El Alcohol no es una bebida refrescante
Un Caluroso verano, la una de la tarde con el Sol de justica, pegando a una pared de ladrillo, de un patio mediterráneo, con un [...] Ver libro
Un Caluroso verano, la una de la tarde con el Sol de justica, pegando a una pared de ladrillo, de un patio mediterráneo, con un Impresiónate Parral que con sus frondosas hojas y frutos deleitan, alrededor de, el, un extraordinario hábitat de animalillos e incestos, que son los protagonista de este relato. Estaba durmiendo un animalito Nocturno, sobado o atontado, entre los ladrillos, como si la noche anterior. Hubiese sido una noche loca, recorriendo litros de Alcohol por sus venas, anunciadas años atrás por un tal Ramocín de la Movida de los ochentas, el animalito aguanto como un campeón hasta las tres de la tarde, hora infernal, desplomándose al vacío, ¿un golpe de calor, bajada de tensión, o la misma resaca Levantando como pudo el pequeño vuelo, e introduciendo por un orificio de la chimenea del vecino. Dejando paso a otros animalitos, que te puedes encontrar en un patio campero en un verano