Con un poco de retraso y todavía con problemas informáticos, queda abierta la 4ª Edición del Taller de Relatos.
Entiendo que el "Humor" es más un género literario que un "tema", pero como está incluido en "lista de temas propuestos" me acojo a ella...
Para mí, este es un verdadero�reto, y espero que lo sea para todos los participantes, pero que no por ello os amilanéis y disfrutéis del mismo.
Relatos con sentido del humor... ese fue el "tema" en una antigua edición del concurso quincenal de relatos. No soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Por eso estoy seguro que en esta edición del taller van a leerse cosas muy, muy buenas. Para animar esta fase podría poner un link a un yutub de esos, con un cómico contando chistes. Como el Eugenio. Pero prefiero poneros tres de los chistecillos que contaba, que ahora me viene a la memoria: Lo saben aquel que son dos amigos y un le pregunta al otro: Y aquel que le explica a un amigo: Y el del señor bajito que entra en una droguería y pregunta: Y de mi cosecha este otro. Tal vez no se entienda. Ocurre que es un chiste para matemáticos. Va Jesús y les dice a los discípulos: � |
No está mal para ser un lunes... pero vaya, aquí quedaría mejor exponer la noticia de otro modo:
El rey, delante de su espejito mágico, pregunta: “Espejito mágico, dime, ¿quién es el rey más guapo y más molón del planeta? ¿Soy yo, verdad?” Al otro lado del espejo, un anciano caballero de blancos cabellos y larga barba del mismo color, poniendo un gesto de hastío, le contesta: “Mira. Juan Carlos, ya te lo he dicho miles de veces. Este es un espejo mágico del Hogwarts College. Sirve para comunicarse con Albus Dumbledore, el director, es decir, conmigo. Y no para preguntar gilipolleces. Por cierto, enhorabuena por esa decisión que has tomado. Te enviaré mis saludos oficiales por medio de una lechuza un día de estos.”
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Estoy de acuerdo contigo, Alejandro. Pero es que esta mañana, cuando he visto la intervención de Joaquín por aquí, y siguiendo con mi tradicional costumbre de ir por ahí con el extintor apagando fuegos, antes de que se iniciase un conflicto he preferido tomar la cosa a broma. De una parte, el post previo con el chiste gráfico del Forges sobre el lunes, y por otro lado, el tema de la quincena, el humor, se prestaban a ello. De ahí que yo haya dicho eso de que no está mal para ser lunes. Y lo he seguido con algo que pensé que se tomaría como un nuevo chiste para amenizar estos días. Porque me gustaría recordarte que aunque este es un foro literario, en estos días y en este hilo de los comentarios, cabe todo aquello que tenga que ver con el humor. Acepta que lo que ha dicho Joaquín es una especie de chascarrillo a propósito de la abdicación real y te quedarás, de verdad, más tranquilo. Y bueno... ¿cuándo caerá ese primer relato? |
Gracias, Joaquín. Interesantes reflexiones. Sigamos con la filosofía del escritor: Eso de escribir es como caminar y correr. Diréis entonces, que todos podemos hacerlo. Y es cierto. Pero... (siempre hay un pero) hay quien, entrenando, del caminar pasa al correr, y corriendo gana carreras de velocidad punta o de fonfo, como la maratón. La mayoría nos limitamos a mover con cierta desgana los pies y con ello nos desplazamos aquí y allá. Y hay más semejanza. Hay quien nace dotado fisicamente de manera excepcional, y a poco que se lo proponga sus gestas en la marcha y la carrera serán legendarias. Otros nacen más normalitos, pero algunos viven la vida de forma más o menos sedentaria y sin preocuparse por sus andares o por sus correres, mientras que otros se preparan, entrenan, acuden al gimnasio, salen por la mañana en chandal a patearse las solitarias calles del barrio, o acuden muy temprano tres días a la semana al estadio o al polideportivo. Algo parecido ocurre con el escribir. Algunos nacen dotados de un genio especial. Son muy pocos. Pero todos podemos apender y acabar siendo aceptables escritores. Reflexiones como las de Joaquín pueden ayudar en ese aprendizaje. |
Hace años, en Alcalá de Henares, en una comida de micólogos, un viejo amigo nos contó un chiste y nos hizo reir mucho. Tal vez no lo recordaría si no fuese porque en años sucesivos, con ocasión de las Jornadas de Micología, nos volvíamos a reunir y nos volvía a contar el mismo chiste. No puedo traeros aquí su imagen explicando esta pequeña historia, por lo que tal vez la misma no os haga reir. Pero os juro que oirle explicar la historia, aunque ya sabíamos el final, era algo divertido. Es lo que tienen los� buenos contadores de chistes. Te hacen reir sólo con comenzar el chiste. Yo lo recuerdo más o menos así: El castellano viejo �Un caballero orondo y corpulento, vestido con un discreto traje color gris oscuro y con una camisa de color crudo cuyo cuello cerraba con dificultad alrededor de su potente papada, entró a eso de la una del mediodía en un afamado restaurante donostiarra. —¿El señor va a comer?— le preguntó el maitre, acercándose con una sonrisa y mostrando con gesto típico el interior del local. —Pues claro que voy a comer. ¿A qué viene uno a un sitio como este? —¿Le va bien aquella mesa, junto a la ventana? —No está mal... vamos a la mesa. —Por aquí señor... � � —Mire, joven, me han dicho que aquí en Euskadi, y sobre todo en este sitio, se come bien. Yo, se lo advierto, estoy acostumbrado a comer muy bien, de modo que confió que sea cierto lo que dicen. Porque cuando un castellano come, come de verdad. ¿Qué me puede servir para empezar, así como, digamos, para abrir boca? —Tenemos nuestra famosa ración de angulas de Aguinaga, las cocochas de merluza, o unos camaroncillos, unos buñuelos de changurro, unos espárragos con serrano... —Mire, déjese de mariconadillas. Me va a traer un cuarto de quilo de percebes, dos changurros y media docena de vieiras. Y para regarlo, me trae una botella grande de chacolí. —Cómo no, señor. Marchando. � � —¡Joven! Ahora que ya he hecho un frugal aperitivo, ¿qué me recomienda como entrante? —¿Cómo entrante? Pues tenemos una bullabesa al estilo de Marsella, un cocidito muy rico, unos canalones de marisco, unas langostinos a la plancha... —¡Joder, no me venga con mariconadas otra vez! ¿Y ustedes los vascos dicen que comen bien? Me va usted a traer una cazuela grande de merluza a la vasca, y para acompañarla un par de sepias a la plancha. Y me trae pan ad libitum y una buena botella de un blanco catalán, un Torres Viña Esmeralda. —Al momento, señor. Y pan... a discreción. � � —No ha estado mal, lo admito. Bien, ahora vamos con el plato principal. No, no me diga nada. Prefiero pedirle yo. Me preparan un buen cochinillo, entero, y me le ponen una buena guarnición, con patatas, coliflor y setas. Para regarlo una botella de Patermina Banda Azul... o mejor una de Marques de Murrieta. Y me trae algo más de pan, si no le importa. Gracias. � � —¿Ha estado todo de su gusto, señor? —Perfecto, joven. Pero no felicite al cheff todavía... primero vamos a ver que pueden ofrecerme para los postres. —¿Para los postres, señor? Pues tenemos... ya sabe, cuajada, leche frita, tarta de queso, tarta de Santiago, puding de plátano... —Excelente. Me trae una ración de cada cosa. Y una botella de jerez dulce. Pequeña. El vino dulce engorda, y no me conviene pasarme. � � —Enhorabuena, amigo. Veo, que como dicen, aquí en el País Vasco se come bien. Todo ha estado de mi gusto. Les felicito. Ahora, por favor, me trae un café largo, una copa de coñac Torres Diez Años, y un buen habano. Para hacer la sobremesa y fumarlo a la salud de ustedes. � —¡Uhmmm! ¡Uhmmmm! Excelente este Romeo y Julieta. Gracias, joven. —Este... caballero... yo... —Diga, joven. —¿Puedo hacerle una pregunta indiscreta? —Hágala, muchacho, no se corte. —Comer, lo que se dice comer, ya veo que usted come mucho. Pero me estaba preguntando... ¿Usted también... este... vamos... jode mucho? —Pues que quiere que le diga... Pssst... una vez por semana, más o menos. —¿Y no cree que, para una persona que come tanto, eso es poco joder? —Más bien diría yo que eso es mucho joder, siendo yo, como soy, el obispo de Astorga. Nota: Así nos lo contaba aquel buen amigo en Alcalá. Si os ha hecho gracia el mérito es sólo suyo. Y si os disgusta, lo lamento, pero me he limitado a trascribirlo con la mayor fidelidad posible. � |
Los relatos presentados son, por orden de aparición: De profesión: Pitoniso Flores amarillas Dei matrem Dame veneno. Pancracio Big Hole Inc Y las películas que optan al "Oscar" de la mejor película de humor (y algo más) de todos los tiempos son: Agárralo como puedas El jovencito Frankestein El maquinista de la general La vida de Brian Los dioses deben estar locos Sopa de ganso ¡A votar!
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Empezamos el baile! Con tres votantes tempraneros la clasificación es la siguiente: PELÍCULA
MEDIA
Agárralo como puedas
7,00
El jovencito Frankestein
5,50
El maquinista de la general
4,17
La vida de Brian
4,08
Los dioses deben estar locos
4,33
Sopa de ganso
6,33
Pero seguro que habrá sorpresas, porque lo que sí va a haber es una: de votos!!! Comentaros que si puedo haré otra clasificación intermedia antes de la final, pero va a ser difícil, así que no desesperar, más emoción para el final... |