La frase de inicio será: "¿Te gustaría que...?"
Incertidumbre -¿Te gustaría que fuera…? -Vamos a la doctora para que nos lo diga -afirmó seria. -¿Pero qué te gustaría? -¡Niño! –dijo la cría con convicción. -No molestes al señor, María -intervino la madre. Guardamos silencio. Yo esperaba a otro médico. Cuando salieron de la consulta la pareja sonreía con una ecografía en la mano. La niña daba saltos a su lado, intentando alcanzarla. De repente pareció acordarse de algo. Me miró. Su sonrisa iluminó una cara que resplandecía. Me dijo desde lejos, arrastrada por la mano de su madre: -¡Voy a tener un hermanito!
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No os fiéis de las mil y una noches — ¿Te gustaría que lo intentásemos? —Déjalo, eso son cuentos chinos. —Voy a probar con este paño. Así... frotando... ¡PAFFFFF! —¡Ufl ¡La madre que parió al mago que me metió en la lámpara! —¡Un genio! ¡Nos concederá tres deseos...! —Corta el rollo amigo. Gracias por el favor, pero compréndelo, llevaba cien años ahí dentro y tengo muchas cosas pendientes. Si no te importa me esfumo y regreso a mí tierra... ¡PAFFFFF! — ¡No te jode el genio este! ¡Le saco de la lámpara y se larga así, por la cara! —Ya te dije yo que eso eran cuentos chinos.
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Algún día Te gustaría mandarlo todo a la mierda, pero mañana te levantarás temprano y te irás a trabajar obedientemente. Te gustaría invitarla a tomar algo, pero sabes que tiene novio y nunca osarás cortejarla mientras esté emparejada. Te gustaría comprarte otro coche, más nuevo y mejor, pero ahora no tienes suficiente dinero y esperarás unos meses a reunirlo. Te gustaría darle un buen escarmiento a ese que tanto te putea, pero te aguantas y te das la vuelta apretando los dientes. Te gustaría hacer tantas cosas, que al final te conformas con la dulce y plácida rutina de siempre.
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¿Qué importa dónde? ¿Te gustaría ver ponerse el sol desde el tejado de nuestra casa, me propusiste nervioso, o que por la ventana se vieran las estrellas en la noche? ¿Te gustaría salir por la mañana a correr por el campo, respirando el aire helado, conmigo? Me lo preguntaste y yo te dije que sí, que nada me gustaría más. Y aquí estamos tú y yo, sentados en el balcón del tercero D, en nuestro piso social, mirando el cielo contaminado, seguros de que la luna saldrá esta noche en alguna parte. |