Campos de Castilla. Machado y la Generación del 98

En 1907 llega Antonio Machado a Soria, donde ha obtenido una plaza como catedrático de francés en el Instituto de Bachillerato. Desde ese instante, en que apeado del tren pone su pie en tierras sorianas, su vida cambiará radicalmente, ya nunca volverá a ser el mismo. Se produce en él la gran revelación del paisaje castellano y, a partir de entonces, la poesía española contemporánea tampoco volverá a ser la misma, pues sin CAMPOS DE CASTILLA, libro que se nutre del espíritu de la generación del 98, concebido durante estos años, quedaría ya tristemente huérfana. Son años felices para Machado, de vida tranquila y alejada de los cenáculos intelectuales; él, que los ha frecuentado en Madrid y París, ahora se reencuentra a sí mismo, halla la paz; la paz… y el amor. Una niña de quince años, Leonor Izquierdo Cuevas, hija de la familia que son patronos de la casa de huéspedes donde se aloja, irrumpe con toda la fuerza de la juventud primeriza en su vida, ya camino de la madurez. CAMPOS DE CASTILLA supone el principio del fin de su vinculación con el noventayocho, ya que si bebe de sus fuentes, Machado deja apuntado por donde irán sus ideas en una España cada vez más convulsa.