Mi vecino PePe, Señores, que aun se hurga la sisa, aunque peque de pureta, bebe los vientos del Norte al recuerdo de Manoleta.
Manoleta: Pretérito carácter de comunión y mantilla, cara al Sol ve cruzar un rapaz desde la silla. Y aferrada a su escaño, quiere un “punto y seguido”, que le haga suspirar: ¡Aaaays mi PePe! ¡Mi querido!
Los misales y las urnas siempre fueron Vermout dominical, Se les sirve a los parroquianos en tacitas de cristal ¡Viva España, coño!: ventosidad Clerical.
Pero yo, con mis aires poeta: mala rima y demasiado permiso. ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!. Me río yo de las de Tirso; para drama, el de PePe y Manoleta: él sin balas (por la crisis), y la otra....sin peineta.
Y es que, para un animal... de costumbres ¡Claro!, como PePe de muy malas costumbres repicando. Hasta un “de vez en cuando” pierde su encanto. Después de cuarenta años en las cumbres.¡Claro!