Cómo escribir el final de una novela

Seguro que te ha ocurrido. Inicias el proceso de escritura con gran ilusión. Creas unos personajes fantásticos de los que te enamoras y lo único que deseas es seguir contando sus historias. Escribes cien, doscientas, trescientas páginas. Son meses de trabajo, te interesa realmente tu historia y esta sigue adelante. Pero sabes que en algún momento debes parar… solo que no tienes muy claro cuándo. Vamos a explicarte cómo escribir el final de una novela para poner freno a esta dificultad a la que se enfrentan muchos autores noveles.
Hay tres razones clave por las que puedes tener problemas a la hora de poner punto y final a tu obra:

No tienes clara la dirección de tus personajes

Les has dado vida, has creado su personalidad, sus sueños, su forma de ser… Los has acompañado durante su camino durante mucho tiempo, pero tal vez te falte escucharlos para determinar cuál es, en realidad, su dirección. No basta con describirlos para mostrárselos al lector. Ten clara sus motivaciones porque estas, en gran medida, son las que conducen la trama, y es que las motivaciones ayudan al personaje a hacer elecciones, tomar decisiones y ejecutar acciones.

Solución:

Realiza una ficha para cada personaje principal. Dedícate, sobre todo, a pensar cuáles son sus motivaciones a partir de las escenas iniciales en tu historia. Tenerlas claras te ayudará a trazar las escenas siguientes y, por supuesto, a que todas sean coherentes con la personalidad que has ideado. Te recomendamos este artículo de Ana Bolox sobre la motivación de los personajes, para que aprendas a trabajarlas y sacarles partido.

Quieres contarlo todo

Te gusta tanto la historia que no quieres dejar suelto ningún detalle. Quieres que el lector conozca todos los hechos en profundidad, y lo más importante: tú mismo quieres dejarlo todo por escrito para regodearte en ellos, porque disfrutas desarrollando este mundo ficticio. Esto está muy bien, pero a la hora de publicar una historia, la extensión del libro es un factor determinante… Por otra parte, ¿imaginas cómo sería un mundo en que ninguna historia dejara ya lugar a la imaginación, por ser demasiado concreta?

Solución:

Reflexiona sobre lo que realmente quieres contar. Y si tienes muchas historias, dedica una novela o relato a cada una. Menos es más. Si te concentras en una única idea, esta será más impactante y atractiva para tus lectores. Es preferible dedicarse a uno o dos personajes y trazar una historia sencilla y bien estructurada a elaborar un tratado infinito sobre tu mundo imaginario. Imagina que este haría las veces de la enciclopedia de la que sacarías tus historias y ponlo en práctica. Si realmente quieres aprender cómo escribir el final de una novela es importante que trabajes este aspecto.

Falta trabajo de estructura

Tal vez tengas una ligera idea de lo que quieres tus personajes, pero necesitas sentarte a ponerlo todo en orden. La historia cuenta con muchos otros elementos que organizar: escenas, lugares, acontecimientos… Si no has dedicado tiempo a reflexionar sobre el esqueleto de tu historia y has comenzado a trabajarla directamente, es posible que en algún punto te salgas del esquema establecido y, por tanto, te resulte difícil ponerle punto y final. Es, por decirlo de forma sencilla, el equivalente a irse por las ramas.

Solución:

Consulta nuestro artículo sobre cómo hacer la escaleta de una novela. Verás que dedicar algo de esfuerzo en la planificación de tu libro puede evitarte muchos disgustos. Puede que te cueste un poco ceñirte a lo planificado al comienzo, o que te sientas encorsetado, pero con la práctica descubrirás que planificar no implica detener el proceso creativo.

Esperamos que con estos consejos hayas aprendido cómo escribir el final de una novela. ¿Te has enfrentado alguna vez a este problema? ¿Por qué crees que te ocurrió? Puedes dejarnos tu experiencia en los comentarios.

Saludos del equipo de Bubok.