Sinopsis
Hoy en día no es extraño escuchar y leer las brillantes enseñanzas de Daniel Goleman respecto de la Inteligencia Emocional. Tampoco lo es hablar de Liderazgo y de su trascendental importancia para las personas, equipos y empresas. Pero ¿qué tal si integramos los dos conceptos para obtener un cóctel poderoso de éxito y efectividad?
Goleman ha encontrado en sus investigaciones recientes que los líderes más efectivos coinciden en un factor fundamental: todos ellos demuestran un alto nivel de inteligencia emocional. Este tipo de inteligencia influye tanto en su actuación como en sus compromisos, actitudes y conductas, los cuales se agrupan en las cuatro dimensiones siguientes:
1. Autoconciencia y autocrítica
Aunque parece obvio que lo primero es lo primero, pocas veces lo aplicamos a nuestro diario vivir. Es común realizar juicios a primera vista sin conocer a fondo a la otra persona, expresiones como “Me cae mal o simplemente es antipática” se suelen decir a diestra y siniestra, muchas veces sin justa causa. En un mundo cada vez más veloz, solemos llegar rápidamente a las conclusiones sin pasar por las etapas previas del conocimiento exacto de la situación que enfrentamos. Por ello, Daniel nos exhorta a que nuestro camino de aprendizaje emocional inicie por la autoconciencia de nuestras emociones, la manera en que las expresamos y el porqué lo hacemos de una u otra forma.
2. Autocontrol y autorregulación de la conducta
La Conciencia es la antesala de la Regulación. No le podemos pedir a una persona que reduzca su cantidad de alimentos que ingiere en la cena, si ésta no es consciente de la exagerada cantidad ni de la importancia de reducirla. Tampoco le podemos pedir a un compañero de trabajo que se concentre en la exposición, si no se ve reflejado en sus beneficios o si no lo han tenido en cuenta en su desarrollo.
3. Motivaciones trascendentes
Surge como resultado de la Conciencia y Regulación, la búsqueda de Motivos para desarrollar la Motivación que todos necesitamos en nuestra vida, generadora del Deseo, inspiradora de nuestras creaciones e impulsora de nuestro mejor accionar. Largas discusiones se entretejen entre la Motivación y el Estímulo, el incentivo interno y el externo, las necesidades reales o aparentes, el premio o el castigo. Pero todas confluyen en la importancia que tiene la Motivación para que actuemos de la mejor forma y alcancemos los mejores desempeños. Goleman lo define como “las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de nuestros objetivos”.
4. Empatía y Compromiso social
Las destrezas sociales incluyen el desarrollo de la empatía, la capacidad de escucha, el trabajo en equipo, la habilidad para la negociación, la paciencia, el manejo de conflictos, la construcción de lazos, la comunicación, la colaboración, la cooperación y por supuesto el Liderazgo. Daniel Goleman destaca la Empatía como la capacidad para ponernos en los zapatos de los demás, entender sin padecer, realizando un proceso de comprensión y sintonía con los sentimientos y expresiones de las personas que nos rodean, lo cual nos permite estrechar las relaciones y trabajar de manera armónica.