Paranovia —Le he pedido que se case conmigo. —¿Y…? —Me ha soltado un discurso sobre la sociedad y sus ataduras. Me ha dicho que el matrimonio es un invento machista, un yugo legal que las mujeres han aceptado durante generaciones porque no tenían conciencia de su identidad como personas. No sé, me ha dicho un montón de cosas así. —Entonces… ¿no os casáis? —El veinte de septiembre. Está con su madre y sus hermanas mirando vestidos de novia. Lo quiere blanco y con cola. |
Corazón dividido… Le he pedido que se case conmigo y aún no me ha dicho nada. Pero algo en ella ha cambiado. Cada vez que la miro, me sonríe, se sonroja y baja con timidez los ojos. Hoy le he hablado de ella a Pablo. Hacía muchos días que no venía a verme. De hecho, estoy aquí por él. Sin embargo, él no quiere oír hablar de ella; le asusta la sola idea de que exista. Me ha amenazado. Dice que la va a matar…, a ella y a mí. Dice que si sigo viéndola, romperá los espejos de la habitación. |
Divino harén – Le he pedido que se case conmigo. – ¿A ésa también? – No la llames “ésa”. – Pero, a ver, ¿no tienes suficientes esposas? – Ninguna como ella. La mayoría se casa conmigo sin que se lo pida. Engañadas por sus anhelos pocas me aman realmente. Y luego están las que ni creen en mí pero ven en nuestros esponsales una solución para sus problemas. – Una huida más bien. – Sea como sea yo las amo a todas. – ¿Y a mí? – ¿Tú?, tú eres la madre de mi hijo. – Motivo de más para prometernos devoción eterna. – No digas tonterías. – Señor…, no hay quién te entienda. |
Nadie es perfecto... -Le he pedido que se case conmigo… –se excusó sonriendo el Dr. Tanzler ante sus atónitos colegas. Cuando aquella joven ingresara en el hospital por causa de una tuberculosis, pocos apostaron que sobreviviría y ninguno de ellos imaginó hasta qué punto intimarían médico y paciente durante el tratamiento. Pero allí estaban ambos para atestiguar su amor: el novio, de pie, aguardando la felicitación de la comitiva por la buena nueva; la novia, con sus huesos unidos por alambre y aquellas telas empapadas en yeso a modo de piel, reposando estoica sobre la mesa. |
La pareja -Le he pedido que se case conmigo, me dijo. Me recordó que le quedaban pocos meses de vida y que nadie mejor que tú para cuidarlo, para ser su esposa y enfermera. -Yo le obligué a confesar que no me quería y me negué a casarme con él, pero le cuidé lo mejor que pude. No fue difícil con lo podrido de dinero que estaba. -No era malo, ésa es la verdad. Siempre fue un amante poco molesto. -Abren el testamento mañana y nos lo deja todo. -Lo dicho: amable y educado. -Ha sido fácil. -Estaba realmente solo. |
Niños Le he pedido que se case conmigo, pero mis padres y los de ella, no dejan de repetirnos que estamos destruyéndonos, que es una locura, que somos muy jóvenes, y que no estamos pensando en el bebé. Y lo cierto es que además de por el niño, quiero hacerlo también para perderlos de vista a todos. |
Acertando cuál - Le he pedido que se case conmigo. - ¡Coño, ya te has decidido! ¿Y qué te ha dicho? - Que por ella sí pero que iba a ser que no, y se reía la condenada. - Oye ¿a quién…? - Es que sigo sin distinguirlas, tío, son como dos gotas de agua. |
Obsesión Le he pedido que se case conmigo. Si me dice que no, pincharé un condón. O mejor aún: le mentiré diciéndole que voy a empezar a tomar pastillas anticonceptivas. Y si aún así no le ato de por vida, le mato. Le enveneno la comida o algo. Aunque me temo que matándole no voy a acabar con el amor que siento por él y que no me deja vivir tranquila. |
Por llegar tarde... Le he pedido que se case conmigo. - Eso no es posible. - me ha contestado. Por supuesto, yo he insistido: - Ya sé que eres una unidad de computación avanzada, lo último en inteligencia artificial. Pero has superado las barreras de lo material y yo sé que me aprecias. Tienes sentimientos, puedes sentir amor y… - Precisamente por eso - me ha interrumpido - Estoy enamorada. Y ya estoy comprometida. Con Lola-Tres-Alfa-Epsilon, una unidad HP 4009 de última generación que conocí en el club de Wireless. |
¡Sorpresa! —¡Le he pedido que se case conmigo! imagina. —Pero... ¿de verdad no recuerdas nada? —No tío, nada en absoluto. ¿Cómo iba a acordarme después de todo lo que habíamos bebido? Pues dice que se lo pedí cuando estábamos follando. —Ja jaja eres la ostia, tío. Te pasan cosas increíbles. Te he dicho mil veces que tengas cuidado con lo que haces cuando bebes. Y ¿qué vas a hacer? —Pues casarme con ella ¿qué si no? —Pero tú estás pirado. ¿Por qué vas a hacer eso? —Porque pensándolo bien me apetece mucho. Y porque los borrachos siempre dicen la verdad. |
Desposados |