Es quizás un poco contradictorio lo que dices. Si de verdad tienes ese final si tienes cualquier idea lo único que tienes que hecr es sentarte y escribir, dejar que fluya, enpieza por el final si no sabes cómo empezar por otro lado. Lo demás saldrá solo si tiene que salir. |
Yo nunca pienso en el papel en blanco... me pongo frente a él, dejo fluir mi mente, y ya solo queda ir rellenando con letras lo que ya existe como pensamiento. Lo más complicado, sin duda, es revisar esa realidad ya plasmada y darle una forma correcta xD es por eso que, cada página de mis libros, tardo 15-20 minutos en escribirla y el doble para "optimizarla" |
Bueno, yo no hago como Idelosan, pero tomatelo como el anticonsejo xq contradice lo que dicen los expertos: escribo "en tromba" y casi nunca corrijo, dejo que prime la creatividad y no la técnica, de la que seguramente carezco. Lo dicho, a mis palabras ni caso. Así te irá bien. |
Un punto de vista que puede servir para algunos casos de mente en blanco delante de la hoja: - quedas con un amigo. O mejor dicho, con una amiga. De pronto, la conversación te lleva a tu tema favorito, sabes que le interesa a ella, ... Mejor dicho, ella se cree que no le interesa ese tipo de temas, pero tú sabes una forma de contarlo que la va a encandilar. Y empiezas a hablar, no paras, ¡y la tienes embobada! - pero cuando te sientas delante del ordenata, ¿qué ocurre?, ¿por qué no arrancas? Porque no tienes a esa persona a la escucha, y porque seguramente contar la historia te interesa menos que "hacer literatura", que es para lo que te has quedado delante del ordenador. No eres tú quién está contando. Eres como ese ligón que aparenta ser lo que no es para deslumbrar a la chica. No te sale el papel que quieres representar, y si te sale, te descubrirán como impostor. Es una broma. Ya digo que solo puede valer en algunos casos muy escasos. ¡Ay Dios! |
cita de rlilloy
El problema no es el papel en blanco sino la mente en blanco, muchos tienen tan poco que decir, y lo poco que tienen que decir es tan parecido a un ladrillo en la pared.
He sido muy duro, con ese lugar comn de la pgina en blanco. Creo que hay que trabajar siempre con nuestra musa, cuidarla, amamantarla, para que siempre est dispuesta a darnos algo, recordad que la musa es mujer, por lo tanto piensa emocionalmente, intuitivamente, no seamos salvajes con ella, demosle mimos, caricias, hay que alimentarla con libros, no hay que ser burros, tambin es importante salir de los lugares comunes, porque un buen escritor es una persona superior, es un superhombre, una cuerda tendida entre algunas bestias humanas y la otra parte que son los perdedores, y nosotros nos debemos a los perdedores. |
Yo soy muy de la cofradía de Daniel: el del papel de tasca... ;) Escribo a mano. En un libreta tamaño cuartilla cuadriculada. Si me siento a escribir y allí no aparece nada, no suelo forzar las cosas (si tengo el día tengo el día y si no, pues no). Me pregunto si de verdad me apetece y, en función de eso, levanto campamento o lo intento un rato más. Si decido quedarme suelo recurrir a algo tan tonto como escribir varias palabras, varios principios de párrafo: "Desde aquel día", "Hacía más frío que ayer", "Se fijó en aquello que se veía al fondo...". A partir de ahí, me obligo a seguir con cada uno. Y casi siempre sucede que, de uno de los intentos, surje un camino con pintas de llevar a algún sitio... Ay, ay, cuánto sufrimos los escritores en ciernes... ;) Abrazos: Teniente Ripley |
Me enfrento al papel en blanco cuando tengo bastante clara y estructurada la idea en la cabeza: principio, desarrollo y fin, incluso título y bases que refuercen el argumento. Escribo un esquema en folios y paso al ordenador. Si sentimos miedo ante el papel en blanco es que�nuestra mente está del mismo color. Para darle otros colores a ésta hay que relajarse,� dejarse llevar por la fantasía que nace del reposo, la tranquilidad, la observación, el análisis sobre el tema que se va a tratar, y escribir y escribir lo que la mente nos dicte, para luego pulir�y �eliminar lo que nos parezca que sobra. |
En nuestro caso el problema no es tan terrible, coincido en gran parte con el que se va a la tasca. Quiero decir que si fuéramos escritores profesionales con un encargo a fecha fija la verdad es que sería un problema pero, siendo aficionados, si no nos sale un día pues a descansar. Muchas veces otros problemas nos interfieren, estamos preocupados, tensos, o abúlicos, sin energía. Pues se pone uno a leer o se va a la tasca o llamas a un amigo para desahogarte y ya habrá otro momento mejor. Esto es como el insomnio, que si empiezas a pensar que no vas a dormir y que te tienes que levantar dentro de unas horas y tal, te angustias y no duermes. Si te encoges de hombros y dices: pues mañana me voy al curro sin dormir, te quedas frito. Nada de tensiones ante una hoja de colores, que sólo se vive una vez y dentro de cien años todos calvos (algunos como yo, antes). |