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romi
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La moneda

18 de Mayo de 2014 a las 13:07

Bubok

406- LA MONEDA

 

               Cuando sus amigos le preguntaban:

- ¿Y qué beneficio obtienes tú siendo positivo a todas horas?

Siempre les respondía:

- El mayor beneficio de todos en esta vida que es, tener la conciencia en paz y contagiar tranquilidad a los que me rodean.

- Pero, con aquellos que te critican, te calumnian y te humillan ¿cómo es posible ser amable y positivos y además, premiarlos con sonrisas?

- No es fácil y bien lo sabéis vosotros pero yo lo consigo ignorando sus insidias y teniendo siempre claro que mi actitud positiva, es de valor eterno. Los que critican y hacen daño a los demás por envidia o para imponerse, nunca tendrán paz en sus corazones y serán podredumbre muchas de sus palabras y hechos.

 

               Vivía el hombre en el Albaicín bajo, frente a la enorme colina de la Alhambra y al borde de las aguas del río Darro. Era ya algo mayor y solo una pequeña casa poseía, en la que se refugiaba cuando regresaba del trabajo. Y cuando en este lugar se encontraba, sin más compañía que la Alhambra en la colina, el rumor de las aguas del río y las noches estrelladas, a su manera oraba a Dios y decía: “Que nunca yo salte con violencia y ataque a los que me persiguen o critican. Prefiero tener mi corazón en paz y sentirme bueno y en armonía con el universo, antes que saborear el amargor de la venganza o el desprecio”.

 

               Su trabajo consistía en ayudar a los que lo necesitaban para alguna cosa. A veces recogía arena del río y la llevaba a donde algún vecino hacía obras. Otras veces, labraba la tierras de los huertos y en ocasiones también transportaba frutas y hortalizas de las personas que se lo pedían. Y como todos sabían que era un hombre no solo bueno sino muy amable y positivo, muchos querían tenerlo a su lado.

 

               Y sucedió que un día de verano, regresaba él de su trabajo dirección a su casa cuando vio que en una pequeña plaza, un vecino del barrio vendía sandías. Al pasar cerca, el vendedor le dijo:

- Sandías como estas de dulces y buenas, no las has comido tú en tu vida. Te vendo ahora mismo una.

Traía en hombre una pequeña moneda en sus manos que momentos antes le habían dando por el trabajo que terminaba de hacer. Miró a la moneda y le preguntó al vendedor:

- ¿Cuánto vale la sandía que me estás mostrando?

- Justo la moneda que llevas en la mano.

- Pues dámela y toma la moneda a cambio.

 

               Le alargó el vendedor la sandía y el hombre extendió la mano con la moneda para dársela. Al cogerla, el vendedor simuló un accidente y tiró la moneda al suelo. Salió la pequeña pieza rodando y unos metros más abajo la recogió otro hombre que subía por la calle. El hombre dueño de la moneda pensó que se la devolvería pero el que había recogido la pieza dijo:

- Hoy estoy de suerte. Ya tengo una moneda más en mi bolsillo.

Lo miró el dueño de la moneda y le dijo:

- Con esta moneda, fruto de la ganancia de mi trabajo a lo largo de día, estaba pagando la sandía que le he comprado a este vecino.

- ¿Quieres decir que te estoy robando?

Preguntó muy enfadado el hombre que había recogido la moneda. Y al darse cuenta el hombre dueño de esta pequeña fortuna y descubrir la mala actitud del que había recogido la pieza, devolvió la sandía al vendedor y le dijo:

- Estará muy buena pero hoy no puedo comprártela. Otro día será.

Le entregó el fruto, dio media vuelta, caminó por la calle y cuando llegó a su casa, abrió y entró dentro. El vendedor de sandías y el que había recogido la moneda, lo miraban mudos y quietos y cuando lo vieron meterse en su casa, dijeron:

- Definitivamente este hombre no está cuerdo.

 

               Y ya refugiado en su casa el hombre de la paz y hechos positivos, miró para la Alhambra y luego para el cielo que comenzaba a llenarse de estrellas y en forma de oración susurró: “Dios, aunque intenten reírse y burlarse de mí y humillarme, que no pierda yo nunca la paz en mi corazón ni deje de ver a las personas y al mundo en positivo. Tener mi conciencia tranquila me hace sentirme en la verdad y con una felicidad que no podrá ser nunca comprada ni con todo el oro del mundo”.