Foro para escritores de Bubok

Algunos de vosotros me dejáis alucinado, que a mi edad ya es un éxito. lasacra, Carlos, Zara_x... entráis, como elefantes en cacharrería, escribís hasta en los márgenes y luego, como si la cosa fuere normal, os vais a dormir tan panchos.

A propósito de los zuecos de plata y los plagios. ¿Fue la pegadiza canción de los Beatles "Twist and shout" un plagio de "La bamba"? En una actuación hace muchos años en TVE de una cantante francesa jovencita, creo que Silvie Vartán, canto una versión de la canción de los melenudos jóvenes británicos, y con la idea de quedar bien con los espectadores españoles cantó un fragmento en español de los que ella creía que era la versión española de la canción británica. Y dejo ir un fragmento de la letra de la bamba. En ese momento me di cuenta de que hay grandes parecidos entre ambas canciones. Lo que está claro que el éxito de los Beatles supera con mucho al del autor de la bamba. He tenido que recurrir a google para saber que era un tal Richie Valens. De todos modos me declaro un fan incondicional de los geniales melenudos. Si su esa canción de sus primeros tiempos fue en parte un plagio, pero sirvió para que encontrasen el camino hacia todo lo que crearían en los años siguientes, ese plagio mereció la pena. Y dentro de la literatura, algún autor clásico o algún escritor entre pragmático y cínico dijo sobre el plagio literario aquello de que "el robo es literatura sólo es aceptable si va seguido del asesinato". Es decir, si se plagia una idea de una obra mediocre y con esa idea se logra una magnífica novela, una auténtico best seller, una gran obra de arte, en ese caso se tolera el plagio. Todo es relativo, claro está. El tomar una idea de otros para usarla como desarrollo de una nueva trama no es un plagio. Y también se ha dicho "nihil novum sub solem". Según eso nada es absolutamente original, nada.

Creo que me voy a acostar, mis elucubraciones me están llevando a pensar que ahora el loco que habla solo soy yo... Consultaré, como se dice, con la almohada y dejaré libre el subconsciente (me resisto a llamarle inconsciente al estilo de los modernos). Y es posible que mañana me levante con una formidable idea para el concurso de relatos.

Seguimos elucubrando. O divagando. O especulando. Mientras los granos de arena del reloj van cayendo en silencio, mientras esperamos  la chispa, el “¡ajá!” que nos llevé a crear un buen relato, aquí estamos, comentando y tratando de llenar esa entidad espacio temporal que es la fase de comentarios pre votacionales.

El éxito o el fracaso… ¿no hay grises o claroscuros entre ese par de parámetros?

Me gustó lo que dijo Carlos. El que nos sigan queriendo, un día más, y que de algún modo nos lo merezcamos, es todo un éxito.

¿Se entremezclan los conceptos? ¿éxito o triunfo? ¿éxito o victoria?

El éxito sorprendió a la propia empresa. Podría dudarse… ¿se hubiesen embarcado en el proyecto si no confiasen en su éxito?

Nos gusta tanto el éxito que somos capaces de creernos todo aquello que nos dicen que nos haga pensar que lo hemos logrado, el éxito. Y ahí puede radicar nuestra mayor debilidad. ¡Qué sensibles que somos a la adulación!

¿Qué sentido tiene todo esto?  ¿Habrá quien piense que el concurso de relatos no tiene éxito, sólo porque no acostumbran a pasar de siete u ocho los participantes? ¿Es que el seguir con esto después de tres o cuatro años no es ya un éxito?

De todos modos confieso dos cosas: una, que estoy atascado con la inspiración, dándole vueltas al tema sin acabar de encontrar un hilo o una trama que me satisfagan. Y dos: ninguno de los relatos presentados hasta el momento es el mío. Palabra.

No cabe duda alguna, a estas alturas, del ÉXITO DE LA MADRE NATURALEZA