Bien, gloria, si lo deseas puedes colgar aquí tus tres relatos escogidos entre los que presentaras a las ediciones comprendidas entre la I y la XXIII.
TEMA: El EGO
EL HOMBRE HINCHADO
Por azares de la vida, un día coincidimos solos en el café. Al principio nos analizamos sin disimulo, despectivos, contrariados, tensos. Tras unas copas y cigarrillos de más, le hice ver su propia realidad y la mía. Le hice sacar todo su aire de vanidad, y luego hice estallar el mío, de súbito, como jamás lo había hecho ante nadie, a modo de bofetón. Quedó muy desorientado, mudo, mirándome parpadeante con su altivez acostumbrada. Yo me reía, dándole palmaditas en el brazo. Salió de allí sin decir adiós, con el ceño fruncido, erguido, pero, en el fondo, adiviné, su ego iba deshinchándose como un globo pinchado por una mano intencionada y hábil. En el entorno quedó como su aire de orgullo herido, viciado, muy empalagoso, que me produjo náuseas. Al poco tiempo, supe que él había cambiado la tertulia de nuestro café por la de un foro de Internet. Allí pretendía engañar a los demás con las cosas que nosotros tan bien conocíamos de él y ya no nos impresionaban ni tolerábamos, sobre todo yo. Quedamos muy tranquilos, y yo trazando, a marchas forzadas, mis nuevos senderos de poder. Pasado bastante tiempo, un día inesperado, volví a verlo en el café. Estaba oculto en la esquina de la barra, con un whisky en una mano, un puro en la otra, y la mirada ausente. Le eché un vistazo de superioridad. Rehuyó mis ojos, despreciativo. Percibí con gusto su cuerpo extremadamente delgado, su piel de cera y pergamino y sus pupilas vidriosas. Me senté en la mesa junto al ventanal, entre el grupo de mis jovencitos adoradores. Comencé a liderar la charla. Al rato llegó un chico de unos veinte años. Tenía el mismo aire que el de mi ex amigo el frustrado en sus años mozos, e idéntica actitud a la que tuve yo cuando me uní al grupo de amigos en ese mismo café, ya deshecho el genuino grupo por el paso del tiempo, los desacuerdos, las rivalidades y los achaques de unos y otros. En este instante de soledad, no dejo de pensar qué me deparará el poco futuro que me queda, qué hará conmigo ese payaso y falso jovenzuelo pretencioso, en apariencia tímido y discreto, ese bichito que me observa con gesto burlón disimulado mientras cuento mis aciertos en todos los ámbitos de la vida a los bobos que me escuchan. Ja, ja, me acabo de enterar de que, durante este amanecer, en el dormitorio de mi antiguo amigo frustrado sólo ha quedado de él la piel rugosa sobre sus finos huesos, como si fuera la de un globo deshinchado y roto, y mucho, mucho aire maloliente en el ambiente, circundando una atmósfera cargada de falsedades. Debo pensar un buen ardid para anular al jovencito antes de que él acabe conmigo de forma parecida. Mi reino es la tertulia del café, yo su eje, el Dios, hecho a sí mismo, que todos esos simplones admiran.
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TEMA: EGIPTO
LA JOVEN KUSHITA
—Se sabe que Merytneith era hija de un artesano de la localidad de Qertassi, dedicado a la fabricación de papiros, cuya planta cultivaba con esmero en el valle del Nilo, y vendía, entre otros escribas, al rey Dyeser. La joven disfrutaba del minucioso proceso de elaboración del papiro. Le ensimismaba ver entrelazar las tiras de modo horizontal y vertical, formando dibujos geométricos que activaban su imaginación. También le gustaba ver cómo con aquella planta se hacían cestos de mimbre donde meter objetos, que copiaba cuando pudo dominar el cálamo, o se hacían sandalias que calzaba ilusionada, o cuerdas para unir cosas. —Continúe. —En 1960, durante el traslado del Kiosko de Qertassi a su nuevo emplazamiento en la isla de Kalashba, el grupo de arqueólogos descubrió en un ataúd el cuerpo de una joven, casi intacto, abrazada a un largo papiro aún legible. Ambos fueron objeto de exhaustivos estudios y análisis, de múltiples dudas, como recordará. Yo era entonces un niño. —Concluya, por favor. —Recientemente, como sabe, su cuerpo y papiro han desaparecido de la urna. Se afirma que un apasionado egiptólogo, subyugado por el magnetismo de la joven, los ha sustraído para su colección particular. En la urna sólo ha quedado un mechón de su negro cabello y el trozo de una de las esquinas del papiro. —Comience cuanto antes, querido amigo. |
TEMA: DETECTIVES
TARDE DE CONCIERTO
Cuando entré a mi casa, Egbert no estaba. Con toda la paciencia que pude, me senté y volví a observar la batuta. Deduje que aquel objeto inocente acababa de ser el utensilio de un ajuste de cuentas de Egbert contra Ellery: en el centro de la batuta había un hueco del grosos de una aguja de coser lana, que junto al mecanismo resultaba ser el aparente causante de lo sucedido. ¡Hábiles manos e ingenio de mi marido en su batuta! Al día siguiente, la policía nos interrogó. Llegaron a casa dos hombres con ropa de corte formal. Sus expresiones eran analíticas, amables. Los recibimos como a una amigable visita. Entre sorbos a nuestras consumiciones, nos informaron del modo como había sido asesinado Ellery. Los hechos coincidían con mi sospecha. El caso se cerró pasado un año, al no obtener la policía ninguna prueba de culpabilidad contra nadie, de no hallar enemigos evidentes en el entorno del contrabajista. Tras su retirada, Egbert menciona con frecuencia, entre una risita sarcástica, la frase en la que se basó Brahms para componer su tercera Sinfonía, la que dirigió por última vez aquella tarde en Berlín: “Frei aber froh”. Sí, efectivamente, Egbert se sentía libre de Ellery, el oculto amor que lo había traicionado con un jovencísimo bailarín de la ópera berlinesa (según mi particular y reciente investigación), pero feliz consigo mismo por haberse enfrentado a su engaño y burla. Ahora yo me siento libre de hacer lo que quiero, de iniciar nuevas aventuras amorosas y de mantener mis privilegios junto a mi marido. Desde aquel último concierto de la Sinfonía de Brahms, nuestra vida en común y mi vida sentimental las dirijo yo, y a la Filarmónica de Berlín otros directores más jóvenes, más masculinos y equilibrados que Egbert. ¡Mi baza es la batuta! |
Tras leer los tres relatos, me ha quedado la impresión de que podrías sacarles más rendimiento a una buenísimas ideas en los tres casos. El más equilibrado y resuelto es el hombre hinchado. El de Egipto es un listado de documentación apenas hilado con las palabras del presidente del país. El tercero me gusta muchísimo, pero habría que afianzarlo y cambiarle algunas frases que me suenan horrorosas. Yo me inclino por El concierto. En breve veré lo que sería interesante cambiar y lo discutimos.
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cita de raulcamposval
Tras leer los tres relatos, me ha quedado la impresión de que podrías sacarles más rendimiento a una buenísimas ideas en los tres casos. El más equilibrado y resuelto es el hombre hinchado. El de Egipto es un listado de documentación apenas hilado con las palabras del presidente del país. El tercero me gusta muchísimo, pero habría que afianzarlo y cambiarle algunas frases que me suenan horrorosas.
En general, estoy de acuerdo con tu opinión sobre mis relatos. Sin duda, el más armado es El hombre hinchado. La joven kushita da para una novela que quizás escriba algún día. Sobre Tarde de concierto deseo saber cuáles son esas frases que te parecen tan horrorosas. Espero que sean pocas, si no...
Yo me inclino por El concierto. En breve veré lo que sería interesante cambiar y lo discutimos.
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Completamente de acuerdo con camposval. Mi voto es para El Concierto, el más sólido de los tres, despierta mi interés como lector (la historia fue tirando de mí hasta el final) y es al que más partido se le puede sacar con menos cambios. Volveré a leerlo.
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Esto es lo que yo he visto que habría que retocar. 1.- …Allegro final(,) de la tercera… Sin coma. 2.- …de Brahms(,) sonaba aquella… 3.- …la empuñadura que (me dejó) alerta. Yo pondría me puso alerta. 4.- …a la sala. (É)sta estaba ta casi… Esta sin tilde. 5.- …Salí del auditorio, buscando a Egbert, etc. etc. Yo escribiría: Salí del auditorio, buscando a Egbert. Llegué hasta su coche. No lo encontré. Mientras atravesaba… Esas pequeñas variaciones le dan más consistencia a la escena y mejoran la línea de los acontecimientos que me parecía un poco enrevesada (¿buscaba el coche y no encontró ninguno?, ¿de qué coche estamos hablando?, ¿no buscaba a su marido?, ¿o buscaba un taxi?). Con mis cambios, todo cobra sentido. 6.- …entre silencios elocuentes. (Le confirmé:) -Tengo la batuta… Ese le confirmé se me antoja fuera de lugar. Yo lo quitaría por innecesario. 7.- …había sido asesinado Ellery. (Los hechos coincidían con mi sospecha). -Sentimos… Yo quitaría esa frase, porque conduce a equívoco. Cualquier mujer ya estaría absolutamente segura de lo que ha ocurrido. Pero sobre todo cualquier lector ya sabe a esas alturas qué está pasando. La esposa de Egbert ya no debe de tener sospechas, aunque no lo haya confirmado por boca de su marido. En cualquier caso, quitando esa frase, queda mejor. 8.- …ir a los conciertos, (pero) no al de ayer… Yo pondría: …ir a los conciertos, aunque no al de ayer. Es un pelín más acusador. De hecho me parece que has pintado a los policías como dos melómanos un poco lameculos, un poco jefe Bigun. Cambiando ese pero por el aunque, todavía les otorgas algo de mala leche e inteligencia. En fin. 9.- …nuevas declaraciones (con ustedes). Me suena un tanto forzado. Hay varias soluciones, pero no sé cual puede ser de tu gusto y quedar mejor. Yo voto por quitar con ustedes. …Sin tener que recurrir a nuevas declaraciones. Tan pocas… 10.- …Tan pocas sospecha(s). Falta una ese. 11.- …Tan pocas sospechas (proyectamos hacia ellos): dios mío, ¿es que eres ingeniera? Ja, ja… Las sospechas se levantan, pero lo de proyectar hacia ellos es lo más enrevesado que he leído en años. ¿Qué tal "Levantamos tan pocas sospechas que nos pidieron disculpas reiteradamente"? Mucho mejor, creo yo. 12.- …(Quedamos contentos) Quedamos contentos? ??? ??? Dios santo, qué expresión. Bueno, a lo mejor estoy siendo un poco duro, pero es que me suena a rayos. Una tía tan lista como la mujer de Egbert no diría jamás "quedamos contentos". Si no puedes solucionarlo lo quitamos y punto. 13.- …en nuestros respectivos corazones y mentes????? En qué estabas pensando al escribir todo este párrafo. Puedes hacerlo mejor seguro. Reescríbelo entero, porque ahora ya sabes lo que quieres que suceda y sabrás cómo contarlo. 14.- …particular y reciente investigación. Yo escribiría, según descubrí después de meses de investigación. Sin embargo, se le notaba feliz consigo mismo… Mucho mejor, pienso. Sacarlo del paréntesis y explicar que ella descubre la homosexualidad de su marido es la guinda del pastel. Una guinda entre paréntesis no mola nada. Acaso a las guindas no las sacas del bote antes de ponerlas encima de la tarta. 15.- …Ahora soy libre para hacer… Creo que es más rotundo. Mejora. 16.- Gran finale. Para darle más pegada a ese final, yo te recomiendo poner simplemente "Nunca le dije donde guardé la batuta". Por favor, valora estos cambios y hacemos lo que te parezca mejor. Considero la mayor parte de ellos necesarios para que el relato mejore un poco. Pero es un buen cuento, al que sólo le falta pelín de maquillaje. Enhorabuena. |
También pienso que El Hombre Hinchado destaca, por historia, por planteamiento llamativo, por fuerza del lenguaje... Creo que es un gran relato. Sólo cambiaría, en el final, " el Dios, hecho a sí mismo, que todos esos simplones admiran. " Quitaría las comas " el Dios hecho a sí mismo que todos esos simplones admiran. " Y mira que yo soy de meter la coma hasta el fondo... ;PP |
Pato: ja, ja, ¡menuda lista de horrores! Cuando la lea detenidamentente decidiré qué cambio. Muchas gracias por tu esfuerzo, siempre tan bien hecho y útil. Teniente: como compartes gusto por Tarde de concierto con el Pato, me gustaría saber tu opinión a fondo sobre ese relato. Bizarro: me alegra que te parezca El hombre hinchado un buen relato, que no le hayas puesto pegas. Creo recordar que le diste un 5. Oniria: gracias por la buena opinión que tienes sobre EHH, aunque lo de quitar la coma no lo comparto. Y bueno, chi@s, espero más comentarios, críticas y lo que queráis. Venga, a leer y a opinar, que no se diga... Ahora tengo otras cosas que hacer. |
Hola chicos. Como ya os habréis dado cuenta, hace tiempo que no me dejo caer por aquí. La verdad es que me habría gustado implicarme en esto, pero al estar sin conexión durante el verano, me fue imposible. Curioseando ayer por el foro, advertí el empate entre los dos relatos elegidos por Gloria. Así que, puestos a desempatar, os diré cuál es mi favorito. De entre todos los propuestos, me quedo con El hombre hinchado. Es uno de los cuentos de Gloria de los que guardo un mejor recuerdo, metiéndose en el Top five de mi lista de ganadores en aquella lejana V Edición. Este relato me pareció buenísimo y es, en mi opinión, una de las mejores creaciones de Gloria. Para refrescar la memoria, paso a dejar el comentario que hice de él por entonces; (...) El hombre hinchado: trata el ego desde una perspectiva más realista, haciendo hincapié en como éste afecta a nuestras relaciones personales. Desde mi punto de vista, es el relato que más se ajusta al tema propuesto para esta quincena. ¿Cuántas veces, en nuestra vida diaria, nos habremos encontrado con ese personaje que se cree superior a los demás? ¿Y cuántas otras habremos deseado decirle que baje de su pedestal? El protagonista de la narración de Gloria se encarga de hacerlo por nosotros, pero en un brillante acto de justicia poética, el rebelde antinarcisista pasa a convertirse en el más egocéntrico de los parroquianos de ese café que suele frecuentar, observando de reojo y desconfianza a los nuevos amigos que se sientan a su mesa. Muy bien escrito y estupendamente narrado. ¿Qué más queréis? Con respecto a los demás, lo cierto es que nunca tuve la ocasión de leerlos. La joven Kushita me pilló en mitad de los exámenes de junio / julio del año pasado (siendo Maestra de Ceremonias Oniria, creo recordar); mientras que Tarde de concierto pertenece a la época en la que yo ya había abandonado el concurso. Después de la lectura de ambos cuentos, sigo pensando que El hombre... me parece el más logrado y original (sin desmerecer, por supuesto, los otros dos). Así que por mi parte, y a la espera de que se anime alguien más, el desempate ya está desecho :-)
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Daniel: qué alegría verte por aquí con nueva imagen y leer tus estupendos comentarios. Espero que participes de nuevo en alguno de los concurso que tenemos. Gracias por molestarte en leerme y opinar. Si nadie más lo hace, el desempate está hecho. Presentía que la mayoría iba a elegir El hombre hinchado. Me parece bien, quedé contenta al escribirlo, aunque reconozco que le tengo un gran cariño a la Joven kushita y un algo especial a Tarde de concierto, pero admito que EHH pueda ser globalmente más redondo. |