No sé dónde leí el otro día los obstáculos que esa combinación internet-ebook está encontrando en España. Hablaban de Libranda, Luarna, Leer-e, entre otros, donde se ofrecen ebooks a precios muy elevados que no suponen tampoco mayores beneficios para los autores, sino sólo para los editores. La consecuencia es que apenas se están vendiendo ebooks por esa vía, por lo que se habla de que los libros electrónicos "están fracasando" en España. A fin de cuentas, con esos precios es a lo que se pretendía llegar: a identificar un modelo empresarial (el de Libranda) con un modelo de negocio para el que caben otras alternativas que no se desean explorar.
Salta a la vista que la venta de ebooks originales lleva el mismo camino en el mercado que las pelis originales en dvd o la música original en cd, es decir, fracaso absoluto como bien ha mencionado Carlos sobre ese informe. Si hay alguien a quien de verdad puede beneficiar esa unión Internet-Ebook es al autor de Bubok, por ejemplo. Autores que buscan ante todo ser leídos, ofreciendo las máximas facilidades posibles para que el lector pueda hacerse con sus obras, sin que sufran un rechazo tras otro. Tenemos páginas gratuitas para mucho tiempo, sí, y bienvenidas sean páginas así, como las de Bubok. Un saludo, compañero. |
Quizá la principal dificultad en la venta de ebooks sea la desconfianza de dar los datos de tu tarjeta de crédito a través de internet. por eso, todo lo que no sea gratuito en Bubok, aunque se pida una cantidad irrisoria, está muy limitado. La cuestión empezaría a resolverse si en las librerías hubiera un catálogo de libros electrónicos, fueras allí con tu pen driver, eligieras el que querías, lo descargases en el pen, y pagases en caja. Algo así empieza a tener la Casa del Libro pero de un modo algo engorroso, teniendo que adquirir una especie de tarjeta de la librería e ingresando cantidades en ella. La cuestión es que la solución a la desconfianza pasa por la colaboración del principal grupo económico amenazado por la presencia de los ebooks en su negocio tradicional: las librerías. De manera que ahí hay un cuello de botella de difícil arreglo. La presencia o no de lectores de libros electrónicos no es un factor importante en esa dinámica. Si la descarga se popularizara, su número en manos de los lectores crecería exponencialmente, como sucede en Norteamérica. Ahora va a desembarcar Amazon en España, veremos si esa influencia extranjera no promueve la conmoción de los negocios patrios y se ven obligados a espabilar para no quedarse fuera de juego. Veremos si el gobierno no legisla sobre esto protegiendo los "intereses nacionales".
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