Asier abrió un poco un ojo ,
luego el otro, respiraba profundamente y se encontraba en la piedra con la que
se había chocado, pero a su alrededor todo había cambiado, en vez de ver a la
iguana y a sus amigos , lo único que veía eran las ruinas de Sabiñanigo ,
totalmente deformadas , no había rastro de sus amigos , ni nada , tampoco había
diferencia de colores, los coches, el suelo , el cielo….todo tenia un color
azul-verdoso , lo único que destacaba era el marrón de su cuerpo de lagarto,
además en el aire danzaban una especie de bolas blancas muy luminosas, había a
decenas.
Se escuchaban sonidos
extraños, nada de pájaros, tiros y coches, solo extraños, por todos lados, a veces con mucho volumen, y otras veces con
menos. Asier se levanto del suelo, estos sonidos eran repetitivos y le
perforaban la cabeza, aunque eran sonidos bastante tranquilos y relajantes.
Asier estaba mareado, algo se movió a su espalda, se giro y vio la cosa mas
rara que había visto en su vida, era un ser pequeño, de la mitad de su altura,
caminaba a cuatro patas como un perro, pero su cuerpo era muy musculoso.
Su cara era como la de una
persona , pero era mas deforme , además no tenia ni orejas ni pelo, solo unos
ojos rojos y una boca sonriente que le llegaba de lado a lado de la cara:
-¿Qué eres?-le pregunto
Asier, extrañado y con precaución
La criatura seguía sonriendo
y comenzó a babear, como si tuviera hambre, Asier se dispuso a sacar su katana
, pero ya no la tenia, aparecieron mas de esas criaturas y comenzaron a
rodearle , todos se le acercaron con su sonrisa babeante , dispuestos a atacar
y cuando estuvieron al lado de el , le saltaron encima.
Asier hizo el gesto para
atrapar con la mano a una de esas criaturas y entonces el mundo se paralizo,
si, el tiempo se paro, Asier y las criaturas se quedaron paralizadas, los
sonidos se dejaron de oír y el color verde-azulado iba desapareciendo.
Las ruinas deformadas
volvían a cobrar su forma habitual, y en tan solo unos segundos, ese mundo de
criaturas extrañas desapareció y Asier se volvió a reencontrarse con el mundo
normal, su mundo. Sintió un calor en el brazo, se lo miró y vio ese gas del
color del fuego que le envolvía el brazo, el mismo que vio en la cena de Santa
Ana, y al igual que aquella vez, desapareció.
Asier se quedo con muchas dudas,
como que era eso, en que mundo había estado y si aquel mundo estaba relacionado
con el aquel “gas de fuego”. Unos gritos le despertaron de su trance:
-! Asier!-exclamo
Abel-¿Dónde te habías metido? ,! Te hemos estado buscando por todas partes!
-Si, ¿Dónde has
estado?-pregunto Cris
-Pues- Asier dudo-no lo se
-¿Cómo no lo va a
saber?-pregunto Cris, extrañada
-Es muy difícil de
explicar-concluyo este