Comienzo
Buen micro. Nos transporta a un momento de la historia y de uno los inventos que revolucionó el mundo... supongo, porque imagino que los personajes son hombres reales que formaron parte de los acontecimientos. La verdad es que no estoy muy puesto en el tema, pero resulta creíble.
Al principio no me ha parecido más que un resumen a modo de anécdota, pero al final con ese entusiasmo del aviador y el “...en casa para navidad” me ha terminado ganando. Que al telegrafista le parezca poca cosa el logro me hace sonreír, alucinado se quedaría de llegar a conocer Internet y todo lo que en cuanto a comunicación abarca.
Expediente 206
El mío. No me cabía todo, así que hice un experimento omitiendo los sujetos y diferenciando los personajes con negrita, ¿funciona?
Intimidad
No está mal, pero no termina de definir cuál es el riesgo que asume. Me explico. Parece un micro de esos que te hacen evocar olores, colores y sensaciones, que simplemente trata de llevarnos de la mano por una serie de acontecimientos decorados con una misma estética. La verdad es que eso lo consigue.
Luego está el momento disparo, intenta jugárnosla, pero es obvio que no está de caza, el título y el comportamiento del protagonista dejan claro que se dedica a la contemplación. No me la cuelas.
Tengo un pero, creo que de los gordos:
“Salió volando, pasó sobre mi cabeza regalándome un soplo de aire cálido, en el pico un insecto que aleteaba desesperado y luego desapareció en la espesura. Un destello amarillo, otro azul en las plumas y el pico largo y puntiagudo cargado con su presa.”. (44 palabras).
Tengo la sensación de que se dice lo mismo dos veces... como si pasasen dos pájaros. Supongo que el autor no se decidió a la hora de desechar alguna de las descripciones y optó dejarlo todo. No encaja; se sostiene, pero no hace más que entorpecer visualmente el trayecto que se sigue con la mirada mientras lees. A ver si sé explicarme con unos retoques (con su permiso, señor autor), creo que es posible fusionar casi todo y que quede igual de bonito sin llevar a confusión:
“Salió volando acompañado por un destello ambarino, pasó sobre mi cabeza regalándome un soplo de aire cálido, en su largo y puntiagudo pico viajaba preso un insecto que aleteaba desesperado. Otro chispazo añil llegó desde su plumaje al chocar con los rayos del sol antes de desaparecer en la espesura.” (50 palabras)
El incremento de palabras (el micro tiene 98 más título) se resolvería al suprimir parte un final que llega de forma precipitada rompiendo el ritmo en el que está escrito el resto del micro, ya que se pasa de descripciones largas a otras cortas y contundentes.
El cambio del color por un sinónimo más finolis lo puedo explicar, aunque tal vez sea más por gusto personal que por necesidad. La capa de color en los animales es más compleja que la gama de colores que pueda presentar una silla del Carrefour. Un gato puede ser negro o blanco, pero uno color crema o albaricoque no debería describirse como naranja en un micro con un rollo tan de documental de La2... Ya sé que estoy siendo muy pijo con el tema, no me reconozco ni yo. Vaya por delante que en mi último relato del otro concurso describí a un gato como naranja o anaranjado con rayas, pero en ese caso valoré que encajaba mejor en el texto.
Con todo lo que he soltado, al final no es más que mi opinión. El micro no deja de estar lo suficientemente bien como para ganar.
Efectos secundarios
Tengo un problema con este micro, y es que no me transmite nada. Entiendo el sentido y lo que cuenta pero me deja frío.
Otra de las pegas que le encuentro es que el título se repite en el texto. “Rendimiento” y “halcón” también, y muy seguido. En los micros hay que trabajar más con los sinónimos o con frases que se refieran a lo mismo pero con palabras diferentes. El “-¡Sí, señor!” del final, sobra.
El peso del alma
No está mal la brevedad que maneja, no parece sobrar ni faltar nada. Lo malo es que es un tema bastante manido y con un montón de antecedentes. No sorprende, es una versión más de lo mismo.
Porque el título habla del alma, que si no podría pensarse que se trataba de un gas...
La muerte de la gata
Vale. Este micro me ha hecho sonreír. Siempre he tenido gatos en casa, algunos familiares también. Mi tía Kety tuvo una gata, Mini se llamaba. Vivía en un quinto (ya sabéis lo que sigue), un día que tenía la ventana del salón abierta, Mini saltó desde el respaldo del sofá intentando atrapar un gorrión posado en el enorme platanero que crecía en la acera de esa fachada. No se mató, se rompió una pata trasera por tres sitios. Seis meses después estaba recuperada y sólo cojeaba un poco. No sobrevivió al segundo intento... ¿A que no sabéis si reír o llorar? Con este micro a mí me ha pasado lo mismo.
¿Pobrecilla quién? ¿El ama o la gata?
Tiene un puntito romántico y exagerado que le va bien. Después de mandar mis votos me di cuenta de que tal vez me haya quedado corto y se merecía alguno más. Lo siento.
Había una vez...
Al principio pensé que se trataba de Mary Poppins, pero ya veo que no. Payasos... la verdad es que soy de los que les dan un poco de yuyu. El micro habla de esos acontecimientos que de pequeño te hacen replantearte tu futuro, algún día seré profesormédicocantantebarrenderoninjapayaso...
¿Demasiadas comas al final tal vez...? No sé...
El experimento
Menudo sádico, todo por la ciencia...
El muy cabrón parece estar prestando su ayuda para que la niña recupere el habla y en realidad ha sido él mismo quien ha provocado el estado de Susana.
Pone los pelos de punta pensar en la ambigüedad que le da al término “papá”. Tal vez está tan pirado que quiere hacer creer a la niña que es su padre o, lo que es peor, realmente es su padre.
Me ha gustado, que no encantado.
Tarjetita por allí...