Acabo de terminar de leer este libro, magnifico, añejo, delirante, irónico y aterrador. Uno de esos libros que te atrapa y no puedes de dejar de leer y leer hasta que lo terminas, con dos sentimientos encontrados. Por un lado deseas terminarlo, para saber el final... para deshacerte de ese nudo que te presiona; por el otro lado con ese sentimiento de : que no termine... por favor, que siga, ... cuéntame más , más... Y al final, te deja ese sabor dulce y amargo de las obras maestras... un pensamiento, cientos de palabras, de vida... en el aire, en el éter... Una magnífica obra que sabes volverás a leer, pues su lectura no se agota y siempre estará allí aguardando entrar otra vez en tu cociente e inconscientemente. Uno más de esos libros que cojo del templo, "la biblioteca publica". Un libro de esos que al cabo del tiempo, al visitar entre las estanterías de una librería de viejos, encuentras por un módico precio, que compras a hurtadillas, como si robaras... pensando que aquel tipo de la librería es tonto o no sabe la joya que te estas llevando por unos euros. Si ese libro es edición príncipe entonces... tengo que ir a un bar y pedirme una cerveza y bebérmela de un trago a la salud del escritor, de la mía y de la diosa fortuna.
Pues hace un par de días, curioseando en una tienda de cosas de segunda (y tercera, cuarta, etc.) mano, encontré esta novela de Saul Bellow, y como un rato antes había leído tu post pues, qué te voy a decir, me la llevé; y a leer: ahora Wilhelm se ha encontrado con el doctor Tamkin tras haber desayunado con su padre y el Sr. Perls en el comedor del Hotel Gloriana... Pues eso, gracias, rubendario. Buen libro. (Para simpatialaboral: no he leído ese libro.) |