Esta web, cuyo responsable es Bubok Publishing, s.l., utiliza cookies (pequeños archivos de información que se guardan en su navegador), tanto propias como de terceros, para el funcionamiento de la web (necesarias), analíticas (análisis anónimo de su navegación en el sitio web) y de redes sociales (para que pueda interactuar con ellas). Puede consultar nuestra política de cookies. Puede aceptar las cookies, rechazarlas, configurarlas o ver más información pulsando en el botón correspondiente.
AceptarRechazarConfiguración y más información

Foro para escritores de Bubok

Para participar en los foros de Bubok es imprescindible aceptar y seguir unas normas de conducta básicas. Puedes consultar estas normas aquí
X
romi
Mensajes: 678
Fecha de ingreso: 25 de Abril de 2008

La Alhambra, monumento a la ausencia /Relato

25 de Agosto de 2010 a las 9:52

La Alhambra, monumento a la ausencia

 

         Le dijeron:

- La Alhambra de Granada es el monumento a la ausencia más grande que han construido los humanos en esta tierra.

- ¿Monumento a la ausencia?

- Y no solo eso sino que la Alhambra de Granada se cimenta y alza en el corazón mismo de la ausencia.

- ¿Y cómo puedes explicármelo?

- ¿Quieres verlo con tus propios ojos?

- ¡Claro!

 

         El carmen, la más bella casa con jardín, árboles y agua en el barrio del Albaicín, se encuentra en la mitad de la ladera. Por encima del Paseo de los Tristes y por debajo del Mirador de San Nicolás. Por completo frente a la Alhambra y desde donde se ve toda la ciudad de Granada y, al fondo, las cumbres de Sierra Nevada. Y dentro del carmen, entre sus fuentes y muchos árboles, hay tres viejos olivos, una higuera, varias chumberas y una pequeña ladera.

 

         Sentado a la sombra de estos olivos, frente a la Alhambra y mientras la tarde caía, estaba. Como ausente en un lejano sueño y también como rezando al cielo. Al llegar y verlo preguntó:

- ¿Quién es y qué espera?

Por el lado de arriba y en la pequeña ladera diez o doce girasoles con su flores abiertas y mecidas levemente por el viento. Le respondieron:

- Nadie sabe quién es. Pero desde hace tiempo, mucho tiempo, aquí se pasa las horas sentado frente a la Alhambra. Riega todos los días sus girasoles y luego se sienta en la sombra de estos olivos y tampoco nadie sabe qué es lo que espera. Pero muchos dicen que sí: que de su recuerdo, cuando paseaba por los jardines de la Alhambra, se alimenta.