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marcopedraza

La Revolución de la Esperanza
Constituye un testimonio del autor sobre su experiencia como enfermo en etapa terminal debido a Insuficiencia Renal Crónica (IRC). En él, describe las fuerzas internas que le proporcionaron un estado psicológico y emocional de mayor equilibrio y armonía con las circunstancias vividas.
Tales fuerzas, fueron para él, la esperanza, la voluntad y la aceptación. Dichas fuerzas –dice-, habitan en el interior de cada persona y tienen un poder y alcance que pueden proporcionar mayores niveles de bienestar físico, psicológico, emocional y espiritual a nuestra existencia. Especialmente destaca a la esperanza como una disposición anímica que nos acerca a una mayor felicidad y libertad personal, no porque sea un elemento mágico, sino por ser una capacidad humana que nos hace actuar la vida de forma diferente.
El autor describe lo que para él fue actuar de forma diferente a partir de un conjunto de ideas centrales que guiaron su pensamiento y su acción, las cuales –continúa-, le proporcionaron una fortaleza interna que se reflejaba favorablemente en su estado general de salud, no obstante seguir padeciendo de insuficiencia renal.
Claro en sus conceptos, aclara que: no deifico esas fuerzas, sino que las reconozco como capacidades humanas y, por lo tanto, limitadas por su propia naturaleza. Así, no es que todo lo puedan cambiar conforme al deseo humano (lo que sería tanto como pensar que pudieran estar por encima de la potestad de esa fuerza de tipo superior que rige la vida), pero tampoco considero que haya razón alguna para apartarlas del ánimo de los seres humanos. Reconocer esto en forma sincera y sin dramatismos, permite reconciliarnos con las situaciones de todo tipo, llenarnos de esperanza y encontrar la emoción de la existencia en todos los detalles que nos ofrece.
En resumen, para el autor, la esperanza constituye un anhelo interior que nos hace perseverar ante cualquier circunstancia extrema de vida. Su revolución constituye el contrapeso emocional, psicológico y espiritual adecuado ante pérdidas significativas del existir. Tiene, por tanto, el poder de susurrar vida y ánimo a la existencia. Lo importante es saberse una persona con esperanza. Pero ser una persona con ese anhelo no se logra sólo con declararlo, sino que requiere definir ideas y acciones clave para actuarlas metódica y sistemáticamente en busca de una existencia más libre y armoniosa con los acontecimientos que nos toque enfrentar.