Muy buenos los posts Greenfield. El segundo es super chungo tan amarillo, te asesina los ojos, ya les vale ¿nunca han hecho una hoja excel? xD El tercer post, como dices, es el mejor, y es muy muy interesante. El primer post lo encuentro interesante, lo que dicen del Corán y de los Testigos de Jehová. Los cristianos no lo quieren ver, pero es así, y así funcionan las iglesias católicas, censurando lo que no les gusta. Ya ves Cerino, la religión en números no significa una caca de vaca y el sexo... poco más que una caca. Sinó pregúntale a Agatha Cristie. |
Un momento. A mí me parece tan legítimo el que escribe por placer como el que tiene en mente un mercado o expectativas comerciales. De hecho, como lectores, consumimos una enorme cantidad de novelas que, por desgracia, se escriben con fórmulas bien probadas y que más recuerdan a una receta de cocina que a un libro. Best-sellers con: un poquito de intriga, una pizca de misterio, algo de acción y el prota del libelo follando cada x páginas. Y hala, promoción y a vender. Un libro cargado de sexo y/o religión puede ser basura o no, pero es que incluso aunque sea tildado con ese calificativo no hay que desdeñarlo así como así. Yo estoy escribiendo ci-fi ahora y no os imagináis lo que aprende uno no ya leyendo a los gigantes del género (que también, por supuesto) sino a los currantes del pulp, a los que escribían para Bruguera novelitas de a duro. Libritos que de niño leía embobado y que gracias a Internet estoy recuperando y estudiando con verdadero interés. Aquellos tipos escribían "basura": mucho sexo, cómo no, alienígenas, héroes a lo Flash Gordon, aliens y damiselas en apuros. Y es increíble cómo lograban atrapar al lector en menos de 80 páginas. Pero me estoy desviando un poco. ¿Habéis leído "Diarios de una ninfómana" de Valerie Tasso? Si la respuesta es no, me alegro, porque no habréis desperdiciado el tiempo y el dinero. Es un libro de escritor aficionado, en serio, DE AFICIONADO. Pésimo, insufrible, vacío, con delirantes disgresiones en primera persona que no aportan nada a la narración y tremendamente aburrido. Es como el diario de una adolescente pero en plan guarrindongo y "adulto" (o sea, que si polla, que si coño, que si me folló con fuerza y blablabla). Y ha vendido hasta decir basta. En fin, que el sexo en una novela, tanto si es un recurso más como el motor de la misma no significa que ese texto sea basura. Y aunque el resultado fuera ese... si alguien me dijera que voy vender cientos de miles de ejemplares de mis libros si los centro en el sexo o la religión, pondría a rezar y a follar hasta a los geranios de mis personajes. Que ya escribiría yo luego en mi chalet por gusto...¿no? |
No consigo editar mi mensaje antterior con éxito. Así que aclaro aquí más abajo que cuando comento de incluir religión en un libro no me refiero a técnicas milagrosas para curar el cáncer ni mandangas de esas, ¿eh? Si no a meter la religión como un elemento más de la naracción (como hace el petardo de Dan Brown, por ejemplo). |
Hay sexo y sexo, sexo vulgar y sexo divino, sexo de callejón trasero y sexo de carroza y palacio. Allá por los años 60 leí Les liaisons dangereuses y aún recuerdo con placer la descripción de la escena en que el marqués de Valmont seduce a la colegiala Cecile de Volanges. También leí la Juliette y la Justine del marqués de Sade e igualmente lo pasé bien. Menos me han gustado Trópico de Capricornio y la restante producción de su autor, cuyas escenas de sexo hacen pensar en una lección de anatomía más que otra cosa. También es de sexo El Gran Gatsby, aunque sexo maquillado y pulido, y no como los otros, sexo al desnudo. Siento no recordar ahora el título de una obra sueca que siendo crudamente sexual conseguía hacer que te desternillaras de risa. Sexo es Lolita y su morbo ha vendido un montón. La lista sería interminable. El sexo puede ser arte y puede ser basura, según quien lo maneje. Pero no cabe duda, el sexo vende. |
Víctor yo no digo que el sexo sea basura, lo que estoy diciendo es que es nefasto y vulgar ponerse a escribir de sexo porque vende. Lo que dice Cerinto: si una persona escribe generalmente sobre una temática o un género (por ejemplo fantasía épica, o terror, o sci-fi, o realista, o de postguerra, o histórica, lo que sea) y ve que no vende, y que no tiene mucho éxito. Y por otro lado ve que la religión y el sexo venden (que por cierto esto también es una falacia) y se dice "ues voy a escribir de sexo y así venderé" eso es muy muy vulgar y muy falto de moral literaria. Hacer esto es pasarte por el culo tus propios principios y dignididad de escritor. Yo escribo sobre lo que me apasiona, lo que me gusta, lo que me ilusiona: la ciencia ficción, fantasía y terror. No por estos motivos vanales y triviales voy a escribir de sexo. Eso es prostituirse. Para vender hay que moverse, hacer conferencias, presentaciones y meterse en círculos literarios. En definitiva, CURRARSELO. No escribir chuminadas de sexo o de religión. |
Agatha Christie, 1000 millones de copias, qué pasada! Recientemente alguien ha equiparado con Cervantes a Corín Tellado; pero desde el punto de vista literario, Corín es basura y Cervantes no lo es. Como desde ese mismo punto de vista es basura Agatha Christie. Sin embargo Agatha y Corín vivieron sus últimos años en aislamiento aristócrata en una casita apartada y al abrigo de la pobreza y otras malas experiencias; en cambio las hijas de Cervantes se prostituyeron para que su familia comiera. Agatha-Corín o Cervantes, esa es la cuestión! |
Otra receta mágica para vender la tira de libros es meterse en política, darse a conocer armando algún escándalo y a partir de ahí ya todo es perfumes y rosas, te publicarán y venderás aunque seas analfabeto y no sepas ni hacer la O con un canuto. Para ejemplo, un botón. Hoy mismo hablan de un libro del presidente Aznar que vende como churros aunque el contenido no sirva para mucho, como señala el comentarista. El gran Norman Mailer, primero fue congresista o alcalde, no lo recuerdo bien, luego tiró por la ventana a su mujer y luego fue escritor de renombre, así, por este orden. Otro ejemplo, el de Benedicto XVI, que primero fue Papa y después publicó su Jesús de Nazaret, éxito de ventas con la tira y aun más de ejemplares. Por eso he escrito yo El Hijo de Dios, del que podéis leer 20 páginas para tomarle el gusto. Y Al Gore, y Bill Clinton, y Winston Churchill (premio Nobel de Literatura!!!)... una lista infinita. Primero currárselo en la política o el escándalo (algún crimen, un robo sonado, yo que sé) y luego escribir, tus memorias o tus disparates, no importa, el dinero y la fama son cosa segura. Lástima que yo odie la política y nunca haya sido ni siquiera presidente de la comunidad del bloque en que vivo. Ah, hablando de sexo, Juan Carlos Onetti escribió sexo y más sexo en su Juntacadáveres, aunque un sexo pulcro apto incluso para señoras de misa y rosario vespertino diarios. |
Cuando veía un documental acerca de la figura de Satanás en el tiempo, he descubierto otra manera de vender muchos libros. Resumiré primero el meollo de esta cuestión. Venderás muchos libros si escribes aquello que la gente quiere leer. Primero piensa en la gente, en el lector al que diriges tu obra, luego en tus inclinaciones literarias particulares. Volviendo al principio, cuando en el documental se hablaba de La Divina Comedia se decía que con ella el Dante, su autor, había subido como la espuma hacia la fama. Había escrito lo que la gente de aquel momento quería leer. Luego recordé a esos autores americanos que se abren camino en medio de la gente rica, the beautiful people, y luego escriben sobre ella y la ponen a parir, retratan sus "vicios" y cuentan sus escándalos. Igualmente estos escritores venden a más no poder. Ahí lo tenéis, si queréis ser un nuevo Agatha Christie en lo que a ingresos se refiere y no un pobre diablo que muere en la indigencia, James Joyce, un ejemplo, escribid lo que apunto, sexo, escándalo, religión. |
Con todos mis respetos, estás muy equivocado, Cerinto. Si uno va a buscar estas chuminadas para vender: meterse en meollos políticos, en escándalos sexuales y de religión; lo único que conseguirá será perder toda la reputación y crédito como artista, y en ningún momento venderá nada. Yo jamás haré algo así, un artista debe ser fiel a sus principios y valores. Si pierde eso (cayendo en el agujero de la codicia y vanalidad de lo que tú dices) lo pierde todo como artista, por no decir como persona. Buscar eso que dices tú y que quizá también buscar, es solo un síntoma de que uno está acabado, que es un fracasado y no sabe qué hacer. Yo, como muchos otros de aquí, escribiremos sobre lo que nos apasiona y nos hace soñar, y venderemos si nos lo curramos, como he dicho, haciendo presentaciones, conferencias, etc. Un día publicaré mi novela de ciencia ficción, y venderé, no para ganar dinero, sino para compartir mi obra y para poder dedicarme a lo que me gusta, y eso no es escribir chuminadas de sexo, política o religión (eso para los fracasados). Solo te digo que de mi libro de poesía, en catalán, solo en un pequeño territorio de menos de medio millón de personas (Lleida-Penedés-Delta del Ebro) he vendido 800 ejemplares. Dudo mucho que escribiendo sobre lo que dices vendas nada. Se vende haciendo arte y currándoselo. |
Por supuesto, jaume (y felicidades por esas ventas curradas), pero la verdad es que en esto, como en todo, algunos lo tienen más fácil que otros. El talento es importante, pero con franqueza, cualquier personaje con cierta repercusión en los medios encontrará menos obstáculos para publicar que un desconocido. Y no hace falta ser un peso pesado de la cultura pop. Si la ordinaria de Belen Esteban quisiera realizarse como autora, podría publicar sin problemas mañana mismo, jajjaj, aunque el libro tratara sobre la cría en cautividad del lémur americano y se lo escribiera un negro de Planeta. Es así. Así de triste, me refiero. Yo ya lo dije más arriba o en otro hilo. Escribo por placer y con el objetivo de ir mejorando poco a poco. Pero el que tiene una estrategia en mente, el que aspira al éxito y adecua sus temáticas pensando en un gran público, pues oye, adelante. |
Norabuena y mi más sincera felicitación; 800 ejemplares no son como para tomarlo a la ligera. Te deseo éxito creciente en tu camino. Por cierto recientemente he leído, en castellano como es lógico, a Josep Pla, El cuaderno gris, y a fe que me ha gustado. Siguiendo con el asunto que aquí estoy tratando y puesto que hablamos de autores catalanes, he leído hace algún tiempo La catedral del Mar. La leí con gusto, pero de nuevo hay en ese libro cantidad de sexo, aun más, del dicho sexo progre, puesto que la protagonista es una mujer lesbiana que seduce a la monja joven de un convento, aparte de las otras escenas de sexo digamos canónico que a la hora de ser explícitos no se paran en barras. Insisto y sin que ello signifique prédica de nada, sino solamente exposición cruda de un hecho, en que el sexo vende. Luego a la hora de ponerse a escribir, allá cada uno. Si uno apuesta por las cumbres diáfanas de la poesía, perfecto! Si otro prefiere una cuenta corriente abultada, también es cosa suya. A propósito, el Nobel Camilo José Cela, en su primera novela de éxito, nos describe una brutal violación encima de una tumba, lo que significa sexo morboso; y dirigió su Enciclopedoa de la Sexualidad.. Y para terminar con un poco de risa ¿qué fue si no sexo lo que escribió nuestro Arcipreste de Hita? |
En mi opinión las dos vertientes que se defienden en este post son correctas. Es el eterno dilema de cualquiera que pretende ser artista, y no solamente es aplicable a escritores, pues por la misma encrucijada pasan los cantantes, los dibujantes, los pintores... Escribe sobre sexo, o sobre religión, o sobre las mentiras de los actuales gobernantes, o sobre los temas que demanda ahora el público. Hazlo. Seguro que tienes éxito. Escribe sobre lo descarriados que son los del Vaticano y puedes empezar una carrera. Dibuja cómics porno manga japoneses y te los compra cualquier editorial. Canta en Operación Triunfo y venderás tus discos como rosquillas. ¿Que eso significa prostituirse? De acuerdo. ¿Qué es la prostitución sino una forma de subsistir? Ahora bien, si crees que manteniéndote fiel a unos principios personales, basados en moralidades con fuerte carga de personalidad, sin duda debes escribir lo que en realidad sientes, aquello que te apasiona contar y que sabes que vas a hacerlo bien. Quizás no te comas una rosca, pero serás un tío auténtico y legal. Tú mismo. |
Y siguen las recetas para vender y enriquecerse. Otra manera de ganar dinero escribiendo es apuntarse a la corriente del llamado nuevo realismo o periodismo. No es nuevo, puesto que según creo fue Norman Mailer uno de sus pioneros. Más reciente es Tom Wolfe. Se cuenta una anécdota. Cuando Tom Wolfe publicó Lo que hay que tener y Todo un Hombre, que vendieron más que las rosquillas, los gurus de la literatura, Mailer entre ellos, se echaron las manos a la cabeza y clamaron que aquello no era literatura ni nada, a lo que Wolfe contestó con un artículo señalando que él vendía a montones en tanto que sus críticos se las veían y se las deseaban para colocar sus productos; y de pasada se refería al poco éxito que parecía tener un libro de Mailer, una autobiografía de Jesucristo escrita por él mismo. Yo me reí en mi interior, porque decía una verdad como un templo. Leí los dos libros de Wolfe y ciertamente lo pasé bien, se los lee con gusto y no te caen de las manos. Es un estilo dinámico y periodístico, una narración que parece detallada y fiel de la vida cotidiana en nuestro mundo a la americana, como una noticia extensa y muy bien documentada. La vida de hoy palpitante y desnuda. Mailer fue diferente. Allá por los años 60 y 70 lo leía con gusto, pero es autor más difícil, refinado y un poquitín retorcido, más 'artístico' que Wolfe si se me permite decirlo. Fue bueno, sin duda, pero Wolfe parece más juvenil y desenfadado y su prosa corre fluida de modo que se lo lee con facilidad y placer. Pues bien, hoy me gustaría escribir como Wolfe, sencillo y directo, sin filigranas de lenguaje, pero como digo, palpitante y vivo. Infelizmente para ello hay que estar metido hasta el cuello en ese misma vida que tan bien se describe, cosa sólo al alcance del ya consagrado. En fin, such is life. Saludos a todos. |
Tras pinchar aquí en Pedro Aviles, he leído su opinión acerca de La princesa de hielo, de esa autora sueca que va por la 14ª edición. Comencé a leerla hace algún tiempo y no pasé de las primeras 10 páginas, al cabo de las cuales la cerré y nunca más santo Tomás. Efectivamente, es un rosario de necios lugares comunes y una muestra penosa de pensamiento correcto, entendiendo por tal toda la basura feminista que los últimos años se nos echa encima. Bien, a ella, a esa basura totalmente al día, moderna y supuestamente 'progre', atribuyo esas 14 ediciones pasmosas. Insisto en lo dicho, el escritor que repita los tópicos de moda, tendrá éxito seguro. ¿Venía a cuento, en La catedral del mar, poner en pleno siglo XII a esa especie de superwoman lesbiana que seduce a una monja joven? No, no venía; pero es la moda. Como tampoco hacía ninguna falta reescribir en clave feminista la historia de La papisa Juana; pero la autora aprovechó la tendencia. Es como si a alguien se le ocurriera ahora representarnos a Juana de Arco con ese mismo ropaje. Por cierto, tendría gracia. A ver si alguien de los de este foro se anima y lo hace. |
Lo que dice Cerinto: si una persona escribe generalmente sobre una temática o un género (por ejemplo fantasía épica, o terror, o sci-fi, o realista, o de postguerra, o histórica, lo que sea) y ve que no vende, y que no tiene mucho éxito. Y por otro lado ve que la religión y el sexo venden (que por cierto esto también es una falacia) y se dice "ues voy a escribir de sexo y así venderé" eso es muy muy vulgar y muy falto de moral literaria. Hacer esto es pasarte por el culo tus propios principios y dignididad de escritor.
Yo escribo sobre lo que me apasiona, lo que me gusta, lo que me ilusiona: la ciencia ficción, fantasía y terror.
No por estos motivos vanales y triviales voy a escribir de sexo. Eso es prostituirse.
Para vender hay que moverse, hacer conferencias, presentaciones y meterse en círculos literarios. En definitiva, CURRARSELO. No escribir chuminadas de sexo o de religión.