Burro. El poder del descubrimiento de uno mismo

A raíz de hacerme consciente de la crianza y educación que recibí, y de cómo esta había afectado a mi sistema nervioso, a mis relaciones de pareja y, por supuesto a mis hijas, me he implicado de lleno en un proceso de transformación interior que ha cambiado por completo la visión que tenía de mí misma y del mundo.
Ser madre e implicarme en derribar antiguos patrones y creencias es el reto más difícil que la vida ha puesto frente a mis ojos. Comenzar a sanar mis heridas y carencias afectivas, sin esperar a que los demás lo hicieran por mí, está siendo una labor encomiable. Como madre creo y siento firmemente que implicarme en mi salud emocional es la mejor herencia que puedo dejarles a mis hijas.
Solo el amor y el respeto hacia mí me ha llevado hacia un verdadero cambio.
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