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danielturambar
Mensajes: 5.089
Fecha de ingreso: 14 de Mayo de 2008

Re: II Certamen de Relatos de usuarios de Bubok

15 de Febrero de 2009 a las 19:30
cita de bizarro

Segun entiendo, los relatos los colgamos en este mismo topic y te enviamos un mensaje a ti diciendote quiene somos, ¿no?

Por cierto, enhorabuena, macho.

Eso es, pubicáis con el usuario del concurso y me ponéis un privado con el título de la obra reivindicado su autoría. (gracias)
concursoderelatos
Mensajes: 1.692
Fecha de ingreso: 28 de Enero de 2009
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  • 24 de Febrero de 2009 a las 12:27

Un minuto de gloria

 

Medio barrio estaba en el bar, pegado al televisor. Las amigas de la madre arregladas como si las enfocadas fuesen ellas; las amigas de la hija, con los móviles en la mano para informar a las que no iban a poder verlo; los niños, incordiando lo suficiente como para que se barajara mandarlos a la calle; el hermano y los amigos, aprovechando para tontear y hacerse con números de teléfono de futuribles conquistas... Y Manolo, entusiasmado con el bar hasta la bandera, repartiendo platillos con cacahuetes para que no se dijera que no era desprendido.

¿Y la madre? La madre estaba en primera fila, pegada a la tele, henchida de orgullo, peinada de peluquería y con una blusa malva que había comprado a propósito. Porque la ocasión lo merecía: no todos los días la hija de uno salía en la tele ni muchos menos todo el mundo podía presumir de aquello. Pero a ella, sí; a ella iba a pasarle: su hija iba a salir en "El Diario de Patricia" aquel 14 de Febrero, día de San Valentín. Y además iba a hacerlo cantando como ella sabía: como los ángeles.

Cuando Patricia presentó a su hija, el bar se volvió loco: "¡Qué guapa!", "Parece más joven", "Me encanta el pelo que le han puesto, tía...", “Qué buena está tu hermana, tío…”, "Ssssh... Silencio, que va a empezar...". Y habló Patricia:

- Así que vas a dedicarle una canción a tu novio, ¿no? ¿Cómo se llama?
- Luis.
- ¿Lleváis mucho tiempo juntos?
- Pues... casi cuatro años. Desde los 16.
- Va a ser una ranchera, creo... -ella asintió- Pues nada... ¡Adelante!

Se hizo el silencio en el plató y en el bar. Cuando el mundo escuchó la primera estrofa, la madre pidió a dios quedarse sorda de repente. Y al llegar al estribillo, la recogieron del suelo mientras en la televisión su hija seguía cantando como los ángeles:

"Rata de dos patas, te estoy hablando a ti.

Porque un bicho rastrero, aún siendo el más maldito,

comparado contigo se queda muy chiquito".

Y los amigos de su hermano, dando palmas con las orejas, marcaron a la muchacha en sus agendas como futurible.

 

concursoderelatos
Mensajes: 1.692
Fecha de ingreso: 28 de Enero de 2009
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  • 25 de Febrero de 2009 a las 16:22
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ALMAS LIBRES


    Un flamante deportivo rojo cruzaba rápidamente la solitaria carretera, como una saeta envuelta en fuego. El coche, un Ford Mustang de finales de los sesenta, carecía de capota, aunque el modelo la llevara de serie.

 

    Las áridas y desiertas llanuras del suroeste americano eran testigos de la alegría de tres jóvenes, de la felicidad por vivir, y hacerlo deprisa, sin miedos. Día a día, noche a noche, los tres amigos disfrutaban mientras el viento les azotaba la cara y sus pasos se guiaban, casi por el azar, hacia un nuevo destino. Un chico rubio conducía: un fornido joven con un abundante pero no muy largo pelo rubio cuidadosamente engominado, peinado hacia atrás. Las formas de su rostro y cuerpo desprendían una extraña mezcla entre elegancia y dureza, entre Cary Grant y Arnold Scharzenegger. Detrás suyo, su amigo de toda la vida: se trataba de un joven mucho más enclenque, con la cabeza rapada al 2, y también bastante más alto que su compañero. En el asiento del copiloto, había una chica; una joven de rubios cabellos, tal vez varios años más joven que los otros dos pasajeros; su larga melena al viento y gafas de sol tapando parcialmente su bello y sensual rostro, evocaban la escena de un joven sueño americano: era simplemente la imagen de la libertad.

 

    Conforme el viento golpeaba con más fuerza el rostro de la muchacha, ésta iba riendo más, y más; incluso se le escapó arrastrado por el viento el pañuelo rosado con lunares rojos que llevaba atado al cuello. Pero a la chica no le importaba: se reía tanto, que incluso contagió al joven calvo del asiento de atrás, conocido por el conductor como uno de los hombres con menos tendencia a la carcajada fácil que había visto.

 

    La muchacha se divertía. Mucho. Pero ignoraba que sería su última vez.

 

 

    El sol se puso en Casa Grande. Sus tímidos rayos, filtrados por la casi desnuda ventana de aquella calurosa habitación de albergue, despertaron a la joven Mary. Tardó unos instantes en recordar dónde estaba, y cuando lo hizo miró a su lado, sonriente. Allí estaba Nick, aún durmiendo en aquella cómoda cama, junto a ella. Otro día más juntos, otra mañana más sus dos melenas rubias se fusionaban en una sobre la almohada. Otra mañana más, lo despertaría abrazando calurosamente su fornido cuerpo, besándole, hablándole al oído.

 -Despiértate, cariño.

 -Huumm... déjame...

 -Vaaa hombre, despierta –Mary sonreía tiernamente, abrazando más fuerte a su pareja-

 -¿Qué hora es?

 -Las diez. Recuerda que nuestra reserva es hasta las doce, hemos de ir recogiendo.

 -Oh, bueno. –Nick se levantó entonces rápidamente, venciendo a la pereza-

 -Nos íbamos ya de Casa Grande, ¿verdad?

 -Por supuesto, pajarito. –Nick se empezó a poner rápidamente sus tejanos, alegremente- ¿No te vistes?

 -Jo, Nick, no me quiero ir tan pronto de aquí. Esta ciudad me gusta...

 -Pajarito, ya sabes lo que hay. Llevas casi una semana viajando por Arizona con nosotros, ¿No te encantaba eso de visitar una ciudad cada vez? –Nick sonrió a su chica, y ésta le devolvió el gesto- Hemos de llegar a Utah, ya sabes.

 -Claro cariño, es sólo que... no sé, estoy un poco cansada de viajar continuamente, día a día. ¿No crees que estaría bien quedarnos de vez en cuando en algún sitio, unos días?

 -Pajarito, esto no es sólo cosa mía. También Jason comparte mi modo de vida. Los dos acordamos no separarnos nunca, comprende que debamos seguir viajando.

 -Je... sin duda eso es lo que me atrajo de ti, cariño. Vives al límite, el presente, sigues el carpe diem al pie de la letra. Tranquilo cariño, nunca te abandonaré. Eso sí, ¿Cómo es que nunca os detenéis más de un día en el mismo sitio? ¿No os cansáis un poco a veces? ¿No tenéis miedo de que se os acabe el dinero de la herencia de tu padre?

 -Eso, pajarito,  -Nick sonrió una vez más- lo comprenderás tú misma en muy poco tiempo. Aún has de conocerme mejor. Créeme que lo vas a pasar de cine conmigo, nena.

 -Oouh, Nick. –la muchacha se levantó de un salto, y fue a besar apasionadamente a su amante-

 -¡Eh, pareja! –alguien hablaba, pegando golpes al otro lado de la puerta- ¡Que es para hoy!

    Desde detrás de la puerta, Jason metía prisa. Resignados, Nick y Mary recogieron su ligero equipaje, y bajaron con intención de coger su Ford Mustang y aventurarse por las rectas y solitarias carreteras que los separaban de su próximo destino.

 

 

    Conforme el viento golpeaba con más fuerza el rostro de la muchacha, ésta iba riendo más, y más; incluso se le escapó arrastrado por el viento el pañuelo rosado con lunares rojos que llevaba atado al cuello. Pero a la chica no le importaba: se reía tanto, que incluso contagió al joven calvo del asiento de atrás, conocido por el conductor como uno de los hombres con menos tendencia a la carcajada fácil que había visto.

 

    La razón de su risa maliciosa, era que Nick había avistado a un par de personas a lo lejos, haciendo autostop: “Ya verás, pajarito, vamos a darles un susto de muerte”, fue lo que éste le dijo a la muchacha, mientras aceleraba al máximo el coche. A la chica le excitaba esa sensación de superioridad, el hecho de pasar a escasa distancia de aquellos pobres diablos a toda máquina, mofarse en su cara. Pero, lo que ocurrió luego no era precisamente lo que ella se esperaba.

 

 

    El coche se encontraba en posición vertical, con el conductor y su copiloto visiblemente inconscientes, y aún sujetos por su cinturón de seguridad. Tuvieron que pasar cinco minutos hasta que un coche llegó al lugar de los hechos y advirtió, horrorizado, la escena. Sin pensarlo dos veces, el buen samaritano que conducía aquel Chevrolet azul acudió al rescate de las víctimas;  con cuidado de no tocar demasiado el coche, (no fuera que metiera la pata y aplastara a la pobre pareja debajo de él), retiró las sujeciones de ambos accidentados y los tendió en el suelo. Volvieron en sí casi a la vez.

 -Oh, dios... dios... Nick... ¡Los hemos matado! –la muchacha no dejaba de mirar a los dos cadáveres que yacían a un par de metros del arcén de la carretera, segundos después de recuperar la consciencia- ¡Los hemos matado! Nick, dios mío, ¿¡Qué hemos hecho!? ¡Somos unos asesinos!

 -Cálmate pajarito, todo va según lo planeado.

    El pobre hombre que acababa de ayudar a la pareja, escuchó confundido las palabras del joven rubio. A los pocos segundos, Jason salía de la parte de detrás del coche, arrastrándose y visiblemente herido, aunque leve... apuntándole a la cabeza con un revólver mágnum de calibre 38, el cual pronto expulsaría una bala.

 -¡¡Oh dios mío!! Nick, ¡¡Jason se ha vuelto loco!! ¡¡Acaba de dispararle un tiro a la cabeza!! ¡¡Oh dios mío!! –Mary, nerviosa y asustada, no creía lo que estaba viendo-

    Su pareja no la escuchó; estaba demasiado ocupado registrando el fresco y reciente cadáver, en busca de su cartera. Mary, que en ese momento al fin comprendió que se había enamorado del último hombre que hubiera deseado conocer en su vida, salió corriendo aterrorizada hacia el Chevrolet azul del ya cadáver buen samaritano. Cuando aún le faltaban un par de metros, todo su cuerpo se desplomó hacia adelante, y de sus rubios cabellos empezó a manar una fuente de sangre.

 -Bueno, Jason, parece que sigo sin gustar mucho a las chicas. –Nick devolvió el revólver a su amigo, que contemplaba la escena a su lado-

 -Sí Nick, definitivamente el mundo no nos comprende. Tendrás que buscarte otro pajarito, je je je.

    Los fugitivos registraron rápidamente los tres cadáveres cuya cartera aún no estaba en sus manos. Después de contar su botín (noventa dólares), entre risas, subieron al Chevrolet azul aún aparcado en el arcén de la larga carretera, y emprendieron una vez más su viaje sin fin, sin destino.

concursoderelatos
Mensajes: 1.692
Fecha de ingreso: 28 de Enero de 2009
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  • 25 de Febrero de 2009 a las 16:31
(Siento mucho que haya salido así de mal el relato, se ve que copiar-pegar desde yahoo causa ese horrible efecto. Intentaré volverlo a pegar desde word para ver si se pude leer mejor):

ALMAS LIBRES

concursoderelatos
Mensajes: 1.692
Fecha de ingreso: 28 de Enero de 2009
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  • 25 de Febrero de 2009 a las 16:33
Madre mía, me merezco ser el relato menos votado sólo por el desastre que estoy haciendo. Bueno, añado aquí la canción en cuestión del relato "ALMAS LIBRES": Runaways (Brother Firetribe).

incongruente
Mensajes: 1.269
Fecha de ingreso: 10 de Junio de 2008
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  • 27 de Febrero de 2009 a las 8:28

Bueno, ya que Daniel parece ser que no ha podido cerrar el certamen, lo haré yo en su nombre.

¡¡¡QUEDA CERRADO EL II CERTAMEN DE RELATOS DE BUBOK!!!

Chicos a votar

danielturambar
Mensajes: 5.089
Fecha de ingreso: 14 de Mayo de 2008
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  • 27 de Febrero de 2009 a las 9:59
Perdón, perdón, technical failure.
Gracias Incongruente.