Ya lo creo !
Os dejo uno de los relatos mas cortos para que veais por donde van los tiros.....
La Maldición De Los Reyes
Mi nombre es Howard. Quiero decir, mi nombre era Howard. Porque si en verdad ya
no estoy con vosotros, si lo está mi alma, despojada en vida de mi cuerpo ya
hace mucho, mucho tiempo. Soy el guardián, el guardián de aquello que un día no
respete, pero que ahora comprendo. Quizá haya pagado un precio demasiado caro,
pero ni en lo mas remoto de mis sueños, aun cuando vivía, allá por el año 1920
había soñado con algo tan maravilloso, y a la vez tan cruel e inhumano; servir
a los Reyes. A los mayores Reyes que han reinado y reinaran por siempre en la
Tierra. Así es. Mi cuerpo murió hace mucho tiempo, muchos me lloraron, otros
sabían que aquella muerte era el importe inexcusable que debía pagar por mi
osadía. Módico precio, podréis pensar, pues la muerte no es más que una parte
del camino de la vida, si bien es cierto que la última. Pero no fue así, para
mi me tenían algo peor; la muerte en vida. Me dedico a guardar sus lechos de
muerte, obligado a vagar por desiertos inmensos de un lugar a otro, haciendo
recordar a muchos, advertencias, que ellos, tras leer fascinados en la piedra,
desprecian, tomándolas por absurdas supersticiones de los antiguos. Entonces
llego yo, terrible guardián de las puertas de los reyes, de su sueño, y de su
descanso eterno. Siervo entre los siervos, y muy a mi pesar, verdugo. Verdugo
de aquellos que llegan con ansias de conocimiento, con la mente abierta a
nuevos descubrimientos acerca de sus antiguos, antiguos admirados, venerados.
Para ellos, al igual que para los inmundos y rastreros saqueadores de tesoros,
insensibles al descanso, a la distinción de los reyes; la muerte. La muerte es
su fin, y ya a muchos me he llevado por delante. Muchos más serán, pues por el
resto de los evos vagaré por estos desiertos, vagaré por ellos incluso cuando
el agua anegue la morada de mis Reyes, cuando el ser humano haya desaparecido
de la faz de la tierra, cuando unos a otros se hayan exterminado... entonces yo
seguiré aquí, sólo, y todo por interrumpir el descanso a uno de los mas
grandiosos, al más efímero... a Mi Rey Tutankhamón.