Ya sabéis como va esto. Sino, podéis darle un vistazo a las bases del concurso:
>http://www.bubok.es/foros/tema/5801/BASES-DEL-CONCURSO-DE-MICRORRELATOS-Validas-desde-diciembre-de-2010/#ultimo_mensaje
De todos modos quiero señalar que los requisitos para poder participar que se mencionan allí los tomamos ahora, en general, de forma algo más flexible.
La frase de inicio para esta edición es:
También yo me estoy haciendo viejo.
Ocaso |
Envidia “Yo también me estoy haciendo viejo, querida amiga” “¡Lo sé, lo sé! No es comparable, pero es que te envidio” “Pues que en estos cincuenta años de compañía que llevamos, sigues comiendo la misma cantidad, te mueves a la misma velocidad y, cuando te hablo, siempre me dices que tú quieres volver a nacer igual. Y yo, porque me darán de comer gratis, dormiré todo lo que quiera, llevaré la casa encima y cuando no quiera hablar con nadie, me meto dentro y a ver pasar los años” “¡Bueno! ¡Bueno! Querida tortuga, lo del sexo mejor no lo tocamos” |
Lo que queda del tiempo También yo me estoy haciendo viejo, pensó José. Estaba sentado delante de la chimenea, los leños crepitaban y perfumaban el ambiente. Blanca, su mujer, se movía con torpeza, preparando la comida. La miraba y sentía el cariño calentando su corazón. Partió un trozo de chorizo con la navaja y le dio un tiento al porrón. El vino estaba fresco.� ¿Cuántos años llevaban juntos? Toda una vida llena de trabajos y penas, pero las habían superado siempre juntos. Pronto nos separaremos, pensó, ella aún no lo sabe, pero cómo puedo decirle que me estoy muriendo. |
Prendas delicadas “También yo me estoy haciendo viejo”, parecía decirme el pingüino de peluche, trayéndome a la memoria tu sonrisa cuando me lo regalaste hace ya una eternidad. Lo cogí y lo lavé a mano con un detergente para prendas delicadas. Quedó como nuevo. Ya me gustaría encontrar en el super un detergente para rejuvenecer lo nuestro... |
Desagradecidas También yo me estoy haciendo viejo, no sólo ellas. Piensan que yo estoy aquí de adorno. Les preparo la comida cada día, les compro sus medicinas, les cepillo el pelo, les corto las uñas... ¡Hasta les limpio sus caquitas! Cualquier día las llevo a la Protectora y aquí paz y después gloria. |
Olmo centenario |