Foro para escritores de Bubok

Yo estoy  de acuerdo en que los buenos, los que copan el medallero estén. No estoy de acuerdo en que los mejores de la clase decidan el programa y a quién le van a otorgar o no los puntos. Y mucho menos cuando esos dos que iban a decidir eran nada menos que bizarro y Diego, si no recuerdo mal. Dos desorganizados de cojones, como buenos escritores.

Carlos, ha sido un matiz desafortunado, mis disculpas. Quería reflejar que no me unen relaciones personales con los concursantes, así que no tengo intereses bastardos ni cuando voto ni cuando comento relatos.

Cualquiera diría, a tenor de vuestros comentarios, que existen rendijas no saneadas entre algunos de los habitantes de este foro. Y a fé que no me equivocaría.

Llevo un tiempo, por necesidad mental, desconectado de todo cuanto huela a tertulia de escritores (llamarlas literarias se me antoja en exceso benevolente). El ego del escritor, como algunos siguen llamando a esta especie de soberbia que nos sitúa por encima de demasiadas cosas, es aquello que menos me gusta de aquello que más me gusta, que es escribir. Este "yo lo hago mejor, tú que malo eres" me aborrece. Por eso llevaba ya un tiempo sin leer nada de este foro.

Cuando, y de esto hace ya tanto tiempo que solo se acuerdan los viejos del lugar, y yo soy uno de ellos, se decidió iniciar estos concursos de relatos que todos conocemos, yo me callé como una puta y me escapé por la azotea a otros edificios, cual gato escaldado huyendo del agua fría. Era la chorrada más grande que se podía organizar por parte de los egos de los escritores. Y, de aquellos lodos, estos hermosos barrizales.

Un concurso de relatos donde los organizadores son los participantes, y los participantes son los jueces, y los jueces son los ganadores, y los ganadores son los vencidos, y los vencidos son los organizadores... ¿puede aportar, aunque sea mínimamente, algo positivo a nuestra calidad literaria?

Señoras (y señores, que no están los tiempos para discriminaciones léxicas), desengañémonos: ni nosotros somos escritores, ni un concurso con tales características puede aportar nada a nuestra preparación literaria.

Ahora, eso sí, los egos de los escritores fluctúan con estos concursos cual valor no consolidado en bolsa: hoy sube, mañana baja (o viceversa, que uno ya no sabe qué es peor). Pero no nos engañemos, porque en el fondo todos somos conscientes de nuestra escasa calidad a la hora de juntar letras, lo más divertido de todo este embrollo de los pseudoconcursos (me niego a calificarlos de literarios), pasa y pasará siempre por pisotear el ego del escritor vecino. ¡Qué gustazo, rediós! Yo sé que soy malo, pero ahora también tú sabes que eres malo.

Yo soy escritor. Tan malo como todos vosotros. Diría que incluso más si mi ego me lo permitiera. Pero me niego en rotundo a seguir siéndolo. Y para ello trabajo un poquito cada día. Leo, escribo, me documento, observo, sigo leyendo... e intento mantener un mínimo de higiene mental que me permita dominar mi ego. Por eso no me asomé siquiera al concurso de relatos. Ni para saludar. Y por eso llevaba un tiempo sin entrar en este foro.

Como escritor, y también como persona (¿por qué no reconocerlo?) tengo muchísimo que aprender de todos y de cada uno de vosotros. ¿Por qué no me dejáis hacerlo y os empeñáis, solamente, en demostrar que la tenéis más larga?

Internet nos ofrece unas herramientas espectaculares para crear auténticas tertulias literarias. Virtuales, obviamente, pero auténticas. ¿No podemos utilizar este foro para dejar nuestros egos en el rellano (no se perderán, nos seguirán esperando), y ayudarnos un poquito entre todos? ¿No podemos debatir sobre tendencias literarias, sobre esquemas de trabajo, sobre métodos de escritura, sobre conveniencias de estilo, sobre dudas ortográficas, sobre técnicas de esctructura, sobre lecturas escogidas (o no), sobre modas temáticas, sobre recursos estilísticos...? ¿No podemos debatir sobre Literatura?