Hoy que Eluana Englaro por fin descansa de sus ataduras a las máquinas y a una vida artificial, pienso que es un buen momento para despedirla con una canción, un poema, que con todos mis respetos le escribí desde la distancia y desde el desconocimiento certero de su sufrimiento y el de su familia. En su honor:
(de "un lugar en la memoria")
Decenas de manos te han levantado una pérgola,
Pieza a pieza,
Cuento a cuento,
A base de esfuerzo por velarte.
De Poe con su corazón delator
A Bradbury y su ruido de un trueno.
Bella durmiente,
Ahora se agolpan decenas de manos
Impidiendo que abortes tu garganta
Y cierres los ojos bajo los párpados
Tal como pretendes
En tus sueños
Inanimados, tu más delicado alimento,
Reunidos apresuradamente bajo la sonrisa de muñeca con la que naciste,
Que aún de vez en cuando esbozas de improviso mientras duermes.
Yaces
De todas las maneras y con todo cuerpo posible:
Agitada
En el Café de Sabios discuten sobre cuánto cuesta mantenerte;
Confusa
Por las noticias que desde parques y mercados te lleguen;
Amada
Sin condición, a pesar de que te hayan
Embellecido con flores malvenidas tu fugaz estancia.
Te olerán hasta que tú, más antes que ellas, te marches.
Son agraciadas,
Pues no verán contraer tu tez blancuzca
Ni ganar terreno el cuero a su cabello.
Se librarán de sentir la dureza de las uñas
O impregnarse con el débito de tu aliento.
Asistiremos impávidos a la culminación de tu suerte,
El beso de un cuento,
Tu Beso,
Rescatando la sonrisa de muñeca
Que al vestirla traduces al idioma de tu muerte.
Un saludo y gracias a las personas que han comprado o se han descargado ya el libro; anima a continuar.
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