Nació una vez en un lugar muy alejado, un ser con
facultades excepcionales en las artes ocultas.
Hijo de una familia acomodada, ya desde pequeño, sus
padres veían en el la habilidad natural para comunicarse con seres invisibles.
Al cumplir los siete años de edad, el niño ya contactaba
a pequeñas �entidades con las que jugaba,
lo lograba mediante algunos conjuros que averiguo leyendo los libros de su
familia. No existía ningún ser invisible en su casa ni ningún otro lugar en su
vecindario� por pequeño que sea, que el
no hubiera conocido o invocara con su gran habilidad.
A los diez años ya conocía los nombres de todos los seres
que su cultura había contactado a lo largo de la historia y algunas veces
utilizaba a algunos pequeños para que hicieran travesuras por él. Sin embargo
cuando algo se rompía en casa o los vecinos se quejaban de que algo no los
dejaba dormir en la noche, su madre automáticamente sospechaba de él.
Sus padres se percataron de que el niño poseía esas
cualidades y decidieron que lo harían estudiar ocultismo en la Escuela Superior
Ocultista que era la mejor escuela de la colonia planetaria en la que vivían.
Su abuelo que fue un eminente ocultista, aunque fue
rechazado por algunas escuelas debido a sus ideas revolucionarias, fue entonces
cuando el señor decidió abandonar las escuelas y se convirtió en autodidacta,
fue asi que se dedico de lleno a las ciencias ocultas. Sus costumbres sufrieron
por entonces un cambio radical, pues pasó a dedicar todo su tiempo a revisar
antiguos archivos de las bibliotecas y a visitar remotos templos en búsqueda de
manuscritos escondidos.
Jnum era un niño bastante sereno y no poseía el clásico
temor infantil a la oscuridad o a los fantasmas pues el siempre sabía las
intenciones de estos seres cuando se los encontraba. Se le podía pedir que
fuera a algún lugar oscuro ha traer algo y Jnum lo hacía, o enviarlo a lugares abandonados
donde otros niños e inclusive algunos adultos no se atrevían a ir.
El niño siempre gustaba llevar consigo algún
pequeño libro de ocultismo que encontraba en algún rincón de la biblioteca de
su casa, pues sostenía que con el algún día podría controlar cualquier cosa.
Sabía además las intenciones de algunas personas
solo con verlas, no se sabía si alguien se lo decía, o se daba cuenta por su
extraordinaria perspicacia.
Su madre estaba convencida de que el niño era un virtuoso,
pero su corazón sabía del riesgo que traía consigo esa carrera.
Igual que muchos niños excepcionales, Jnum era un
niño un tanto retraído. Algunas veces ce encerraba como en una capsula y
esperaba que nadie le hablara. En cambio, los otros niños �muy alegres algunas veces querían tomarle el
pelo, pero el encontraba la manera de contrarrestarlos.
Cierto día, el niño se despertó por la mañana.
Sus profundos ojos visualizaron una tenue luz sobre su cama. Inspiró aire y lo
expiró tranquilamente. Luego saludo al ser por su nombre y se levantó para
comenzar el día como si fuera algo muy natural.
El niño contaba con naturales cualidades para
comunicarse con todo tipo de seres, al parecer había heredado esa habilidad de
su abuelo y además, el pequeño poseía un carácter de hielo por lo que no se
asustaba con ellos.
En cierta ocasión Jnum visitó de pequeño uno de
los principales mercados de su ciudad con su madre. Un lugar utilizado por la
gente pobre como depósito de vísceras y fruta ubicado en un lugar bastante
paupérrimo de la ciudad capital, un lugar en que el mal olor se extendía en las
calles como un vaho que olía a suciedad del que cualquiera huiría.
Era el sitio más maloliente de toda la colonia
principal. Aquí fue donde observó Jnum por primera vez la cantidad de pobreza
en la zona, mientras muchas ideas le cruzaban la cabeza.
Se oían desde lejos los ruidos quejidos y discusiones
de los comerciantes en el desagradable lugar, los borrachos estaban tirados en
el piso descansando y junto a ellos, los mendigos que extendían sus delgadas
manos implorando por una pequeña dádiva.
Algunos de los transeúntes, sin hacer caso al olor
incluso se ponían a comer a un lado de la calle, mientras los perros comían
algunas sus sobras que caían al pétreo suelo, todo era desagradable en los
alrededores de la amplia avenida.
Jnum se encontró por un momento en un puesto de
venta de carne observando con desagrado, como uno de los vendedores estaba
destripando animales.
Sin embargo, la gente del mercado parecía no
percibir el olor a podrido, debido a que su olfato ya estaba hacía mucho acostumbrado
y además la actividad del mercado les distraía los sentidos. Jnum pensó que por
mas que alguien se acostumbre a una situación difícil no significaba que esta
fuera correcta.
Jnum sólo deseaba alejarse de aquel desagradable
lugar, pues los olores le perturbaban la nariz, solo deseaba perder rápido de
vista ese triste lugar.
�Entonces, le
pidió a su madre que comprara pronto, para poder irse y dejar atrás todo
aquello.
Luego de adquirir lo que necesitaban, se
retiraron del desagradable sitio cruzando la amplia calle.
Algunos de los comerciantes que vendían allí, eran
también eran ocultistas, vendían sustancias extrañas en decenas de envases de
distintos colores, hierbas, huesos, esencias y algunos libros que aunque
despertaban la curiosidad de Jnum, no podía comprar pues no tenía aún edad suficiente
para adquirirlos.
Para cuando Jnum llego a la adolescencia, conocía
ya con bastante exactitud los tipos de entidades que, según los manuscritos y
datos históricos guardados en computadoras, se señalaban como las dominantes del
multiverso, y sentía que algún día debería comunicarse con ellas.
Debido a sus misteriosos dotes, algunos personas de
edad avanzada y chapadas a la antigua, sentían algo de temor de acercársele,
pero el no le prestaba importancia, sabía que algún día, su capacidad le daría
frutos.
El sabía que, al igual que para los Traelian,
para estas entidades el concepto de bien y mal era mas bien un tanto subjetivo.
Pero ya que no tenía suficiente experiencia, Jnum
aún no lograba clasificar las entidades en positivas y negativas. La ilusión y
el objetivo que �su mente era escribir
algún día un registro completo que lograra clasificar a estos seres invisibles y
misteriosos, asi como lo habían hecho en el pasado los grandes ocultistas de su
cultura.
Algunos días Jnum se sentaba en el borde de un
muro de la fachada de su casa y acariciaba a su gran gato blanco, y cuando le
conversaba el animal parecía entenderle.
Durante sus estudios básicos en una pequeña
escuela cerca a su casa. Los profesores se percataron de su habilidad y le
sugirieron a sus padres que el niño debía estudiar las artes ocultas.
En aquella época había en la colonia Dasue alrededor
de cinco mil ocultistas expertos además de otras decenas de miles de mediocres.
La mayoría de ellos vivían a las afueras de la ciudad capital. En las fachadas
de sus enormes y bizarras casas, se podía apreciar distintos símbolos detalladamente
dibujados en las paredes que estos utilizaban para distintos motivos.
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Capitulo 2 : La Escuela Superior
Ocultista
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Fue así que a los veinte años y después de acabar
sus estudios básicos y con grandes deseos de continuar aprendiendo, Jnum
ingresó a la Escuela Superior de Ocultismo en donde ya algunos alumnos habían
oído hablar de él.
Jnum se matriculo para el primer año de estudios
que empezaba ya en una semana, los primeros días de clase, se sintió un tanto
extrañado por el aspecto de deteriorado lugar, tenía el avejentado sitio grandes
columnas de roca esculpida con motivos ocultistas, envueltas por una tenue
neblina y algunas paredes invadidas por algo de maleza.
Todos los estudiantes llevaban orgullosamente en
la frente, el símbolo de su familia. Mientras mayor numero de ocultistas
hubiera en ella, mayor era el prestigio del estudiante.
Nadie sospechaba por ese entonces el personaje en
el que Jnum se convertiría luego de unos años. Siempre llevando una extraña
libreta para ir apuntando todo lo que percibía, solía ser un tanto discreto en
cuanto a sus descubrimientos.
Jnum nunca estuvo separado de su familia hasta
que, con esfuerzo, tuvo que mudarse cerca a la escuela de ocultismo al igual
que algunos de sus compañeros de clase.
Jnum tenía casi veintiún años cuando conoció a
Kal. El era otro Traelian con bastante talento en el ocultismo que era hijo de
un ocultista reconocido y que tenía ya veintiuno. Kal era estudioso y estaba
obteniendo buen puntaje en sus cursos.
Luego de tres meses de haber comenzado los
estudios básicos del primer año, Kal le presentó a otro Traelian nombrado Nubu,
que era corpulento y de carácter violento. El ya había cambiado cinco veces de
escuela por problemas de conducta. Nubu había logrado ya un título en la
milicia, pero pocas veces lograba acabar un año de estudios sin que lo echaran.
Jnum pensó que quizás podría canalizar esa indeseable
violencia a su favor en alguna ocasión.
Los tres amigos llegarían sin saberlo a ser
grandes compañeros en las futuras contendías que les esperaban contra algunos
enemigos de su especie.
Un día común, después de escuchar una clase, Jnum
y los alumnos salieron afuera del salón a caminar por los sombríos pasillos de
la vieja institución y a tomar un poco de aire.
Empezaron a conversar entonces discretamente sobre
algunos problemas que en ese momento aquejaban a la nación Traelian.
Ellos aún no se habían dado cuenta, pero un
profesor los observaba con sospecha desde la ventana de un gran salón. Jnum se percató
y rápidamente cambió el tema de conversación pues, algunos profesores no
aceptaban que se hablara de temas políticos en la escuela.
Sugirió entonces a sus dos amigos que caminaran
un poco, para dejar atrás la vista del estricto profesor.
Lograron luego conversar, mientras recorrían los
largos y fríos pasillos de la escuela que eran débilmente iluminados por el sol
de la tarde.
—Amigo… tú y yo hace tiempo que nos conocemos �—le dijo Kal a Jnum mientras caminaban por el
largo y vetusto pasillo de la escuela.
—Por supuesto —le contestó Jnum—. �Tu sabes que te tengo mucha confianza.
—Gracias, pero aún con nuestra amistad... tu sabes
que no te apoyo mucho en la idea de la utilización de entidades con fines de
beneficio propio.
—Oye Kal, ¿me dirás que nunca utilizaste amigos
invisibles para hacer trampa en exámenes? —le preguntó Nubu mirándolo con dudas.
—Espera un momento, déjame acabar —respondió Kal—.
Pero en vista de la situación creo que utilizarlas para fines de conveniencia
personal, estaría justificado para nuestros compatriotas en necesidad aún cuando
los profesores y autoridades se opongan.
—Claro que si —asintió Nubu—. Lo que sea con tal
de salir de la difícil situación. Las colonias sometidas económicamente por esa
desagradable especie deben ser liberadas.
-Correcto, el uso de nuestras facultades estaría justificado,
añadió Kal.
—Bien amigos —dijo Jnum—. Lo que dicen es cierto.
Como sabrán al igual que algunos Traelian, yo nací con ciertas facultades que
me facilitan �entrar en contacto con
entidades de diversos tipos.
—Eso es verdad —afirmo Kal—. En ese sentido
tienes bastante ventaja sobre otros.
�—Asi es —continuo
Jnum—. Y aunque a veces es algo un tanto desagradable… me parece que una vez
que perfeccione mis métodos podría persuadirlas para que hagan cosas por
nosotros.
—Es decir que te hagan favores —añadió Kal.
—Bueno, esa utilidad no esta muy bien vista por
nuestros líderes. Sin embargo yo pienso que en algunos casos estaría
justificado —añadió Nubu.
—Es verdad… Oigan me parece que después podríamos
hacer algunos experimentos en mi laboratorio —los invito Jnum.
—¡Si amigo!... tus equipos son geniales —exclamo Kal.
—Si… también me gustaría hacer algunas pruebas —dijo
Nubu.
—¿Qué día podríamos hacerlo? —le preguntó Kal.
—¿Tienen tiempo mañana? —preguntó Jnum.
—Si claro —contestó Nubu—. Podría ser mañana en
la noche.
—Bien, entonces alistare mi laboratorio y los
espero en la noche —les dijo Jnum.
�—Espero que
mi enamorada no me moleste, como ustedes sabrán, a veces es muy hostil —dijo Nubu
sonriendo.
—Pues contrólala amigo… tan rudo que dices ser,
la mujer que dirige tus sueños no te debe controlar —le sugirió Kal—. ¿Crees mañana
en la noche podría ser Jnum?
—Asi es, mañana en la noche, y deben mantener la
discreción por favor —les pidió Jnum.
—No te preocupes por eso —contestaron ambos.
-Necesitaremos algunos elementos, lleven lo que
puedan –les sugirió Jnum.
Luego de conversar un momento mas, vieron que la
noche se acercaba y el frio se hacía cada vez mas intenso.
�Los tres
amigos decidieron entonces despedirse y se retiraron del lugar rápidamente.
�Jnum se
dirigió entonces a su casa atravesando las sombras que la tarde hacia caer.
Mientras caminaba sintiendo algo de frio, se puso su largo abrigo negro.
Llego a la seguridad de su casa luego de unos minutos,
bebió algo y arrojo sus cosas sobre el escritorio.
Se acerco al balcón de su dormitorio y, al ver
los tejados, los caminos asfaltados, y los encantadores y verdosos prados que
se extendían a lo lejos, percibió que todo formaba un bello y misterioso cuadro
con la luz tenue del ocaso, su ciudad sería sin duda alguna, un maravilloso lugar
para vivir si no fuera por el problema que estaban causando los invasores, sabía
que pronto toda la paz, acabaría en un desastre.
El solía investigar constantemente y a veces, tenía
que vencer el sueño hasta tarde en la noche.
Al día siguiente por la mañana, Jnum asistió a la
escuela un tanto cansado a la escuela, y en el salón uno de sus profesores le
pidió que enseñara un trabajo.
—Señor Jnum dígame… ¿como va su trabajo sobre historia?
—le preguntó el orgulloso profesor que llevaba el curso mientras arreglaba su
material didáctico.
—Ya lo tengo bastante avanzado profesor. Puedo
leerle una parte si gusta.
—Muy bien, solo un párrafo.
—Bien —dijo Jnum mientras miraba su trabajo—. Y
las naves de los primeros Traelian cubrieron la colonia Dasue, y sus hijos
progresaron y se desarrollaron a través de los tiempos. Los primeros
manuscritos fueron la obra de su sabiduría. Los seres que moraban en la
superficie fueron derrotados. Fue asi que los Traelian lograron conquistar
muchos planetas en esta región de la galaxia.
—Esta bien Jnum lo leeré después. Déjelo en mi
escritorio y puede sentarse.
—Gracias profesor.
Jnum se sentó en su pequeño pupitre y el profesor,
que llevaba dos cursos con ellos, comenzó con su clase.
—Muy bien —le dijo el profesor a todos los
alumnos—. Todos deben tener el trabajo listo para la próxima semana por favor.
—¡Si profesor! —contestaron los alumnos.
—Bien �—dijo
el profesor mientras comenzaba su clase—. Sobre el curso de Invocaciones, quería
explicarles sobre la utilidad de los tableros ouija en este caso.
—Recuerden —continuó el profesor mientras proyectaba
unos dibujos en la computadora holográfica—. La cantidad y tipo de entidades
que acudirán durante la utilización de estos tableros esta estrictamente
determinada por la posición de los astros en el momento que realicen la sesión.
—¿Cuál es la importancia del detector electromagnético?
—preguntó un alumno.
—El detector electromagnético les indicara la
cantidad de entidades que se presentan, además claro, de otros datos que deben
ser registrados. Recuerden siempre seguir el método adecuado al realizar
cualquier ritual.
—¿Entonces es preferible usar antes de un ritual los
instrumentos electrónicos de exploración? —preguntó Jnum.
—Asi es, los instrumentos de exploración se
encuentran aún en fase experimental, pero los modelos actuales nos permiten
darnos cuenta de que entidades se encuentran en las cercanías, por lo que es
preferible utilizarlos antes y durante cualquier convocación.
—¿Deben realizarse utilizando palabras exactas o
existe tolerancia de error durante las invocaciones? —preguntó Nubu.
—Bien, ese punto es importante… las
pronunciaciones deben ser exactas y con total concentración. Recuerden que una
mala fonación los puede meter en un problema bastante serio.
—¿Que libro nos recomienda usted profesor? —preguntó
Kal.
—Para esto, se que el Tenebrarum es uno de los
mejores, además consigan el Entidades Lejanas. Alumnos les recuerdo, sean muy
cuidadosos y que su mente se ilumine con mis enseñanzas.
—Pero esos libros son un tanto difíciles de
conseguir —murmuro Kal con ojos aburridos.
—Si, bastante antiguos y la biblioteca aquí es un
tanto deficiente —le comento Jnum.
El profesor continuó dictando la clase y luego de
acabada esta, todos salieron del salón.
Jnum se despidió de sus compañeros y se dirigió a
su casa.
Jnum ya se estaba volviendo incomodo a la vista
de algunos, de hecho, cuando algunos profesores rechazaron sus trabajos que
estaban basados en sus minuciosas investigaciones, él siempre tuvo la �sospecha de que algunos de ellos habían tomado
la decisión de desaprobarlo debido a que temían que el los hiciera quedar como
ignorantes.
Así, Jnum era feliz publicando solo algunas de
sus investigaciones en boletines de aficionados que eran bien vistos por muchos
estudiantes.
Una semana después, debido a que los alumnos del
instituto sabían que la investigación de Jnum avanzaba, le habían ofrecido la
dirección de un periódico estudiantil. Sin embargo el se rehusó poniendo como
excusa su falta de tiempo. Aunque la verdad era que el temía que le robaran las
investigaciones y descubrimientos que tanto trabajo le habían costado.
Para mantenerse haciendo descubrimientos Jnum� no necesitaba comidas especiales ni ningún
tipo de drogas, solo tomaba multivitamínicos que estimulaban su glándula pineal
y realizaba sesiones de meditación que a veces le resultaban agotadoras y la
mayoría de las veces averiguaba la información utilizando entidades amigas,
leyendo grandes y extraños tomos o también utilizando los archivos de las
computadoras.
Para el joven Jnum, la Escuela Superior de
Ocultismo fue una gran paso en su carrera hacia el conocimiento. Es posible que
no hubiera podido aprender tanto en ninguna otra escuela, pues esta era la
mejor de toda la colonia. Sus profesores eran algunos de los mas renombrados ocultistas
de toda su cultura. Sin embargo las ideas de Jnum no eran bien recibidas por la
mayoría de ellos.
Jnum no le prestaba mucha atención a los chismes
de la gente, ni a otros detalles como andar bien arreglado, tampoco le
importaban mucho los bienes mundanos. Casi siempre estaba concentrado pensando
métodos de superación científica, podía estar hora tras hora investigando y sin
comer mucho. Era valiente y algunas veces un tanto terco.
A pesar que su familia era de clase acomodada, se
conformaba a veces con poca cantidad de comida y prefería gastar su dinero en
herramientas para su investigación.
Cierto día durante una gris tarde, mientras
experimentaba con dos pequeñas entidades elementales en su laboratorio, Jnum pudo
ver claramente como una de ellas atacaba y le robaba el alimento a la otra. Entonces,
a Jnum se le ocurrió de pronto una idea que cambiaria la manera de pensar en su
sociedad.
Al día siguiente Jnum presentó un trabajo a su
profesor y comenzó a conversar con el.
—Bien Jnum ya tengo su trabajo… el examen será
pronto, le sugiero que estudie.
—No se preocupe profesor, pero… también quisiera
preguntarle algo.
—Si, dígame alumno.
—Sobre el tema de política... ¿no cree que se
podrían llegar a utilizar algunas entidades para algunos fines aparte de los de
investigación?
—¿Aparte de investigación? ¿Como para que?
—Estaba pensando que… en vista de la enorme
cantidad de tipos de entidades y nuestro relativo dominio sobre muchas de ellas,
tal vez algunas podrían ser utilizadas digamos… de una manera un tanto mas bélica.
—Jnum… como usted sabe, nuestra cultura prohíbe
utilizarlas para fines de beneficio propio y menos aún con fines bélicos —le
dijo el profesor sacudiendo la cabeza.
—Pues la verdad, me gustaría que nuestra cultura
diera un paso hacia el cambio.
�—Bueno alumno,
a lo largo de nuestra historia, las leyes solo nos han permitido utilizar
nuestro arte con fines de investigación y experimentación, lo demás es terreno
ilegal.
—Bien profesor, lo que sucede es que me sacuden
la mente algunas ideas un tanto contradictorias con las antiguas leyes.
—Pienso que esas ideas podrían caus