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romi
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El penúltimo girasol

24 de Julio de 2010 a las 15:08

24 de julio

(De mi libro inédito: El Huerto de los Girasoles)

 El penúltimo girasol

En su momento casi todos sus girasoles florecieron uno detrás del otro. Pero dos, no lo hicieron. Uno de tronco muy delgado que nació entre la higuerilla y la última mata de tomates. Y el otro, fue el que crece más cerca de los girasoles rusos.

 

         Tiene éste el tronco un poco más grueso aunque no tanto como los que forman el bosquecillo. Y quizá por estas circunstancias se dedicó solo a crecer hasta salir por encima de todos los demás girasoles. Al final echó una flor que a los pocos días se abrió mostrando un color realmente vivo. Amarillo oro muy puro y en forma de un verdadero sol.

 

         Le hizo él a esta flor muchas fotos, no solo por la belleza que mostraba sino también por lo mucho que destacaba y lo brillante que se veía. Hasta que un día, cinco o seis después de que se abriera la flor, la parte alta de esta mata de girasol, empezó a curvarse. Y, al contrario de lo que había hecho con las otras matas de girasoles, a éste no lo sujetó con nada. Lo dejó a su aire para que se curvara todo lo que quisiera o necesitara. Y se curvó mucho. Tanto que a las dos semanas de haber florecido, el tallo que sujetaba la hermosa cabezuela, era por completo una ce boca abajo. Observándolo cada día, de vez en cuando se decía: “Yo creo que este tronco, aunque no tan grueso como el de las otras plantas, resistirá el peso de esta flor. Ahora y cuando luego maduren las pipas de la gran cabezuela”. Pero como no estaba seguro, cada día y cuando regaba el bosquecillo de girasoles, lo observaba. Despacio y con mucho interés para aprender de esta planta y para comprobar qué es lo que al final pasaba.

 

         Observándolo atentamente estaba ayer por la tarde cuando descubrió en el cielo un rebaño de nubes blancas. Buscó un buen ángulo, se puso a contraluz, colocó en primer plano la curva del tallo del girasol y le hizo una foto. Con el fondo del cielo lleno de nubes en forma de rebaño. Y justo en estos momentos se acercó el jardinero. Miró al girasol y luego le dijo:

- Los del tiempo dicen que a partir del lunes vendrán las tormentas. Al menos cinco días seguidos. Y te lo digo por si descarga por aquí una gran tormenta, ahora que tus girasoles ya tienen las pipas casi maduras ¿qué harás?

Miró al jardinero y no le dio ninguna respuesta. Hizo una nueva foto, justo en el momento en que el jardinero comentaba de nuevo:

- Será el final de este huerto tuyo de girasoles. Porque una vez todos machacados por los granizos de la tormenta ¿qué te quedará?