«Los conflictos bélicos han afectado de muchas formas a la población y a sus actuales condiciones de vida», cuenta Paloma Lafuente

A la mayoría de nosotros nos gustan las historias de viajes o ambientadas en algún viaje. Nos permiten vivir vicariamente a través de las experiencias de otros y nos ayudan a sentir que somos nosotros los que han viajado a Japón en marzo y han visto los cerezos en flor. También conocer las perspectivas de los demás en un sitio también nos ayudan a formular nuestras propias ideas sobre una gran variedad de temas.

Aquí es donde entra Paloma Lafuente. Periodista y consultora especialista en género, Paloma ha viajado durante muchos años a lo largo de diversos países asiáticos. Su trabajo como consultora en ONGs le ha permitido intentar ayudar a gente viviendo en pobrezas que la mayoría de nosotros podríamos siquiera imaginar. Sus vivencias podrían ser asumidas como varias historias de viajes, pero ella lo define como mucho más, puesto que ha vivido en sus carnes situaciones de desigualdad que todos deberíamos conocer.

¿Cómo te decides por la especialización en género después de estudiar periodismo?

Fueron algunos años después de terminar la carrera. En 2006 comencé colaborando con una ONG feminista en Costa Rica donde pude entender las diferencias que la sociedad otorgaba a las mujeres por el hecho de serlo entendiendo que la pobreza afectaba a las mujeres de forma exponencial y por ende su manera de atajarla debía ser diferente. Esas experiencias y mi trabajo posterior en el sector del género y desarrollo hicieron decantarme por la especialización.

¿Tu intención siempre fue informar sobre la desigualdad en el mundo?

Siempre me interesó conocer las distintas realidades, formas de vida y específicos problemas de los países en los que residía trabajando en cooperación al desarrollo y género.

¿Crees que contar tus vivencias en el sudeste y sur asiático nos acercará a un mundo más solidario?

Ojalá. Mi intención ha sido poder mostrar las particularidades de cada territorio y sus gentes, hombres y mujeres que sobreviven en situaciones muy duras de pobreza y exclusión. Creo que cuando convives con personas de otras culturas, religiones y formas de pensar tan distintas a las nuestras adquieres a la larga mayores niveles de tolerancia y solidaridad porque eres más capaz de entender su sufrimiento.

¿Cómo te presentarías a nuestros lectores que todavía no te conocen?

Podría decir que soy una persona interesada en cómo piensan y viven otros seres humanos a la que le gusta observar y escuchar al otro/a desde la cercanía con una mirada lo más abierta y flexible posible.

El periodismo, en su base, es una profesión muy romántica. Muchos de los que empiezan a estudiarlo lo hacen porque quieren cambiar el mundo de alguna forma. ¿Crees que ese romanticismo e idealización de la profesión te llevaron a la ayuda humanitaria?

Es muy probable. En el Periodismo, como en el mundo de la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria, te interesan las personas, quieres conocer cómo viven, cómo sueñan, cómo padecen, qué piensan, qué necesidades tienen, en definitiva, acercarte a ellos y ellas, ya sea para informar y narrar sus historias como para contribuir a mejorar sus condiciones de vida.

¿Qué es lo que más te sorprendió cuando llegaste a Asia, independientemente de si fuera India, Nepal, Vietnam o Camboya?

Sin duda, la espiritualidad y respeto por las tradiciones religiosas y cómo éstas se compaginaban de forma tan natural y orgánica en la vida cotidiana.

¿Cómo crees que afecta, a día de hoy, el clima de guerra y posguerra en estos países, donde ésta última suele ser mucho más larga debido a sus situaciones de pobreza?

Los conflictos bélicos han afectado de muchas formas a la población y a sus actuales condiciones de vida. No solo en el ámbito político y socio económico sino también en el psicológico, como es el caso de Camboya donde aún hoy existen secuelas del genocidio de los jemeres rojos de Pol Pot en forma de traumas y problemas psíquicos repercutiendo en el desarrollo y la salud mental de la población.

En tu libro cuentas la cotidianidad en culturas bañadas en la desigualdad, ¿crees que podríamos adoptar algo nosotros de ellas?

Creo que es importante contar lo que está sucediendo de tal forma que pueda servir de sensibilización y solidaridad con otras realidades más lejanas, pero incluso que pueda contribuir a acercarnos y hacernos más sensibles a la nuestra propia que también está llena de desventajas y contrariedades.

¿Cuándo decides escribir un libro sobre tus experiencias en Asia?

Después de mi estancia en Nepal en 2017 regresé a España con la mochila y la cabeza llena de historias y encuentros especiales con personas maravillosas. En aquel momento no sabía a quién contarle lo que había vivido así que empecé a escribirlas y un año después, ya viviendo en Camboya, se me ocurrió reunirlas y darles forma en un libro de relatos.

¿Crees que tu trayectoria como trabajadora en países con tanta desigualdad, ya sea económica o de género, ha hecho que tuvieras unas vivencias muy diferentes a las que tendría un hombre?

Sin duda, mi mirada se encuentra influida por mi condición de mujer, extranjera y occidental; esto es algo realmente determinante en la confianza y apertura que sienten hombres, mujeres, niños o ancianos a la hora de abrirse a una persona extraña. Probablemente mi convivencia en sociedades tan tradicionales siendo mujer es muy distinta a la que puede tener un hombre por ejemplo en la mayor o menor apertura a ciertas libertades y normas sociales.

¿Cuáles son tus próximas aventuras? ¿Vas a seguir viajando y documentando tus vivencias en otros países?

Resido en Camboya desde hace casi cinco años y de momento me quedaré por el sudeste asiático. No descarto hacer una segunda parte con relatos de otros países y donde sea el continente en el que me encuentre intentaré narrar mis experiencias acercándome como siempre a los más vulnerables.

¿Dónde te pueden encontrar nuestros lectores?

Me pueden escribir al correo electrónico, [email protected], o seguirme en mis redes sociales, tanto Instagram, como Twitter.

Muchas gracias a Paloma Lafuente por dedicarnos un momento de su día para concedernos esta entrevista. A todos los lectores que estén interesados en conocer más a Paloma Lafuente y sus experiencias en el sudeste asiático, os recordamos que Crónicas de una mujer en Asia está disponible en Bubok, La Casa del Libro, Amazon, Rakuten Kobo y Google Books.