Purista —¿Otra? —preguntó con fingido escándalo el editor— Ya van... ¿Cuántas van? He perdido la cuenta, Sr. Salgado. —Con esta doce. Y calculo, por lo bajo, que añadiré otras cinco. El editor enterró los dedos en su desesperada y escasa mata de pelo, intentando en vano recomponerla de forma que le diese un aire de dignidad. Aquello, a pesar de la presunción de meticuloso que se adjudicaba el Sr. Salgado con su obra, era exagerado. El único buen escritor de que disponía la editorial en ese momento transformaba novelas magníficas en cuentos mediocres con su obsesa búsqueda de la perfección. |
La orilla del río -¿Otra? -¡Ya llevo cinco! –exclamó su marido entusiasmado dejando la trucha en la bolsa de pesca. -No sé qué vamos a hacer con tantas… -dijo ella pasando con rabia páginas de una revista. Cuando su marido regresó al río para seguir pescando, cogió el móvil de la bolsa y abrió Facebook. Cambió su estado de casada a soltera y clicó en “buscando una relación”. Luego la gente escribió comentarios de todo tipo, incluso una amiga la felicitó “por haber dejado a ese cabrón”. Mientras abría una sandía para la merienda, recibió otra notificación: “¿qué pasó?”. Mirando el cuchillo, escribió: “murió”. |
Letras -¿Otra? -preguntó el inspector, nervioso-. ¿Cuántas van ya? -Diría que.. -su ayudante rebuscó en los papeles- unas seis víctimas, señor. El rechoncho inspector revisó todas sus notas para luego observar el mapa donde tenía señalados todos los asesinatos. No tardó en iluminársele el rostro e indicar a su ayudante que avisara a la brigada sobre la calle Obrich. Aunque, a pesar del aviso, cuando llegaron ya era demasiado tarde; el asesinato se había realizado. -He ganado... -¿Qué ha dicho, señor? -"He ganado", es el mensaje que da si juntamos las iniciales de las calles donde se han cometido los crímenes... |
Galletas con fibra - ¿Otra? - Sí, y las que hagan falta. - Bueno, yo te lo digo porque vas a engordar. ¿Cuántas llevas? - Desde ayer, quince lo menos. - Una barbaridad –dice meneando la cabeza, resignado. - Claro, el señor no tiene los problemas que tengo yo. - Vale, vale… - Es muy fácil dar consejos… - ¡Está bien! –levanta las manos, pidiendo paz-. No vamos a discutir porque no consigas ir al baño. |
Trabado -¿Otra? -Si otra, con ésta ya van nueve seguidas. -¿Cómo podremos pararlo? -Poca solución tiene, he intentado buscar las razones pero no entiendo lo que está ocurriendo, las toca y las retoca. - Pues habrá que desconectarlo porque su redoblar me está matando. |
Rebaño ¿Otra? ¿De dónde ha salido? ¡Joder! vuelta a empezar y ya es la quinta vez. Siete, doce, veinte... ¡eh! estaros quietas. ¡Maldita sea! a empezar otra vez. Esto es lo que más me fastidia de este trabajo, hacer esto todos los días antes de colgar la chapa. Cinco, nueve, catorce... ¡Zuri! Ve por la rubia, se escapa y no tengo ganas de salir a por ella. Treinta, treinta y ocho, cuarenta y nueve... para cuando llegue a las seiscientas será noche cerrada. ¡Si es que son como tontas! como una se mueva, todas las demás se van detrás. ¡Putas ovejas! |
Blancas juegan y ganan —¿Otra? —No, gracias. Inclinó la cabeza con cortesía y se colocó a la izquierda de la señora para servir en su plato. El rubor convirtió en cobrizo el tono de su piel. El nuevo amo era extraño, le había dado las gracias. —¿Otra? —No. Y lárgate. Que siga sirviendo Lucía. Cuando se dirigían a la biblioteca para tomar el café, la dama se excusó ante su marido un minuto. Tardó menos en dar las instrucciones al capataz. —Verás como después de diez latigazos se te quitan las ganas de coquetear con el amo delante de la señora. Putas negras… |
La carta –¿Otra? –preguntó su mujer al verle romper una de las cartas que acababa de recoger del buzón. –¡Oh! No, no... –respondió él sonriendo–. Se han vuelto a equivocar y nos han entregado el correo de doña Emérita. No te preocupes. –¿Pero no era una carta del Juzgado? –dijo ella preocupada. –¡Que no, mujer! Que es un recibo de la luz, ¿ves? Ella pareció tranquilizarse, pero él sabía que no podía ocultarle durante mucho más tiempo que, en apenas quince días, tendrían que abandonar su casa. |
Ilusión fallida ¿Otra? Otra cita inútil para discutir lo mismo, otro encuentro fallido, donde aumentaba su sed de amor, y se hacia evidente el gran peso de su soledad. Otra vez la ilusión que luego se disipaba como el agua, otra vez el vacío y el silencio, otra vez las miradas evasivas y los mensajes truncados. Otra vez las caricias perdidas, sin matices, mudas... Otra vez se cerraba sobre ella el circulo del que no era capaz de escapar, al fin y al cabo era esa la única forma que conocía de expresar su sentir. ¿De vivir o tal vez de morir?... |
Autodestrucción -¿Otra? –pregunté incrédulo mientras el retador índice continuaba apuntando hacia mi objetivo. Apenas me miró mientras asentía y continué observándole después de servirle una nueva copa: anclado sobre un par de baqueteados zapatos en los que pretendía adivinar su futuro o encontrar respuestas. Acodado sobre la barra y tambaleante, pero lo suficientemente sobrio como para evitar las salpicaduras de tragos ajenos; manchas de vidas que otros antes que él quisieron también olvidar. El camarero se acercó a mí poco después para recuperar la botella que le hube arrebatado y dejé de desafiarme frente al espejo. |
-¿Otra?-Pensé al despertar y ver que la mujer que anoche me acompañó en mis perversiones, no estaba en mi lecho. Mirando al techo, sobre mi gran cama... a mi mente llega siempre esa pregunta lapidaria ¿Tan malo fue?. Me levanto despacio, abrumado por la soledad matutina de este Sábado silencioso. En la ciudad todo calla, no hay atascos, no hay estudiantes, no hay viandantes... son las nueve de la mañana. Pensando en ella, su piel tersa, ojos azules cual intenso río que recorre los campos de Sierra Nevada, provisto del deshielo de las nieves. Su figura, como esculpida por un Miguel Ángel que en lugar de piedra usó carne, mujer bella... Carla. Me lavo los dientes, pensativo... inmerso en mil preguntas, ¿ Cuándo daré con una que amanezca en el despertar de mis sueños?, ¿Cuándo tendré algo serio?, ¿Cúando... Termino y me dirijo al baño, me percato de una pequeña nota de papel, ahí en la mesita. Pone: Carla 666 666 666, llámame.
|
Sidra -¿Otra? -No sé, ¿cuantas botellas llevamos? -Noventa, si no me equivoco. ¿Otro pincho de tortilla? -Vale y tomaré otro trago, el penúltimo. -Hasta aquí llegamos, no es bueno agotar totalmente la barrica -Ya. De hecho, esta última botella como que ya la veo un poco turbia. -Entonces, no embotellamos más, que ya sube el poso. |
-¿Otra? - Le dijo Eva mirándole con desprecio y enfado. -¡Si, otra y otra y otra más! ¡Y todas la que me de la gana, te has enterado!. - Le contesto enfadado mientras sujetaba la botella con su mano derecha y volcaba con cada "otra" líquido en el vaso que sostenía en la mano izquierda hasta que acabo por derramarse. En otro momento esa contestación habría cabreado muchísimo a Eva que saldría de la habitación con un portazo, sin embargo esta vez algo había cambiado, se levantó del sofá lentamente, su rostro ya no mostraba desprecio sino lástima, se acercó a él y con un tono suave y pausado le dijo: - No te das cuenta de que así nunca lo vas a superar, te necesito más que nunca, pero yo no puedo, no quiero hacer un papel que no me corresponde, te quiero, por favor vuelve a ser quien eras, deja esto para que podamos reír de nuevo, estas estropeando tu vida y la mía, no solo he perdido a una de las dos personas más importantes en mi vida sino que también estoy perdiendo a la otra... - La voz se le quebró y comenzaron a caer lágrimas por sus mejillas. El dejo caer lo que sostenía en sus manos y la abrazo susurrándole al oído: - Perdóname, no quería hacerte daño, sólo quería olvidar y en ese camino me estaba olvidando de lo más importante que me queda en esta vida, tu... mi hija. |
-¿Otra? - La cabeza cayó rodando al lado del cuerpo y la espada estaba totalmente manchada de sangre. Otra bestia salía de la oscuridad de la caverna sosteniendo un hacha grande a dos manos. Tenía la cabeza de toro y el resto del cuerpo era de un centauro hembra. -No tenía ni idea de este tipo de especie. ¿Qué clase de seres enfermos procrean para que nazcan estas cosas? -detrás de él escuchó un resoplido y el aire siendo cortado. Colocó rápidamente el escudo en su espalda con la mano izquierda parando el fuerte impacto del hacha. El combatiente dio un giro por el suelo para levantarse súbitamente y colocar su espalda contra la de su compañero -¿Otra? Ahora eran dos contra dos. Los guerreros se disponían a atacar cuando una flecha corta pasó rozando la mejilla del más alto. Una figura con una ballesta se dejaba ver detrás de la segunda criatura. -¿Otra? -dijeron los dos. La cosa se ponía fea. Uno de los centauros femeninos se lanzó hacia ellos. El más pequeño de los guerreros se adelantó al movimiento agachándose y dejando, simplemente, que la espada y la gravedad hicieran el resto clavándose en el abdomen del ser. La cueva traía el retumbar de los cascos viniendo de todas direcciones. Una figura apareció. Y otra más. -¿Otra? - Y otras. Solo la oscuridad y la cueva fueron testigos de cómo acabó la pelea. |
Amelita, Deivid, TBodalo y Superskrull, me parece fantástico que queráis participar en el concurso de micros y, en caso de cumplir las bases, tenéis la puerta abierta. Dicho lo cual: Primero. Todo concurso tiene unas bases que hay que leer y cumplir antes de participar. Y éste no podía ser menos. Son éstas. Segundo. El hecho de que tan sólo un usuario (en este caso, yo mismo) publique los micros participantes podría querer decir dos cosas: o que me presento yo sólo (¡vaya porquería de concurso!) o que yo cuelgo los micros de los participantes para garantizar su anonimato (tiene más lógica, ¿no?) Sea como sea, seguro que es una pista que indica claramente que, esta vez, me toca a mí jugar algún tipo de papel especial en todo esto por lo que, por favor, no presentéis cosas a las bravas: preguntad primero, en este caso, a mí. Tercero. Si parece claro que yo juego algún tipo de papel especial en esto y pongo un mensaje que dice: "Y hasta aquí", ¿no sugiere quizás que el plazo de presentación de los micros igual ya se ha acabado? Una pista al respecto podría ser que, en el hilo de comentarios del certamen, digo que el plazo de presentación de micros ha acabado. Muchas gracias. |