¿Que cómo es el otoño en Granada?
PAISAJES DE OTOÑO
Hace días que quería decírtelo. Lo estamos esperando y, aunque llegará dentro de poco, del cielo las nubes se han ido. Te hablaré del otoño en Granada pero antes quiero contarte lo que ahora cada día me preocupa. Desde mi ventana miro al cielo y cuando veo nubes me alegro y si no las veo me pongo triste. No llueve, Sinombre, y tengo muchas ganas. Quiero que caigan las primeras lluvias del otoño y ni por esas. Ayer por la tarde, mientras recorría contigo las tierras de esta cañada, mis ojos se iban por el cielo. Tras las blancas nubes que por ahí temblaban y quería que vinieran. Que se alzaran hacia nosotros y que dejaran lluvias por aquí. Pero las nubes se fueron, hizo calor y otra vez volví a sentí que el otoño no llegaba.
¿Sabes Sinombre? El día que llueva y tú rebuznes se abrirá la puerta que da entrada a las entrañas del Cerro de la Viña. Nosotros pasaremos por esa puerta, entraremos y encontraremos el tesoro y me sentiré feliz. ¿Sabes qué es lo primero que vamos a hacer con las joyas? Comprarle a la Princesa lo que ella siempre está soñando: un terreno para construirse un ranchito y llenarlo de caballos. ¿Te había dicho yo alguna vez esto? Pues ya lo sabes. Lo que la Princesa más desea en el mundo es tener su rancho. Estas son sus palabras:
¿Sabes algo nuevo? Cuando esta tarde me venía a tu lado lo hacía entrando por la cañada arriba. Mirando al cielo por si encontraba nubes, soñando con el ranchito de la Princesa y pensando en ti. Miré al suelo al cruzar el arroyo y vi un agujero en la tierra. Me agaché a coger algo que me llamó la atención y ¿qué crees que era? Mira, aquí está. Una pulsera antigua creo que de oro y con algunos brillantes. Me he quedado sorprendido y extrañado estoy. ¿Será esto algún trozo del tesoro que se esconde en las entrañas del Cerro de la Viña? No es gran cosa esta pulsera de oro pero si encontráramos más joyas como ésta ¿tendríamos para comprarle su ranchito a la Princesa? Sinombre ¿sabes lo que te digo? Que estoy ilusionado. Tengo un pellizco dentro que me angustia un poco por algo que no te quiero contar. Pero estoy ilusionado. Quiero que llegue ya el otoño y que llueva.