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zarax
Mensajes: 2.184
Fecha de ingreso: 14 de Enero de 2009

Heidegger conoció a mi madre (Leyendo tranquilamente

25 de Octubre de 2009 a las 12:09
Una de las peores cosas de no existir jamás es que no participas de las discusiones de moda, de fútbol y de política. No te piden opinión sobre los presidentes; no cuentas tu visita a los neo-pogroms chinos. Yo quiero todo. Deseo decirle al mundo que  me gustaría conocer Moscú y Addis Abbeba. Que toda la vida quise ser un All Black. Manejar un Corvette, descalzo un día de lluvia. Que Tom Ford me haga un traje celeste y Fendi corbatas azul eléctrico.

Pero soy un ser imaginario. Una idea con sueños de ideas de sueños. Si alguien me preguntase —pregunten—, diría que habría querido quitarme la ropa más seguido, no necesitar anteojos o tocar el corno francés. Desearía comprobar la leyenda de los quinientos leones que custodian el tesoro de tres mil años de Semerkhet en el cuerno de Somalia.

Así de vaporoso, todavía busco protagonizar algo. Ser, por ejemplo, el botín de Gighia en el minuto 79 del 16 de julio de 1950. O el corazón de un montañista español al coronar un K-9. Las manos de Rachmaninov. La pluma de Rilke, un latón de pintura de Pollock. Las cejas de Groucho Marx. El primer protón —y el penúltimo.

Así, esencial, uno es la totalidad de las cosas. O sea, un campo finito (o infinito) desconocido. Yo pasé por la vida como una idea que olvidaron de inmediato. Un buen día me fui o me sacaron y ya ni recuerdo qué era. Pude haber sido el amor, el plano de un puente sobre el río Napo, la rácana indiferencia, el instante que precede a la vida o a la muerte, que es el mismo. Quizás estuve en el cerebro de un delfín o no fui más que la quilla de un barco encallado.

El problema de quienes fuimos o somos una idea es no tener a quien contarlo: el asunto no es ser, es ser nada.

El asunto de ustedes, los mortales, digo yo, no es andar vivos por la calle. Es la memoria. Nos pierden y se pasan la vida buscándonos. Mis respetos y envidia por eso. Yo puedo ser agua y quiero ser humo y hasta mi gato podría recrearme. Tengo mis libertades absolutas.

En cambio, no sé a qué huelen los árboles de los jardines de Sabatini, las chimeneas de Campana, la humedad, el aliento de un beso. Del Paraná me contaron que sabe a surubí. Para mí, Paraná y surubí suenan tan bien como Kenzo, foie gras, Bahá’u’lláh y matambre al roquefort.

© 1998-2009 Diego Fonseca
de su blog Gemelo Malvado
(lo recomiendo!)
emartiants
emartiants
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  • 25 de Octubre de 2009 a las 22:37
Muy interesante, gracias Rosa.