La simplicidad del primer millón

Hola: Por si a alguien le apetece leer y dejar un comentario, este sencillo relato.
Saludos: romi
Arriba, en todo lo alto, se congregaba la multitud. Muchos hombres, mujeres y niños, venidos de muchas partes. Y, principalmente, de las grandes ciudades, de las aglomeraciones y de aquellos pueblos que ahora imitan a las ciudades grandes.
Y, la montaña donde en todo lo alto se congregaban, aquella mañana estaba hermosa. Cubierta por completo de bosques, todas las laderas surcadas por mil arroyuelos claros, tapizada por extensas alfombras de verde hierba y arropada por hermosas nubes blancas. Como si, el grandioso escenario, hubiera sido preparado por el gusto del artista más sabio.
Y la gran multitud esperaba. Con la boca abierta y mirando al que, en mitad de la ladera, tenía el libro en sus manos. Preparado ya para empezar a leer y mirando emocionado a la gran masa hambrienta. Dijo, el que entre la multitud parecía un director:
- Empieza cuando quieras. Por nuestra parte ya tenemos preparado el cheque para pagarte en cuanto termines. Es un cheque millonario.
El que tenía el libro entres sus manos, se preparó para empezar a leer. Pero antes, para sí, se preguntó: “¿Qué habrá pasado, qué será lo que está pasando en el mundo para que tantas personas ahora vuelvan a las montañas? Como si cada uno viniera en busca de un tesoro muy especial o en busca de sí mismo. ¿Qué está pasando en el corazón de las personas?”
Y abrió el libro por la hoja principal. Justo donde estaba escrito el sencillo mensaje que esperaban oír los que, en lo más alto de la montaña, se habían congregado. Y con tanta ansias esperaban el mensaje contenido en el libro, que de pronto, todos quedaron en silencio. Conteniendo la respiración y mirando hambrientos, muy hambrientos.
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