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rosaspage
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Los gnomos saltarines (relato del libro "Las vacas son extraterrestres")

26 de Julio de 2012 a las 19:10
El siguiente post es para compartir con todos vosotros un pequeño relato perteneciente a mi nuevo libro "Las vacas son extraterrestres".

Antes de nada comentar que este pequeño relato está basado en un hecho real, concretamente de un programa radiofónico nocturno que tuve la oportunidad de oír hace varios años y que me quedó grabado en la memoria por la situación surrealista que se generó a raíz de la llamada de un oyente. Evidentemente tiene partes de ficción (faltaria más) aunque a grandes rasgos es similar a lo que sucedió en esa ocasión.

Asimismo agradecería vuestra opinión sobre el relato o sobre si os ha parecido divertido





LOS GNOMOS SALTARINES
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-Y a continuación nos llegará Jordi Bartomeu, nuestro experto en ciencias ocultas y tradiciones ancestrales, para explicarnos detalles de unos seres tan mitológicos como también enigmáticos: Los gnomos. Pero eso será dentro de unos minutos, pues antes Shakira nos ofrecerá su famoso Waka-Waka.

-Víctor –comenta Rosa dirigiéndose a la cabina de control de sonido al mismo tiempo que suenan los primeros acordes de la canción- Creo que algún día tendríamos que hablar seriamente sobre la selección musical del programa. ¿No crees que poner la Shakira a estas horas de la noche es... Como te lo diría yo... Quizá un poco demasiado animado?

-Que quieres que te diga chica. Algo tengo que hacer para que no se me duerma el personal. -Responde el aludido al mismo momento que se encoge de hombros como si quisiera excusarse.

La verdad es que hoy la Rosa se encuentra algo malhumorada, pues los martes no le gusta demasiado hacer su programa de radio. El motivo es precisamente la participación de Bartomeu, el "experto" en ocultismo y hechos extraños de la radio que siempre deja intranquila a la chica con sus historias de espíritus, fantasmas, demonios y demás habitantes del mundo sobrenatural. Parece que como más sórdida es determinada historia más disfruta el buen hombre. Verdaderamente este es el único día en que Rosa, volviendo a pie hasta su casa, ve cosas raras que aparecen y desaparecen por el camino. Ella sabe muy bien que simplemente se trata de sugestión, pero eso no impide que antes de ir a dormir compruebe si el armario de su habitación tiene las puertas bien cerradas y que debajo de la cama sólo exista el polvo habitual.

-Por suerte esta noche sólo hablará de un tema tan idiota como la existencia de los gnomos. Ni siquiera mi subconsciente más profundo es capaz de prestar atención a un tema que sólo asusta a niños y cuatro viejas mal contadas -reflexiona Rosa en el mismo momento en que el señor Bartolomé se acomoda aparatosamente en la silla, orienta ceremoniosamente el micrófono, aclara la voz tosiendo un poco y despliega una auténtica batería de papeles, todo ello con una cara tan seria que incluso da miedo (y nunca mejor dicho).

-Como mínimo hoy se lo ha preparado -continúa pensando la chica mientras mira atentamente los movimientos del hombre.

Repentinamente se da cuenta que empieza la sintonía que da pie a la sección dedicada a los misterios. Como si la hubieran pinchado, la chica activa rápidamente todos sus sentidos realizando la introducción del tema, el cual se lo pasó ayer mismo su colaborador y que apenas ha podido memorizar.

Con una voz tenebrosa aunque sin exagerar la chica empieza a hablar -¿Sabéis que en los bosques, además de animales y vegetales también son habitados por misteriosos seres que no levantan un palmo del suelo y que se llaman gnomos? ¿Sabéis que existen gnomos de jardín que ayudan a que las plantas crezcan más? ¿Y sabéis que existen gnomos los cuales viven en los hogares y arreglan cosas estropeadas? Aparte, ¿sabéis que los gnomos son grandes amantes de la música, tanto que incluso tocan magistralmente instrumentos con la flauta?

Tal y como está fijado en el guión, acabadas de decir estas palabras Bartomeu sustituye la chica en la introducción.

-¿Y sabéis que la artista Lady Gaga debe toda su fama gracias al hecho de capturar un gnomo que se encontró electrocutado en el baño de su casa? -Continúa afirmando su compañero mientras que con cara de circunstancias mira la chica, la cual sonríe de forma burlona al oír aquellas palabras.

-Pero eso no es todo- continúa con su guión y como si nada pasase -¿Sabéis que existe una asociación llamada "Gnomos de Jardines Sin Fronteras" que defiende el derecho de los gnomos de jardín a viajar por el mundo?

Con esta última frase, Rosa ya no puede aguantar más y estalla en risas, levantando los brazos, dándose un empujón hacia atrás y cayendo estrepitosamente al suelo. Aunque se levanta inmediatamente tiene los ojos anegados de lágrimas producidas por la risa. Al mismo momento el locutor se disculpa del estruendo dando paso rápidamente a una pequeña explicación del tema que ya está grabada. Ello evita que los oyentes oigan el alboroto que sigue haciendo la chica, quien aunque procura ponerse sería no puede parar de reír. Se disculpa de su actitud pero sus esfuerzos no evitan que de vez en cuando se le continúe escapando la risa.

-La verdad que el programa de hoy promete -comenta entre dientes Rosa quien todavía se está recuperando del ataque de risa. Bartomeu la observa muy serio y aquello no le hace ningún tipo de gracia.

-Oh ... -continúa hablando Rosa, ahora dirigiéndose a Víctor- Tendría que avisar si hace improvisaciones de este tipo. Que una no es de piedra... como los gnomos de jardín. ¡Ja ja ja! -Finaliza riéndose de su propio chiste al mismo momento que con la palma de su mano golpea la superficie de la mesa.

Acabada esa introducción registrada, la chica inicia un diálogo con Bartomeu introduciendo uno a uno los temas principales. Transcurren unos cuantos minutos y repentinamente la locutora observa como el técnico de sonido le hace signos desde la cabina, indicándole que alguien ha llamado a la radio y que le gustaría "pincharlo" por antena.

Rosa, que hoy casi se atreve con todo y cree que el listón del surrealismo ya está tan alto que difícilmente se puede superar, le indica que tiene vía libre para poner la llamada en antena. -Perdone que interrumpa su interesante explicación Bartomeu, pero por línea interna me acaban de comentar que un oyente nos llama en relación al tema que estamos hablando esta noche. ¡Muy buenas noches! ¿Su nombre por favor?

-¿Soy yo? Soy Puyol. Ramón Puyol... -Responde una voz claramente nerviosa.

-Adelante Ramón. ¿Que nos quieres contar? -Se añade en Bartomeu quien también siente gran curiosidad por lo que pueda decir aquel oyente.

-Queeeee... Que os venía escuchando por la carretera... Yo iba a casa con la furgoneta ¿sabéis? Y de pronto... ¡Que de golpe lo he visto ahí delante carajo! Ahí... Parado... Sin hacer nada pero... -Comenta el oyente al cual cada vez se le percibe una voz más alterada.

-Entonces Raúl ¿que es lo que has visto?

-No no ... Raúl es mi hermano. Yo soy Ramón -puntualiza el buen hombre- Pues he visto un gnomo de los que estabais hablando. ¡Puñetas, que acabo de ver uno ahora mismo!

Rosa alza las cejas y ya no sabe si ponerse a reír o a llorar. Nuevamente levanta los brazos ante esta sorpresa tan inesperada, aunque procura no echarse atrás como en la anterior ocasión, no sea que vuelva a caer de la emoción que le produce la situación.

Por su parte, Bartomeu parece totalmente interesado con el tema. Acercándose al micrófono con un gesto de evidente atención pregunta: -¿Era un gnomo? ¿Dices que has visto un gnomo en la carretera? Nos lo podrías explicar un poco mejor, por favor…

-¡Exacto, lo que habéis oído! -Continúa diciendo el todavía agobiado Ramón quien por fin deja de hablar a golpes- Estaba parado en medio de la carretera y no medía más de un palmo de altura. Se ha girado, me ha mirado y de un salto ha desaparecido.

-Efectivamente lo que afirma nuestro oyente tiene mucha lógica. Debido a su pequeño tamaño, los gnomos son capaces de dar saltos que los humanos nos es absolutamente imposibles. -Comenta el compañero de la chica añadiendo énfasis al asunto.

-Recordemos que los pitufos no caminan, sino que avanzan haciendo saltitos -puntualiza Rosa quien con una voz seria no oculta una media sonrisa irónica. Ello provoca que su compañero la fulmine con la vista.

-Pero... -continúa hablando la chica ya con total seriedad- ¿Y no podría ser que José hubiera visto realmente un conejo, un tejón o un gato perdido por estos campos y, sugestionado por lo que explicábamos en el programa, lo haya confundido por un duende?

Mientras el oyente vuelve a puntualizar que su nombre es Ramón, Bartomeu tose solemnemente. No quiere aceptar que esa visión sea la de un animal y continúa preguntando al oyente más sobre ese "contacto", haciendo al mismo tiempo toda una disertación sobre el mundo de las leyendas.

-Y además -vuelve a afirmar el oyente- en el mismo momento que me ha mirado se le han encendido los ojos. Sin duda esto es lo que más miedo me ha dado.

Rosa de nuevo intenta entrar en la discusión pero observa como Víctor le hace una señal indicando que deje hacer a Bartomeu, pues eso es bueno para dar un poco de emoción a la noche. Haciéndole caso, la chica deja que la iniciativa la lleve su compañero de micrófono, interviniendo sólo para despedir cordialmente la llamada del nervioso Ramón.

Bastante rato después y volviendo sola en casa, nuestra amiga reflexiona sobre lo ocurrido aquella noche en la emisora. No hace falta ser una persona demasiado espabilada para darse cuenta de que el misterioso "gnomo" que ha visto Ramón ha sido un pequeño animal nocturno. Al menos toda la descripción que ha dado el oyente concuerda exactamente con esta suposición, lo cual evidentemente no es ninguna noticia.

No obstante si que da emoción al caso el hecho de que alguien, con su agobio y la sugestión creada al escuchar historias sobre estos seres mitológicos, crea que realmente ha visto un gnomo.

-Quién sabe... Quizá algún día alguien escribe sobre esta anécdota y con el ánimo de hacer un relato más novelesco exagera la nota, iniciándose de esta forma una auténtica leyenda sobre un gnomo de nuestro pueblo. Bah... Quien quiera escribir sobre como mínimo espero que diga que la locutora era una chica mona -concluye Rosa.

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