La simplicidad del primer millón

Apreciados compañeros,
os pongo este link para que podais echar un vistazo a este documento de Ariel Rivadeneira donde da respuesta a las preguntas que se pueda hacer el escritor novel.
http://www.booket.com/minisites/certamen_2007/pdf/guia.pdf
Aquí os pongo alguna muestra:
7. ¿A qué se debe mi dificultad para plasmar las ideas?
¿Acaso ves la idea general muy clara pero al escribirla pierde todo el interés? ¿En tu mente es como una película y en tus manos es como un puñado de arena? ¿Ese argumento que te excita se diluye al llegar al papel? Seguramente, la causa está entre las que siguen. Detéctala:
No puedes plasmar las ideas porque te preguntas si merece la pena escribirlas. Esto último va ligado a la autoconfianza. No desvalorices lo que hagas. Respetarse es la base de la fluidez creativa. A la vez, la autoconfianza proviene del convencimiento de que al escribir estás ejerciendo un acto de salud mental (transformas la realidad, captas de ella lo que te impacta aunque nunca habías reparado en ello, y lo puedes explorar) y de creación.
Vaya si vale la pena, eres un privilegiado, pero sólo si lo escribes, se abrirán nuevas puertas imposibles de alcanzar de otro modo. O esa idea tan atractiva es una buena anécdota, pero al escribirla no la sientes tuya. Lee las respuestas sobre la anécdota y sobre la voz. También resulta coercitivo para las ideas obligarte a tener un argumento previo y completo. Dices que tienes un argumento completo antes de empezar. Sin embargo, ideas productivas son comienzos, son finales: son puntas. Pero atención, ¿tienes la idea o es una primera imagen, la punta, el fogonazo que te ofrece una idea? Sólo lo sabrás escribiendo a pesar de todo. Busca la idea en la página (no en la mente) y se ampliará tu proceso mental en ondas concéntricas.
21. ¿Para quién se escribe? ¿El escritor debe pensar en el lector?
Puede estimularte escribir para un interlocutor interno que haga de «regidor», un lector ideal. Pero luego están los desconocidos lectores reales, que debes eliminar de tu proceso de elaboración. No es que escribas para ti. Escribes para construir un mundo y respondes a las exigencias de ese mundo, ingresas en una nueva realidad más verdadera que la real y para la que el escritor funciona como médium. Se escribe para ese mundo y no para ningún lector.
¿Cuándo se piensa en el lector? Cuando se intenta responder a las necesidades del mercado más que a las de uno mismo, en casos como éstos:
• El del bestseller, cuyo autor debe tener muy en cuenta desde un principio a qué público dirige su narración ya que las ambiciones de los personajes, la ambientación y las escenas coincidirán con las de los lectores.
• El del ensayo, que podría elaborarse de distinto modo para un público masivo que para uno más especializado, por ejemplo. Si escribes lo que tu alma te pide, no piensas en el lector.
Bueno, espero que algunos de los consejos os sean de provecho.
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