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Fecha de ingreso: 10 de Mayo de 2010

"Cinco Lobos" R.G. Casanova

10 de Mayo de 2010 a las 13:50

Hola a todos los bubokeros; querría aprovechar la oportunidad que me brinda el foro, para presentarles mi próxima novela, y de paso, a mí mismo: "Cinco Lobos". Es una novela que cabalga entre el género policíaco y el fantástico. Creando una atmósfera angustiosa que engancha al lector desde la primera, hasta la última página.

La presentación de la obra,  a la que están todos invitados, será el próximo 20 de Mayo de 2010, 19:00 H. En el Café-concierto "La Fídula"; C/ Huertas, 57, Madrid (Metro Antón Martín)

Allí les espero.

Reciban un caluroso abrazo y un pequeño regalo: Un relato corto con el que gané un primer premio en dicha categoría; que lo disfruten.

ELOTRO

 

Regreso a casa, avergonzado y cabizbajo. Y no por mí. Que siempre fui persona responsable y pudorosa; si no por ti.

Yo, que jamás levante la voz en sitio público, ni la mirada sin ser llamado a ello. Siempre elegante, vestido con clase y destreza del que se sabe amigo de sus amigos.

Crecimos juntos, tanto, que casi creo que crecimos a la vez. Ya en la niñez y desde entonces, he tenido que sacarte de más de un apuro que me avergonzaba. Como en el curso del 82, en el que impartimos el último curso de lo que llamaban la E.G.B. Llamaron a casa para decir lo que habías hecho. Destrozaste los preparativos de fin de curso, quemando y arrancando los adornos colocados por el aula; decidiste cambiar los inocentes mensajes de las pancartas conmemorativas por unos de tú propio diseño, de los que prefiero no acordarme ni reproducir lo que se rezaba en ellos al demonio. Y todo por no darte a ti el primer premio de ciencias; que no digo que no lo merecieras…

Pero esta vez has llegado a lo más alto del pedestal de la locura. Jamás se me  podría ocurrir ésta mañana al despertar que sería la última vez que nos veríamos. Ambos sabemos quién eres, y aunque lo niegues, tú también.

Bajaba la calle rumbo a casa; después de una jornada de trabajo entre aburrida por lo monótono y estresante por las prisas de siempre provocadas por don Fermín, el encargado de la empresa.

Bajaba la Gran Vía rumbo a coger el autobús de las siete, que como cada día me llevara a casa. Cuando de repente apareció aquel hombre de entre la multitud que diariamente navega por la mencionada avenida. Era un vagabundo de los muchos que deambulan por las calles adyacentes, oscuras y malolientes, abandonadas a los ojos de los hoteles y restaurantes; alimentándose de lo que ellos desechaban cada día, cada noche.

Se acercó a  mis pasos para pedirme una moneda que le permitiera desaparecer de su miserable realidad; al menos durante un rato. Entonces apareciste tú de entre las sombras, cambiando mi intención de darle un aliciente. Dijiste que tenías algo mejor que ofrecerle, algo que le daría la libertad a su mendicidad. Le pediste que te enseñara dónde cobijaba su desnutrido ser por las noches. Y Doc, que así te dijo que se llamaba, inocente, te llevó a su guarida compartida con varios compañeros de la calle. Una guarida que como tú intuías, se encontraba libre de todo testimonio a lo que pretendías hacer. Y, en un descuido de Doc, le golpeaste con toda tú violencia, primero en la espalda, para luego en el suelo repetir el golpe en la cabeza, dejándolo inconsciente.

Pero no te pareció suficiente, lo cubriste con sus cartones y mantas que usaba para protegerse del frío que corta las noches de Madrid, colocándole encima ramas secas y papel de periódico que ibas encontrado por la guarida; y lo quemaste vivo.

Y hoy, avergonzado de ti, he decidido no verte más. Sé que será doloroso, y más viendo la soga, áspera y segura de su resistencia. Ya la he pasado alrededor de tú cuello ¿La sientes? Yo sí, siento como aprieta cada vez más, y a cada instante noto su presión que va cortándome el paso a la vida; y veo cómo te alejas para siempre…     

 

                                                                                                         Agosto 09

 

R.G. Casanova.