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El diario El País dedicó la portada de su suplemento cultural Babelia al cineasta mexicano Guillermo del Toro, tras la presentación de su novela "Nocturna", la primera de la "trilogía de la oscuridad" que firma con Chuck Hogan. En su edición de este sábado, el rotativo español enfatizó que a Del Toro, con una biblioteca de más de cuatro mil libros y diez mil cómics, lo que le gusta es transgredir las barreras y que sólo el material, su nueva pesadilla, sea quien elija el medio. "De ahí nace su primera novela, la primera de una trilogía dedicada a lo único que, hablando en plata, le asusta profundamente, la idea de un cuerpo reanimado que tiene hambre", dijo. Señaló que en la novela, el mexicano, nacido en 1964 en Guadalajara, Jalisco, al occidente del país, habla de los vampiros, no esos príncipes de la noche desgarbados y atractivos en su languidez que son de nuevo los ídolos de la adolescencia gracias a fenómenos como Crepúsculo. Tampoco habla de las sanguijuelas cotidianas, de esos "monstruos de la política o del entorno social". En entrevista, Del Toro explicó que "hablo de los vampiros que realmente me disgustan, de los que me dan puro terror. El mito del vampiro parasitario y brutal". Subrayó que Nocturna responde a un proyecto más ambicioso: "la idea nace como un ejercicio especial, un arco dramático largo que no puede ser contenido en dos horas de película ni en un libro". Nocturna parte de una idea que inicialmente se formuló como miniserie televisiva, refirió El País. Cuando la cadena Fox le dijo que quería una comedia, Del Toro se dio media vuelta y se marchó con su sinopsis bajo el brazo. Un purista debajo de su imagen de buda contestatario, Del Toro aclaró que el libro que ahora publica la editorial Suma de Letras no es una "adaptación" sino una "reformulación" de ese experimento que le interesaba demasiado como para dejarlo morir en un armario. Lo de la coautoría de la trilogía junto a Chuck Hogan, autor de best sellers de novelas policiacas, el cineasta lo justifica con la necesidad de contar a su lado con alguien "con esa sensibilidad para lo inmediato", ese tono de cotidianidad y de investigación científica tipo CSI que quería darle al libro. Aseguró que en Nocturna le atrajo la idea de poner a los vampiros anidando en lugares de enorme dolor social, situando el corazón de su trama en los restos que dejaron los atentados terroristas de Estados Unido de la misma forma que "El laberinto del fauno" se desenreda en plena posguerra española. "Hay una gran necesidad de soñar con algo más que la realidad. La pandemia vampírica es infinitamente más atractiva que la fiebre porcina", lanzó el reto el cineasta