Bien, ya sabéis, historias llenas de experiencia, vejez bien llevada, los recuerdos de nuestro mayores...
Es un buen tema para agosto, ¿no?
La vejez (no me gusta llamarla senectud, suena a término médico) es una edad que se presta a la poesía.... imagino un sendero cubierto de hojas secas, y un ser encorvado que camina arrastrando los pies. Está solo, carga con el bagaje de toda una vida, y tiene miedo de lo que le espera al final del camino... o tal vez siente una esperanza que oculta el anhelo por el reencuentro en otra dimensión. |
cita de oniria
Sí, supongo que tienes razón. Vista desde fuera, la vejez puede llegar a molar, pero habiendo cumplido los 70, qué quieres que te diga. En fin, yo con mis treinta y tantas yardas (años), todavía no le he tirado mi órdago al tiempo. cita de raulcamposval
Muy joven debes ser tú ;DDDivino tesoro es una apreciación mía. La vejez no debe ser tan mala si cuando eres joven has vivido coherentemente. Pensad, pensad, malditos.
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Sale el espectro, de Philip Roth: eso es la vejez; un continuo desear, mientras se cierne sobre el anciano el desapego de los otros y la caducidad de los pañales, viendo en todos los demás lo que a ella, como persona, le está siendo arrebatado, desapareciendo en el piélago de las memorias reconstruidas, falsas.. Aunque puede haber momentos impetuosos, antes de la última visita, der Tod, la Muerte, masculina en alemán. ELLA ¿De Conrad? No. Recuerdo que un amigo me habló de ella en una ocasión, pero no la he leído. ÉL La primera línea dice "Sólo los jóvenes experimentan tales momentos". Esos son los momentos que Conrad califica de "impetuosos". En las primeras páginas el autor lo plantea ya todo. "Los momentos impetuosos"... las tres palabras constituyen toda la frase. Sigue diciendo. "Me refiero a los momentos en que los que aún son jóvenes suelen cometer acciones impetuosas como casarse de repente o abandonar un trabajo sin ninguna razón". Eso es lo que dice. Pero tales momentos no sólo ocurren en la juventud. Venir aquí anoche fue un momento impetuoso. Atreverme a regresar es otro. Con la edad también hay momentos impetuosos. El primero de los míos fue marcharme, el segundo volver. ELLA Billy cree que me está consintiendo un momento impetuoso porque, si no lo hace, podría sumirme en la depresión y el miedo. Pero cree que es una acción precipitada. Nunca me he considerado una persona desesperada. Odio pensar que estaría haciendo algo desesperado. ÉL Creo que aquello te gustará. Te echaré de menos. Roth, Philip. 2008. Sale el espectro. Mondadori. Barna. p. 126-127 Raúl, tienes que invitar a nosebundos y a soloelsol a este concurso. Seguro que aportan cosas interesantes y oscuras, espectrales. |
Ulrica Hann tekr sverthit Gram ok leggr i methal theira bert. Mi relato será fiel a la realidad o, en todo caso, a mi recuerdo personal de la realidad, lo cual es lo mismo. Los hechos ocurrieron hace muy poco, pero sé que el hábito literario es asimismo el hábito de intercalar rasgos circunstanciales y de acentuar los énfasis. Quiero narrar mi encuentro con Ulrica (no supe su apellido y tal vez no lo sabré nunca) en la ciudad de York. La crónica abarcará una noche y una mañana. -Soy feminista -dijo-. No quiero remedar a los hombres. Me desagradan su tabaco y su alcohol. La frase quería ser ingeniosa y adiviné que no era la primera vez que la pronunciaba. Supe después que no era característica de ella, pero lo que decimos no siempre se parece a nosotros. Refirió que había llegado tarde al museo, pero que la dejaron entrar cuando supieron que era noruega. Uno de los presentes comentó: Fue entonces cuando la miré. Una línea de William Blake habla de muchachas de suave plata o furioso oro, pero en Ulrica estaban el oro y la suavidad. Era ligera y alta, de rasgos afilados y de ojos grises. Menos que su rostro me impresióno su aire de tranquilo misterio. Sonreía fácilmente y la sonrisa parecía alejarla. Vestía de negro, lo cual es raro en tierras del Norte, que tratan de alegrar con colores lo apagado del ámbito. Hablaba un inglés nítido y preciso y acentuaba levemente las erres. No soy observador; esas cosas las descrubrí poco a poco. Nos presentaron. Le dije que era profesor en la Universidad de los Andes en Bogotá. Aclaré que era colombiano. Me preguntó de un modo pensativo: Nada más puedo recordar de lo que se dijo esa noche. Al día siguiente bajé temprano al comedor. Por los cristales vi que había nevado; los páramos se perdían en la mañana. No había nadie más. Ulrica me invitó a su mesa. Me dijo que le gustaba salir a caminar sola. Recordé una broma de Schopenhauer y contesté: Nos alejamos de la casa, sobre la nieve joven. No había un alma en los campos. Le propusé que fuéramos a Thorgate, que queda río abajo, a unas millas. Sé que ya estaba enamorado de Ulrica; no hubiera deseado a mi lado ninguna otra persona. Oí de pronto el lejano aullido de un lobo. No he oído nunca aullar a un lobo, pero sé que era un lobo. Ulrica no se inmutó. Al rato dijo como si pensara en voz alta: Nuestros caminos se cruzaban. Ulrica, esa tarde, proseguiría el viaje hacia Londres; yo, hacia Edimburgo. - De Quincey -respondí- dejó de buscarla. Yo, a lo largo del tiempo, sigo buscándola. -Tal vez -dijo en voz baja- la has encontrado. Comprendí que una cosa inesperada no me estaba prohibida y le besé la boca y los ojos. Me apartó con suave firmeza y luego declaró: Para un hombre célibe entrado en años, el ofrecido amor es un don que ya no se espera. El milagro tiene derecho a imponer condiciones. Pensé en mis mocedades de Popayán y en una muchacha de Tezas, clara y esbelta como Ulrica que me había negado su amor. No incurrí en el error de preguntarle si me quería. Comprendí que no era el primero y que no sería el último. Esa aventura, acaso la postrera para mí, sería una de tantas para esa resplandeciente y resuelta discípula de Ibsen. Tomados de la mano seguimos. -Todo esto es como un sueño -dije- y yo nunca sueño. -Como aquel rey -replicó Ulrica- que no soñó hasta que un hechicero lo hizo dormir en una pocilga. Agregó después. -Oye bien. Un pájaro está por cantar. La miré atónito. -Cortemos por el bosque -la urgí-. Arribaremos más pronto a Thorgate. Seguimor pos lor páramos. -Javier Otálora -le dije. Quiso repetirlo y no pudo. Yo fracasé, parejamente, con el nombre de Ulrikke. -Te llamaré Sigurd -declaró con una sonrisa. Había demorado el paso. -¿Conoces la saga? -le pregunté. No quise discutir y le respondí: Estábamos de golpe ante la posada. No me sorprendió que se llamara, como la otra, el Northern Inn. Desde lo alto de la escalinata, Ulrica me gritó: Al subir al piso alto, noté que las paredes estaban empapeladas a la manera de William Morris, de un rojo muy profundo, con entrelazados frutos y pájaros. Ulrica entró primero. El aposento oscuro era bajo, con un techo a dos aguas. El esperado lecho se duplicaba en un vago cristal y la bruñida caoba me recordó el espejo de la Escritura. Ulrica ya se había desvestido. Me llamó por mi verdadero nombre, Javier. Sentí que la nieve arreciaba. Ya no quedaba muebles ni espejos. No había una espada entre los dos. Como la arena se iba al tiempo. Secular en la sombra fluyó el amor y poseí por primera y última vez la imagen de Ulrica. |
cita de lapoeta
La vejez (no me gusta llamarla senectud, suena a término médico) es una edad que se presta a la poesía.... imagino un sendero cubierto de hojas secas, y un ser encorvado que camina arrastrando los pies. Está solo, carga con el bagaje de toda una vida, y tiene miedo de lo que le espera al final del camino... o tal vez siente una esperanza que oculta el anhelo por el reencuentro en otra dimensión.
El relato anterior es el único relato de tema amoroso que se conoce de borges. Por alguna inscripción que consta en su lápida, se deduce que este relato está dedicado a su mujer Maria Kodama, 46 años más joven. O solo 38, según las fuentes.
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cita de raulcamposval
R2, Borges sería tu autor favorito, o uno de los que tienes más presentes? Acaso piensas también escribir el Quijote en el siglo XXI?
Bueno, algo que te gusta mucho también es algo de lo que participas, ¿no?Al reproducir ese cuento de Borges, me he sentido autor de él por un momento. Con permiso de los del copyright. |
cita de lapoeta
La vejez (no me gusta llamarla senectud, suena a término médico) es una edad que se presta a la poesía.... imagino un sendero cubierto de hojas secas, y un ser encorvado que camina arrastrando los pies. Está solo, carga con el bagaje de toda una vida, y tiene miedo de lo que le espera al final del camino... o tal vez siente una esperanza que oculta el anhelo por el reencuentro en otra dimensión.
No haría falta recordar aquello de que los niños viven en el presente, los jóvenes miran hacia el futuro y los viejos habitan en el pasado. |
cita de R2_D2
Algunos artistas en el siglo XX opinaban que la obra no estaba terminada hasta que el observador la contemplaba. En el teatro es muy evidente. Si no hay público cualquier función no es más que un ensayo. Leer es terminar la obra. Acaso las mejillas hermosas no es una revisión de Homero actualizada?
cita de raulcamposval
R2, Borges sería tu autor favorito, o uno de los que tienes más presentes? Acaso piensas también escribir el Quijote en el siglo XXI?
Bueno, algo que te gusta mucho también es algo de lo que participas, ¿no?Al reproducir ese cuento de Borges, me he sentido autor de él por un momento. Con permiso de los del copyright. |
cita de raulcamposval
Exacto. No había caido en el ejemplo del teatro. La obra cultural es algo que recibe su valor de la comunidad. En fin, dígaselo Vd. a los de Libranda.cita de R2_D2
Algunos artistas en el siglo XX opinaban que la obra no estaba terminada hasta que el observador la contemplaba. En el teatro es muy evidente. Si no hay público cualquier función no es más que un ensayo. Leer es terminar la obra. Acaso las mejillas hermosas no es una revisión de Homero actualizada?
cita de raulcamposval
R2, Borges sería tu autor favorito, o uno de los que tienes más presentes? Acaso piensas también escribir el Quijote en el siglo XXI?
Bueno, algo que te gusta mucho también es algo de lo que participas, ¿no?Al reproducir ese cuento de Borges, me he sentido autor de él por un momento. Con permiso de los del copyright. |
Divino tesoro es una apreciación mía. La vejez no debe ser tan mala si cuando eres joven has vivido coherentemente.