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romi
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El abuelo y los tres nietos

9 de Abril de 2011 a las 12:39

Bubok

El abuelo y los tres nietos

            Llegaron a la orilla del río un poco antes de que el sol se pusiera. Y nada más pisar la pequeña llanura tapizada de hierba, al borde mismo de las aguas y frente a las cumbres de Sierra Nevada, el abuelo dijo a los tres nietos:

- Dejemos aquí mismo las mochilas, descansemos un rato y pongámonos a montar las tiendas.

Y la pequeña de los tres, la nieta princesa que era como la llamaba el abuelo, preguntó:

- ¿Es este el sitio mágico del que tanto tú nos has hablado?

- Este es el lugar que quiero enseñaros.

            Y mientras descansaban un poco, antes de ponerse a montar las tiendas, el abuelo les explicó despacio:

- Ya estáis viendo: aquí junto a nosotros, corre el río de las aguas más limpias del mundo, allá en lo alto, brillas las nieves de Sierra Nevada, río abajo, se encadenan los charcos, las cascadas y las riveras tupidas de árboles, al fondo, se extiende la ciudad y Vega de Granada por donde ahora se oculta el sol y a nuestra derecha, sobre la colina, mirad que hermosa se alza la Alhambra, con el Albaicín de fondo y la luz del sol que la tarde le regala.

Y otra vez la pequeña nieta le preguntó:

- Abuelo, y la cascada gigante, de espumas blancas y charcos azules que nos has dicho ¿dónde se encuentra?

- A solo unos metros río arriba.

- ¿Vamos a ir a verla?

- Mañana por la mañana, en cuanto nos levantemos, vamos a ir a explorarla.

- ¿Y también exploraremos las galerías de agua y la misteriosa cueva que lleva a los palacios de la Alhambra?

- Os las enseñaré para que veáis las maravillas que por aquí ha fraguado la naturaleza.

            Se pusieron a montar las tiendas, sobre el tapiz de hierba junto a las aguas. Una pequeña para la princesa nieta y otra, algo más grande para los dos nietos mayores y para el abuelo. Y mienta la montaban no dejaban de mirar a la Alhambra, besada por los últimos rayos de sol de la tarde. Y al llegar la noche, cerca de las aguas del río y cerca de las tiendas, encendieron un fugo y alrededor de las llamas se sentaron. El abuelo les dijo:
- Contemplar las estrellas desde un sitio como este, con el rumor de las aguas del río de fondo, es lo mejor que las personas podamos hacer en la vida. Porque aprender los misterios y belleza de la naturaleza, amarla, respetarla y vivir entre ella, es el camino correcto para descubrir y gozar de todo lo bueno que hay en el Universo.