Foro para escritores de Bubok

Hola: por si alguna persona quiere leer y dejar algún comentario, pongo aquí este sencillo texto:

 Agradecido y saludos: romi

 Los tres almendros de la torrentera

            ¿Te acuerdas de los tres almendros de la torrentera? ¿Los que dan flores color rosa y miran al camino? Cuando estabas y, en aquella primavera que compartimos en el Puntal de los Almendros, estos tres árboles fueron tus preferidos. Por la cantidad de flores que dieron, por el color tan fino y delicado de estas flores y por la densidad de sus ramas. Yo sí me acuerdo que, en más de una ocasión, te escondías por entre la espesura de estos almendros. Como un niño juguetón y, mientras te agazapabas para que no te viera, me mirabas de soslayo. Como su huyeras de mí y al mismo tiempo me invitaras a irme contigo. ¡Qué cara ponías,  con qué inocencia mirabas y cuánto entusiasmo derrochabas! Me acuerdo de esto perfectamente. Como su hubiera ocurrido ayer mismo.  

            Pues a lo que iba: Que ayer por la tarde me di un pequeño paseo por este Puntal de los Almendros. Para ver qué es lo que por ya ha traído la primavera y para disfrutar de la tarde. Ayer hizo un bonito día. Templado, un poco, sin viento ni nubes y con un sol precioso. El que a ti te gustaba tanto en estos días de primavera. Aunque por las noches todavía hace mucho frío. Amanecen los campos tapizados de escarcha y por eso tengo miedo: las flores de los almendros son tan delicadas que, en cuanto las temperaturas bajan a cero grado, se hielan. No sucedido esto ayer pero, ya te digo: en cuanto salió el sol, la temperatura subió. Lo suficiente para que las escarchas se derritieran enseguida y las flores de los almendros se espabilaran.

            Y así fue como me las encontré ayer por la tarde. Como te decía, me di un pequeño paseo por lo alto del puntal y luego me viene para donde los tres almendros de la torrentera. Pensando en ti, en la Princesa, en Bandolero y en las amigas que se fueron. Y, aunque me encontraba con poco ánimo se me levantó al ver estos árboles. Se mostraban preciosos. Engalanados con cientos de flores, como aquel año, todas color rosa y exhalando chorros de perfume primaveral. Como si la primavera hubiera brotado en ese mismo momento. Y, al darle el sol de la tarde, parecían que estaban hechizados.  Igual, exactamente a cuando tú te escondías por entre las ramas y flores de estos árboles. Y claro que te eché de menos. Tanto que, una vez más me sorprendía como las cosas se repiten un año detrás de otro con tanta exactitud. Como si este año, la tarde de ayer, las flores de los almendros y la puesta de sol, hubiera sido la misma de aquel año.