Hace cuarenta años -Es una promesa que me hice a mí mismo. -Bueno, mientras te las hagas a ti mismo… -Me prometí que llegaré a presidente del Gobierno. -¡Uy, qué difícil veo eso! Ahí vas a encontrar competidores muy poderosos. -Llegaré a la Moncloa aunque sea engañando a los españoles con promesas imposibles, como la de acabar con el paro. Seré presidente del Gobierno y haré las cosas como Dios manda: les quitaré el dinero a los pobres y se lo daré a los banqueros. -¡Ay, Mariano, Mariano, qué imaginación tienes, hijo mío!
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No hay olvido -Es una promesa que me hice hace tiempo -dijo aquel hombre. Me atreví a preguntarle al verle pasar la tarde entera en aquel banco, frente al mar. Le contesté que disculpara, pensaba que podría pasarle algo. Al día siguiente lo mencioné de pasada en la tienda de Eufrasio. -Ahora vive lejos –explicó-, pero nadie de los que supimos aquello olvida lo que pasó hace quince años. -¿Qué fue? -Su mujer se tiró por ese acantilado. Nadie supo por qué pero se llevaban mal. -Pues él tampoco. -¿Qué? -Que él tampoco la olvida.
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Emulando a Messi —Es una promesa, con quince años tu hijo llama la atención cuando pasa el balón y tira a puerta. En dos o tres temporadas los clubs más importantes irán detrás de él y yo estaré a su lado para aconsejarle bien. Confía en mí, tú no sabes nada de estas cosas, negociaré el contrato que más le convenga y le haré famoso. —Perdona, se hará famoso si es bueno. No te metas, no quiero que le pase como a tu hijo por empezar demasiado pronto. Dejemos que las cosas vayan marchando de manera natural. Si realmente es bueno, llegará, seguro. |
No hables —Es una promesa. Y te aseguro que la cumpliré —dijo desde el quicio de la puerta. —¡Pues corre! ¿Crees que me importa? ¡Me importa una mierda! ¡Vete y no vuelvas! ¡Corre! Él se giro con la intención de abandonar por completo el dormitorio; ella se cubrió la cabeza con la sábana y la mordió para ahogar el sonido de su llanto. —¿Nos vemos mañana? —La voz sonó tímida y conciliadora. Asomó la cabeza y vio el rostro suplicante de él. —Sí, claro que sí. Mañana. Y pasado. Y al otro… —Pero… un día tendremos que dejarlo. Tu marido… —Chsss... Calla…
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Se lo dijo un pajarillo —Es una promesa, no un juramento, señor. Tiene usted que prometer fidelidad a nuestra constitución y nuestras leyes. —Pero yo he sido elegido por Dios. Me lo dijo el espíritu de nuestro estimado comandante, que me apareció en forma de pajarillo y se detuvo en mi hombro. Como nuevo presidente de Venezuela, ¡yo quiero jurar, no prometer! —Como desee usted, señor Maduro. —¡Presidente Maduro! Y les aviso a ustedes, ¡tendréis presidente por mucho tiempo! |
Pueblos vacíos Es una promesa y tengo que cumplirla como sea. Yo no soy de esas que se comprometen a hacer algo y luego se hacen las locas. Me costará, porque no tengo ninguna gana. Lo más fácil sería irme todo el fin de semana a la playa y luego decirles: “me olvidé”. Pero no, no voy a hacer eso. Este mismo sábado voy a intentar afinar la guitarra y luego, por la noche, a hacer una gran actuación en la plaza del pueblo. Mis vecinos se lo merecen. Es la única noche en todo el año que aquí se celebra algo. |
Epílogo Es una promesa que no piensas cumplir, como tantas... Ya no le importa. Sonríe fingiendo creerte mientras le regalas tu mirada segura, confiada, la del cazador que desangra a su presa. Su expresión se vuelve dura bruscamente aunque ríe por dentro. Una sombra de duda nubla tus ojos. Caes al suelo. No has oído el disparo, sí su risa que ya estalla fuera. |
La visita -Es una promesa -le dijo él-. Cuando estés lista, vendré a buscarte. -Pero eso no es justo -protestó Luisa-. ¡Yo quiero irme contigo! -Todavía no. -Te echo de menos... Todos los días -le confesó ella apretándole la mano con fuerza. -Y yo a ti -respondió él. -Fueron tantos años juntos... Tras un momento en silencio, Luisa volvió a preguntar: -¿Cuándo dices que vendrás a buscarme? -Ya te lo he dicho: cuando llegue la hora -respondió su marido al tiempo que se hacía más incorpóreo y dejaba una magnífica vista del paisaje que se dibujaba tras la ventana de la residencia. |