Comienza la 36ª edición.
Los micros me los podéis mandar mediante mensaje privado desde AHORA hasta el jueves, 29 de marzo a las 22:00 horas. Yo ese día NO haré huelga, al menos bubokera.
Las votaciones, como siempre, privadas, desde las 22:00 horas del jueves, 29 de marzo, hasta las 22:00 horas del domingo, 1 de abril.
La frase inicial será: El cabrón de mi vecino.
¡Hay que ver! El cabrón de mi vecino me besó. Sí, vale, fue porque perdió una apuesta con sus amigos; pero me besó y yo aproveché la oportunidad. Me agarré firmemente a su cintura, enrolle mis piernas en él y… caímos; estuve de suerte, no me rompí nada. Esta tarde tengo sección de mus con mis amigas y he de untarles bien para que sus hijos apuesten, con el ca… de mi vecino, que no es capaz de acostarse conmigo… Por si acaso, me he comprado un negligé negro… ¡Ay,lo que tiene que hacer una octogenaria desdentada para conseguir algo de cariño! |
Con escopeta pero sin balas
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Generosidad muda El cabrón de mi vecino ni siquiera me saludaba cuando nos cruzábamos en el portal, como para ir a pedirle sal… tío sieso. Fue él quien llamó a la ambulancia cuando caí rodando por las escaleras. Y él es el único que viene a verme al hospital. No habla mucho. Al menos ahora saluda al llegar. |
Engaño
El cabrón de mi vecino se estaba beneficiando a la mujer de Ramón, el del segundo. Todo el barrio lo sabía.
- Ramón -le dije-, ¿vas a dejar que te ponga los cuernos tu mujer?
El tío se quedó pensativo.
- Verás, es que yo también la estoy engañando. ¿Para qué le voy a decir nada?
- ¡Coño! ¡Qué callado te lo tenías! –dije sonriendo- ¿y con quién?
Me miró sin pronunciar palabra. Empecé a temblar…
- ¿No querrás decir…?
- Fue tu mujer quien tomó la iniciativa, te lo juro. |
Testigo El cabrón de mi vecino y mi mujer retozan en el piso de al lado. Puedo oír sus gemidos y sus risas, el roce de la piel y el acompasado ritmo de los muelles de la cama; como cuando ella y yo estábamos juntos y nos reíamos, solo que ahora ya no tiene gracia. Lo peor, no obstante, será cuando vuelva a casa, no me mirará, tampoco me dirá una palabra. Mi retrato la verá dormirse con una sonrisa en los labios y me sentiré no sólo muerto, me sabré muerto y enterrado. |
Caradura
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Coartadas
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La venganza del vecino “El cabrón de mi vecino”. Así lo dice el cartel anunciador de la obra que Gervasio Pereira, el autor teatral de moda, va a estrenar en el Tívoli. ¡Será puñetero el tío! Vaya. No es que me importe demasiado. Pero es que en este mundillo de la farándula todos saben que Gervasio y yo somos vecinos. Y que el buen hombre no tragó el éxito de mi obra “El loco del paraguas”. Seguramente porque, al ser albino, tiene la costumbre de ir siempre con un paraguas abierto a todas partes. |
Maníaco El cabrón de mi vecino es un maníaco. Día y noche le oigo farfullar cosas sin sentido, pero con un tono y una cadencia en su voz que me hacen estremecer. El otro día, espiándole por la mirilla de la puerta, justo cuando él se iba, me miró de reojo y me sonrió. ¡Era cómo si me hubiese visto y supiera que yo estaba observándolo! Me puse las manos en los bolsillos, llenos de pavor, y me fui con paso lento a mi habitación. No sé cuando vendrá a por mí, pues día y noche le oigo farfullar mi nombre… |
La casa de corcho
El cabrón de mi vecino sigue haciéndome la vida imposible aún sabiendo que será su agresiva conducta la que provocará mi ingreso. Seguiré el consejo del médico y abandonaré el piso.
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Me he trasladado a una enorme residencia aislada en el campo y cercada por altos muros de piedra. Resulta de lo más acogedora. Y silenciosa.
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Es un hijo de la gran puta. Se ha pasado la noche aporreando mi puerta, arañando las paredes y deslizándose por el tejado. Exigiendo a gritos que volviese a casa. Intentando convencerme de que un psiquiátrico nunca será mi hogar.
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