchas más personas lo que la convierte en un instrumento ? muy potente e interesante.

He vivido mucho tiempo en Madrid y he participado en el movimiento vecinal durante la transición. De vuelta a Ávila he colaborado con Asociaciones de Mujeres y con la causa del Pueblo Saharaui.

En el camino, mi primera obra, es una recopilación de artículos y cuentos publicados en distintos medios de comunicación de Ávila. La segunda, Equipaje de mano, me gustaría que fuera un libro de cuentos y microrrelatos que tengo ya bastante perfilados.

Y en eso ando.