Foro para escritores de Bubok

El fin de la disputa:

Para convertirse en profecía sólo le restaba un último paso.
Fue sencillo: un e-mail haciéndose pasar por editor; un …
Atrás quedarían las ofensas y difamaciones gratuitas vertidas con el único objetivo de satisfacer los más bajos placeres. Tal vez su ejemplo sirviera para que otros amantes de la polémica se lo pensaran dos veces la próxima vez. Seguro que sí.
, le dijo el primero. El segundo ya no escribiría más; la pluma en su cuello no goteaba tinta. 

Advenedizo:

 Para convertirse en profecía... las palabras de aquel editor resultaban tan impropias. Un e-mail, un triste e-mail, frío, desapasionado. Deslizó sus dedos sobre el teclado, como hacía cada vez que pergeñaba sus inocuas historias y colocó el cursor sobre la pestaña "Eliminar". No pensaba hacer caso de vagas esperanzas. Él sabía que era un pésimo escritor...más allá de la polémica, más allá de las estúpidas chácharas de sus colegas. "Soy un pésimo escritor... y vosotros también, pésimos y además unos advenedizos comepollas", pensó mientras se servía un gin-tonic...mejor un whisky, recapacitó antes de arrojar el líquido por el fregadero.
 

Arreglado. Cualquier otra cosa en el hilo PRE de esta edición, por favor.

 La reina de la noche:

Para convertirse en “Profecía”
sólo necesitaba sus plataformas... y purpurina, mucha
purpurina. 

El examen:

 Para convertirse en profecía bastaba maniobrar adecuadamente. Les dijo: “En este examen muchos no van a pasar. No tenéis un nivel adecuado, armáis cachondeo en clase, no trabajáis nada y pasáis olímpicamente de la asignatura”. Luego puso un examen imposible y además les bajó la nota dos puntos a todos. Era un auténtico profeta, diagnosticaba el nivel educativo de puta madre. El hecho de que le pincharan las ruedas del coche al día siguiente fue una mera casualidad.

Sentido común:

Para convertirse en profecía, me parece, me parece, que después se habrá de convertir en realidad.

Amor profano

–Para convertirse
en profecía el deseo ha de superar la paciencia. Yo no puedo esperar, hija –dijo
la señora Paquita, aquel 13 de diciembre.

–Señora, para
que una profecía se cumpla, decimos allá, en nuestro país, que se debe pagar un
precio.

–Hija, yo por
hablar con mi marido, Paco, q.e.p.d., hago lo que sea. Lo que sea. Hasta pactar con el diablo si es menester.

El funeral por Paquita Santos Armiños
se celebrará el próximo 16 de diciembre, Día de los Enamorados en algún lugar
de este mundo. O del otro.

La profecía:

 -Para convertirse en profecía...
-Hoy te debería suplicar que me castigaras.-No le dejó terminar. Y el abrigo, se lo desabotonaba.
-¿Y el papel con los fustazos que quieres recibir?
-Lo anoté aquí, en el sitio que me vas a azotar.
Era verdad porque debajo no llevaba nada y había, con carmín, dos número dibujados sobre sus senos. Magníficos. De manzana.
-Desearás el dolor. La profecía ya está ¿Y la fusta?
El abrigo terminó de caer. También era verdad. Allí abajo, bien sujetada, la fusta también estaba.
-Pasa.

Palabras mágicas:

-Para convertirse en profecía quedaron grabadas en piedra aquellas palabras, unas de alerta y otras de esperanza, siete elementos que nos hablan del sexto sol que comenzará el 21 de Diciembre de 2012; que en ese día se iniciará un período de 5200 años y que no será el fin del mundo, como se había supuesto. 

 -¿Hemos de creer lo que decían los mayas hace tantos años?

-No sé que contestar a eso, sólo que leas atentamente lo que decían y piensa si algo se va cumpliendo.

Pero…:

Para que se convirtiera en profecía sólo debería perder el miedo, y verbalizar y poner en marcha, por encima de todo, mi secreto deseo de...

Sin sombra:

Para convertirse en profecía era demasiado pronto. Sin embargo, desde la cama David Hobermann poco podía hacer. Se había despertado pero no podía mover ni un solo músculo. Un mensaje de Richard Stern en el contestador: “Te esperamos para el partido de squash a las 12”. Eran las 11:30 de la mañana; su cuerpo no respondía, y una sombra vagaba por la casa desde entonces.
Pasó el día y, a la mañana siguiente pudo finalmente levantarse. Se duchó, vistió y salió disparado al trabajo.
Richard Stern se le acercó. “Vaya, Hobermann; ayer jugaste un magnífico partido de squash. ¡Enhorabuena!”

Profeta por un día:

Para convertirse en profecía el suceso ha de haber sido anunciado por un profeta antes de ocurrir –le digo al chango, corrigiéndole algo que me acaba de decir, pensando que tal vez así logre ganar un poco de tiempo; pero al instante veo que más que ganar tiempo lo perdí.
Pues mira por dónde hasta voy a ser profeta por un día: las vas a palmar –me dice el chango, mientras monta el percutor de su revolver.

Profeta:

 Para convertirse en profecía debía sortear el embrujo maligno de sus guardianes, penetrar en el abismo inconcluso de la historia y así dejar de ser un lunático, un pobre loco. Sin embargo sus palabras tan sólo conseguían rebotar en las paredes de su cerebro, como una pelota de frontón contra una pared desconchada. No había nada de profético en él, tan sólo los estigmas sangrantes que laceraban sus muñecas... o tal vez sólo fuera un suicida más, presa del hartazgo.

Editado por cuelgue de la MdC.

El Oráculo:

Para convertirse en profecía, , bastaba con que aquellas palabras incoherentes y sin sentido aparente las hubiese pronunciado, durante el trance, la bella Sibila.

Miró hacia el fondo del valle, hacia el lejano mar, donde le aguardaba su tripulación. ¿Qué les diría? ¿La verdad? Sólo una parte, decidió. El final. El oráculo confirmaba que hallarían el vellocino. No merecía la pena comentarles que habría una gran fiesta en el Averno para recibir las almas de aquellos que dejarían su vida en el camino.

Lentamente, Jasón abandonó Delfos. Dos jornadas de marcha y podrían zarpar por fin."

En la red

Para convertirse en profecía todo lo que aquel hombre había dicho bastaron apenas unos pocos segundos: los que transcurrieron hasta que fue publicado en la red.